Es la tarde del estreno y no puedo más de la emoción. Casi no he visto a Zayn estos últimos dos días y me ha costado Dios y ayuda sacar algo de trabajo adelante. No ha habido forma humana de concentrarse. Estaba convencida de que habría olvidado su promesa, así que cuando ayer apareció en la cocina con las entradas, no solo para el estreno, sino también para la fiesta de después, tuve una especie de regresión mental a mis tiempos de tímida colegiala. Fue un poco vergonzoso ofrecer semejante espectáculo delante de Rosa. Kitty también va y hemos quedado en el vestíbulo. No me sentaré con Zayn y Selena, ellos estarán en la zona vip, ni tampoco iré con ellos hasta allí. Creo que el estudio se ocupa del transporte de Selena y Davey del mío.
A las cuatro en punto sigo sin saber qué me voy a poner. Tengo que decidir entre un vestido color crema de Valentino, del que agradezco al cielo que a mi madre se le ocurriera regalarme hace dos cumpleaños, alegando que algún dia necesitaría, o un vestido negro, capricho que me concedi hace poco en Topshop. Con el vestido puedo presumir las piernas, pero encontrar un sujetador color crema parece imposible y sin él unas tetas despendoladas por un vestido de mas de 500$, da la impresión de que se me va a salir una teta en cualquier momento. Algo poco recomendable en el paraíso de las tetas de silicona.
Oigo un zumbido. Descuelgo el auricular del video-portero en el despacho.
—La señorita Knight ya está aquí —anuncia uno de los de seguridad.
Mierda. Selena Knight está a punto de aparecer por la puerta y ni siquiera me he maquillado. Supuse que Zayn iría a buscarla a su casa.
Corro a la puerta principal para hacerla pasar mientras me pregunto si no debería avisar a Zayn antes. No lo he visto en todo el día y no estoy segura de que esté en casa.
Abro la puerta de golpe y sonrío a la hermosa criatura que tengo ante mí. Selena Knight es bajita y está perfectamente formada: le saco unos tres centímetros y eso que ella lleva taconazos, mientras que yo desde hace días solo me pongo zapato plano para andar por casa. Sobre sus hombros cae una cascada de rizos negros y sus ojos son de un extraño color bronce, impresionantes. Van a juego con su atuendo, un vestido liso y largo del mismo tono. Está claro que ya viene vestida para la ocasión; eso o es que le gusta ir siempre de punta en blanco.
—¿Y tú quién eres? —Su tono es tan cortante que doy un paso hacia atrás.
—Soy Chris, la nueva asistente personal de Zayn.
—No me dijo que tuviera una nueva asistente personal —dice con aire acusador.
—Es que empecé el domingo. —Intentó combatir su frialdad con la calidez de mi sonrisa, pero ni se inmuta. Avanza para pasar por delante de mí y me retiro para dejarla espacio. Menuda decepción. Jamás se me había ocurrido que quizá no estuviera a la altura de mis expectativas.
—Perdona —dice molesta mientras me mira de arriba abajo. Creía que le estaba dejando espacio de sobra, pero me tengo que apretujar contra la pared para que ella franquee la puerta con medio metro de holgura a cada lado.
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Zayn Be Good
RomanceLa nueva y glamurosa vida de Chris como asistente personal del flamante chico malo del rock Zayn Malik en la soleada California es un torbellino de fiestas y conciertos. El tranquilo y sensato Liam, que vive temporalmente en Los Ángeles para escrib...