Capitulo 4

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Zayn tiene siete mil novecientos ochenta y un interacciones en su cuenta de Facebook desde la última vez que alguien revisó su perfil. ¿Qué narices voy a hacer con eso?

Es sábado por la mañana y estoy en el despacho a falta de algo mejor que hacer. Ayer no vi a Zayn en todo el día. Supongo que luego se quedaría con Selena y me bastó echar un vistazo a la página samsarky.com para confirmarlo. Había una foto de los dos saliendo de la fiesta a las cuatro de la mañana. ¿Convencería al final Zayn a Selena para que subiera en su moto? Por la tarde se aclararon mis dudas; me llamó medio atontado para pedirme que se la buscara. La había dejado aparcada en un garaje cerca del lugar de la fiesta, pero no estaba seguro de dónde. Tuve que llamar a cuatro garajes y esperar al teléfono mientras los encargados buscaban una moto que encajara con las características de la de Zayn; características que, por cierto, obtuve tras interrogar a Samuel, uno de los seguratas de la casa. Pero, por fin, alguien recordó haber visto a Zayn Malik y su moto, y Samuel fue a buscarla. Según parece es un motero declarado, algo que descubrí cuando Rosa me aconsejó que hablara con él. Y menos mal que lo hizo, porque en el manual de Paola no decía nada de los vehículos de Zayn. Menudo fallo.

Pero de vuelta a Facebook, ¿qué hago con todo esto? ¿Devolver los siete mil novecientos ochenta y un toques que le han enviado? Ya sabía yo que tenía que haberme abierto una cuenta en Facebook cuando trabajaba para Marie. Pero bueno, supongo que de haberlo hecho, quizá no hubiera sido tan eficiente y no habría conseguido este trabajo. ¿Lo ves? Ya he dicho antes que soy una chica pragmática.

Ya sé; llamaré a Kyl. Es una adicta al Facebook.

—Eh, ¿qué tal? —pregunto.

—Fatal. Un cabrón me acaba de ceder el sitio en el metro —contesta. 

—¿Y por qué eso lo convierte en un cabrón?

—Ha pensado que estaba embarazada, ¡el muy gilipollas!

—Ah, vaya.

—Sí, vaya —dice.

—¿Y qué has hecho?

—Pues sentarme —dice malhumorada.

—¿De verdad?

—Bueno, ya vale de hablar de mí, ¡joder! ¡Háblame de Zayn! ¿Aún te gusta?

—¡Que yo no he dicho que me guste! —contesto, alzando la voz una octava más o menos.

—Sí, sí. ¿Conoces ya a su novia?

—¿A Selena Knight? Dios, sí.

—¿Cómo es? —pregunta emocionada—. ¿Va de diva, como dicen en las revistas?

—Es mucho peor —contesto—. Me ha tocado recoger la mierda de su perrito en varias ocasiones.

—¡No! —grita Kyl.

—Sí, asqueroso.

Zayn Be GoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora