Capítulo 2: El Dúo Misterioso/Parte 2

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Hipo y los demás se reunieron en la Academia para hablar sobre lo sucedido.

-Saben, hay algo quisiera saber sobre ellas...-Mencionó Hipo.

-¿Si..?, ¿qué es Hipo?-Contestó Patapez.

-Además de que fue lo que les paso, me inquieta saber cómo se conocieron.-Dijo Hipo.

-Hipo eso no importa mucho...aunque si me gustaría conocer su historia.-Le contesto Astrid.

-Sí, lo se...es solo que me alegra haber encontrado a una Furia Nocturna, eso significa que Chimuelo no es el único.-Mencionó Hipo.

-Hipo, otra vez con lo mismo.-Respondió Astrid.

-Respondió Astrid

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-No, es solo que... Ahhhh, olvídalo.-Contestó Hipo.

-Bueno, ¿saben que es lo que a mí me importa?-Dijo Patán.

-¿Qué...?-Contestaron los demás.

-Que esa pobre e indefensa chica despierte y que lo primero que haga sea agradecerme por salvarla.-Respondió Patán.

-Ja...lo primero que hará será golpearte, como todas las chicas cuando te acaban de conocer. Además tu no la salvaste, la salvo Hipo.-Contestó Astrid en tono burlesco.

-Ja-ja-ja, no le veo lo gracioso Astrid, además eso solo lo hiciste tú.-Le respondió Patán.

-Sí, es cierto, pero lo hago a diario, no solo cuando te conocí.-Le contestó Astrid.

-Ya dejen de discutir, deberíamos ir a ver como siguen las heridas.-Les dijo Patapez.

-Patapez tiene razón...Brutacio, Brutilda, ¿Qué están haciendo?-Les dijo Hipo.

-Intentamos ver que tan potente puede ser la explosión del gas de Barf y Belch en el brazo de Brutacio.-Dijo Brutilda sentada en Barf lanzando el gas.

-¡¿Están locos?, no hagan eso!-Les contestó Astrid.

-Son unos aguafiestas.-Contestó Brutacio mientras se subía a Belch.

-Como sea, andando le prometí a papá que las vigilaríamos.-Mencionó Hipo ya montado en Chimuelo.

Ya en sus dragones todos se dirigieron a la casa de Hipo en donde la joven y su dragón se recuperaban de sus heridas.

Al llegar Hipo, Chimuelo y Astrid subieron a la habitación mientras los demás esperaban abajo. Al entrar vieron a la Furia Nocturna acostada con la cabeza en la orilla de la cama y con la mirada fija en su amiga, estaba tan concentrada en ella que no sintió cuando Hipo, Chimuelo y Astrid entraron.

-Ellas me recuerdan a Chimuelo y a mi.-Dijo Hipo suspirando en voz baja.

-Se nota que ellas se quieren y protegen así como ustedes dos.-Mencionó Astrid.
En ese momento la dragón sintió su presencia y los volteo a ver, Hipo pensó que se asustaría, pero cuando los reconoció se calmó y volvió a ver a su amiga. De pronto la chica comenzó reaccionar, la dragón al ver que estaba despertando se puso de pie y la siguió mirando fijamente. Hipo y Astrid guardaron silencio y junto con Chimuelo comenzaron a acercarse lentamente.

-¿Qué...que paso?, ¿Dónde estoy?-Dijo la joven con voz débil.-¡Luna...amiga estas bien!-Le dijo la chica a su amiga dragón, quien comenzó a lamerla y brincar sobre ella.

-Parece que ya te sientes mejor.-Mencionó Hipo acercándose a ella.

-¿Quiénes son ustedes y como llegue aquí?... ¡Wow, otro Furia Nocturna!, ¿pero cómo?-Contestó la chica acariciando a Luna su amiga dragón.

-Tranquila, nosotros fuimos quienes las trajeron aquí y curamos sus heridas. Soy Hipo, ella es Astrid y él es Chimuelo, no te preocupes nosotros también nos sorprendimos al verla a ella.-Respondió Hipo.

-Pues gracias por su ayuda, soy Celeste y ella es Luna.-Contestó la joven.

-Mucho gusto Celeste. Qué bueno que ya te sientes mejor.-Dijo Astrid.

-Sí, todo gracias a ustedes.-Respondió Celeste tratando de ponerse de pie con ayuda de Luna.

-Bien, que te parece si salimos para que conozcas a nuestros amigos y te mostremos el lugar.-Mencionó Hipo.

-Claro, me encantaría, por cierto ¿en dónde estamos?-Contestó Celeste.

-Nos encontramos en Berk, vamos te mostraremos el lugar.-Respondió Astrid.

Al salir de la casa vieron a los demás junto a sus dragones.

-¿Qué hacen aquí pensamos que estaban adentro?-Les dijo Hipo.

-Nos cansamos de esperarlos Hipo, así que decidimos salir.-Le contestó Patapez.

-Como sea, les presento a Celeste y a su amiga Luna. Celeste, Luna ellos son Patapez y su dragón Albondiga; Patán y Colmillo; y ellos son Brutacio y Brutilda, y su dragón Eructo y Guacára.-Dijo Hipo.

-Y ella es Tormenta, mi amiga y compañera.-Mencionó Astrid.

-Mucho gusto, así que todos aquí tienen dragones.- Les dijo Celeste.

-Bueno, no todos, pero aquí vikingos y dragones viven en paz.-Contestó Hipo.

-Genial.-Respondió Celeste.

-Hola Celeste, veo que ya te sientes mejor, no tienes nada que agradecerme por salvarte.-Le dijo Patán presumiendo.

-Pues aun así déjame agradecerte, Patán.-Le respondió Celeste.
Celeste se acercó a Patán y cuando menos se lo espero le dio un fuerte golpe en el hombro.

-Aquí tienes Patán, gracias por todo.-Le dijo Celeste.

-Y eso porque fue.-Le respondió Patán.

-Por favor, sé que tú no me salvaste, Hipo y Chimuelo lo hicieron. Además, odio a los que presumen para impresionar a una chica.-Le contestó Celeste.

-Ja... Te dije que lo primero que ella haría al conocerte sería darte un golpe.-Le dijo Astrid a Patán.

-Te odio...-Le respondió Patán.

En ese momento llegaron Estoico y Bocón para ver como seguían Celeste y Luna.

-Vaya, parece que nuestras invitadas ya se sienten mejor.-Dijo Estoico.

-Papá, Bocón les presento a Celeste y Luna. Ellos son Estoico líder de Berk y también mi padre y él es Bocón el herrero del lugar.-Dijo Hipo.

-Mucho gusto.-Contestó Bocón.

-El gusto es mío.-Respondió Celeste.

-Bien, Hipo porque no les muestran Berk.-Les dijo Estoico.

-Claro, vamos.-Respondió Hipo.

Después de eso les mostraron el lugar.


El Misterio De La Gema DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora