Capitulo 12

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Como ha estado fuera más de tres días, Zayn y yo tenemos que ponernos al día sobre varias cosas. Necesito saber para cuándo fijo la entrevista que no se hizo el miércoles. Como tuve que cancelar su segunda cita con el médico prevista para el jueves por la mañana, ahora hay que buscan un hueco para la semana siguiente, y debemos repasar una lista, tan larga como mi brazo, de temas tan diversos como el pago de la sesión de fotos para su próximo álbum o en qué hotel quiere alejarse cuando vayamos a Big Sur, dentro de unas semanas.

Y además, no sé si enseñarle el comentario que escribió Nika, alias La Chicas Asiática, en MySpace.

El problema, y esto lo he ido descubriendo con el tiempo, es que Zayn se distrae con una mosca, lo que me obliga a pasar el día detrás de él, intentando que me preste atención. Pero la distracción de hoy se llama Selena, y después de interrumpir por tercera vez su sesión de bronceado en la piscina, para pedir a Zayn que le dé el visto bueno al fotógrafo que dirigirá la sesión de fotos, ella suspira melodramática.

—¿De verdad tiene que hacer esto ahora? —pregunta, mirándome con hastío.

—Cariño... —le reprende Zayn.

—En serio —dice ella—. No te he visto en una semana y pico, ¿no nos puede dejar tranquilos?

¿Será este un buen momento para sacar a Nika a colación? Hum..., veamos.
No, probablemente no.

—¿Por qué no le das el día libre? —sugiere Selena.

Yo no lo sabía, pero debo de tener poderes especiales porque estoy allí, delante de ellos, y no parecen verme.

—Que haga un poco de turismo —añade Selena—. ¿Ha ido ya de compras? 

—¿Quieres descansar hoy, Chris? —pregunta Zayn.

—Hum, claro...

—Vale, pues hala, vete —dice Selena—. No te pierdas Rodeo Drive. También puedes ver el cartel de Hollywood, ir al cine, ya sabes, ese tipo de cosas.

—Vale —contesto. Caray, está claro que me quiere fuera de casa como sea—. ¿Entonces me voy? —Miro a Zayn.

—Sí, claro, Chris. Disfruta un poco. 

—Vale, gracias.

—Coge el Porsche, si quieres.

—¿El 911? —le pregunto con una sonrisa. 

—Sí. —Me devuelve la sonrisa.

—¡De acuerdo! —Doy media vuelta y camino hacia la casa.

—¡Zayn, no le puedes dejar el Porsche! —oigo como Selena le dice entre dientes mientras yo entro.

—¿Por qué no? —pregunta él.

Después ya no oigo nada más, pero me tomo mi tiempo para prepararme, no sea que cambie de idea. No quiero llevarme uno de sus preciosos coches si no está tranquilo dejándomelo. Pero Zayn no cambia de idea. Así que parece que ha ganado esa batalla.

Zayn Be GoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora