Al siguiente día todos se reunieron para contarle todas sus aventuras a Celeste, y al terminar ella hizo lo mismo...
-Bien Celeste ya que estamos contando nuestras aventuras, ¿Cómo fue que llegaron a esa isla?-Le dijo Astrid.
-La verdad no lo tengo muy claro, así que si quieren entender lo ocurrido creo que tendría que contarles todo desde que conocí a Luna.-Contestó Celeste.
-Claro, de todas formas queríamos saber cómo se conocieron.-Le dijo Hipo.
-Bien, entonces les contare nuestra historia.-Contestó Celeste acariciando a Luna.
Bueno todo comenzó en mi hogar, la Isla Bodkar, en donde antes era tirar a matar contra los dragones. Yo vivía con mis padres, ellos eran grandes vikingos siempre ayudando a los demás. Cuando los dragones nos atacaban yo ayudaba a apagar los incendios y mis padres luchaban con los dragones. Yo quería demostrarles a mis padres que podía ser una gran vikinga y para eso tenía que...
-¿Tenías que?-Le dijo Patán.
-Matar...a un...dragón.-Respondió Celeste.
-Y ¿Por qué no lo dijiste desde un principio?-Le dijo Brutacio.
-A Luna no le gusta mucho que diga eso.-Respondió Celeste.
-Bueno continua.-Le dijo Patapez.
-Sí, ¿en que estaba?, ya recordé...-Continuó Celeste.
Cada vez que tenía la oportunidad lo intentaba, pero mis padres me lo impedían, ellos me decían que no estaba lista. Siempre fue así, hasta que un día en medio de un ataque de dragón encontré a un Terrible Terror intentando robarle un pescado a un Gronckle y este no lo dejo, me dio algo de lastima así que le regale un pescado, el me lo agradeció lamiendo mi mano, en ese momento me di cuenta que lo único que los dragones querían era comida para sobrevivir y que no eran tan malos, nadie se dio cuenta de lo que hice, pues todos estaban ocupados luchando con los dragones. Desde ese momento mi deseo de acabar con un dragón se desvaneció.
Mis padres siempre quisieron que fuera una vikinga fuerte y responsable, así que me inscribieron en los entrenamientos para nuevos vikingos, yo no estaba segura de eso, pero quería que ellos estuvieran orgullosos de mí, así que acepte. Aprendí a defenderme y mis padres estaban orgullosos, pero todo cambio cuando llego el momento de enfrentarme a los dragones, obviamente no quería hacerlo, todos los días fallaba al intentarlo, mis padres hablaban con migo todos los días, ellos querían que fuera la mejor en eso, yo intentaba explicarles lo que ocurría pero no me escuchaban e insistían en que lo hiciera. Todos días asistía a los entrenamientos y todos los días fallaba. Cansada de escuchar los regaños de mis padres al terminar cada lección me iba al bosque en lo alto de la montaña, ahí podía estar sola, era el único lugar en el que podía descansar y pensar, pasaba ahí la tarde entera y cuando comenzaba a oscurecer regresaba a casa. Todos los días era lo mismo, mis padres sabían que salía un rato para meditar, era lo yo les decía, y ellos lo entendieron, fue entonces cuando creí que todo había mejorado, pero eso cambio...
Un día mientras escapaba de mis problemas, escuche un ruido muy extraño que provenía del interior del bosque y sin pensarlo dos veces fui a ver qué ocurría, al llegar a dos dragones peleando, uno era un Nadder Mortal y el otro una Furia Nocturna, aunque al principio no sabía de tipo de dragón era...
-Espera, solo para aclarar, ¿la Furia Nocturna era Luna?-Dijo Brutacio.
-Ahhhh...Si, y ya no interrumpas, bueno continuo...
Cuando los mire pelear me paralice y me quede observándolos, al poco rato el Nadder Mortal se fue y la Furia Nocturna se quedó en el suelo sin moverse, al parecer estaba herida, yo intente acercarme a ella pero se negaba, así que decidí regresar a casa por comida y algo para curarla, volví al lugar donde la encontré y me acerque cuidadosamente a ella con un pescado en la mano con la intención de dárselo para que comiera, cuando se lo comió se acercó a mí y me dio la mitad para que yo también comiera, lo tuve que hacer para ganarme su confianza, después de eso me permitió curar sus herida y nos hicimos amigas. La llame Luna porque cuando me hice su amiga y la monté por primera vez había una Luna grande y brillante, la cual le llamaba la intención. La visitaba todos los días y obviamente nadie lo sabía, ni siquiera mi mejor y única amiga Karin, yo pensé que nadie descubriría nada porque no me ponían mucha atención, pero nuevamente me equivoque...
Fue un día por la tarde, cuando el Nadder Mortal que ataco a Luna comenzó a destruir la aldea, yo estaba cerca y el dragón comenzó a lanzarme fuego sin razón alguna, mi papá intento ayudarme pero le fue imposible, en ese momento Luna llego para salvarme, al parecer sintió que estaba en peligro, cuando venció al Nadder todos los vikingos se fueron contra ella intentando capturarla, pero yo me interpuse y los detuve, les explique lo que ocurría y los distraje para que Luna pudiera huir porque ellos no lograba comprender, todos incluyendo a mis padres y con excepción de Karin se decepcionaron de mí, molesta fui a buscar a Luna para huir con ella de Bodkar, cuando estábamos a punto de irnos escuchamos muchos gritos que venían de la aldea, rápidamente nos dirigimos hacia allá, vimos el lugar hecho cenizas, todos habían huido, buscamos a mis padres pero no estaban, entonces fuimos tras el responsable, un cruel y feroz enemigo de la isla llamado Khanor el Destructor, al llegar a su isla llamada Darvek atacamos con todo lo que teníamos y rescatamos a los Bodkarnos prisioneros, pero mis padres no estaban ahí, al llegar a Bodkar todos se disculparon y claro yo hice lo mismo. Después de ayudarlos a reconstruir la aldea nos fuimos de la isla con la esperanza de encontrar a mis padres, pero a los únicos que encontrábamos era a Khanor y los Darvek. De hecho él es el responsable de lo que nos ocurrió...Aunque no se bien porque nos atacan...
-Wow...Su historia es increíble y algo trágica.-Dijo Astrid.
-Sí, mi vida está llena de problemas y peligros.-Respondió Celeste.
-Fue genial, pero ya es muy tarde.-Mencionó Patapez.
-Tienes razón, es algo tarde, nos vemos mañana chicos.-Les dijo Hipo.
-Claro.-Le respondieron los demás.
Todos se fueron a sus casas a descansar. Hipo y Celeste continuaron la conversación antes de dormir.
-Una última pregunta Celeste, ¿Encontraste a tus padres?-Le dijo Hipo.
-No...ya ha pasado casi un año y nunca los encontré, me rendí y poco a poco lo estoy superando, Luna es mi única amiga ahora...-Le respondió Celeste suspirando.
-Pues ahora tienes una nueva familia...nosotros.-Le contestó Hipo.
-Gracias Hipo...sabes, creo que aún hay algo de esperanza en mi...Esperanza de algún día encontrar a mis padres.-Le dijo Celeste.
Después de esto ambos guardaron silencio y se fueron a dormir.
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El Misterio De La Gema Dragón
FanfictionDespués de vencer a la Muerte Roja y haber hecho la paz con los dragones, además de terminar con la riña entre Berk y Alvín el Traidor; todo volvió a la normalidad recuperando así la paz perdida. Pero todo eso cambia cuando una misteriosa chica y su...