Capitulo 11

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La mañana siguiente estoy en la cama tumbada pensando en lo que pasó la noche anterior. Desde que ayer se sinceró conmigo, ya no pienso lo mismo de él. Y en estos momentos, creo que lo único que quiero de verdad es que aprenda a confiar en mí como confía en Liam. Quiero conocerlo mejor. Ya no se trata de la mera y simple atracción física. La verdad es que le estoy cogiendo cariño y estoy deseando verlo.

Bajo al despacho como en un sueño, incapaz de concentrarme. La llamada de un periodista me saca del trance. Quiere saber con quién estuvo Zayn la otra noche en el Ivy. Me río y le contesto que conmigo, su asistente personal. A Zayn le apetecía comer pizza, pero como Selena está de viaje, fui yo para hacerle compañía. Me parece una historia bastante normal, así que espero que los periodistas del corazón lo vean así también. No tengo muy claro cuál es el protocolo a seguir en estos casos. ¿Debería hacer alguna declaración o esperar a que me pregunten? Entro en Google, escribo: Zayn Malik y me sorprende la cantidad de fotos que hay mías subiéndome a su moto. ¿Quién es esa chica?, ha escrito alguien. Me tapó la boca con la mano alucinada y me acercó a la pantalla para ver mejor.

-¿Qué ha pasado? -pregunta Zayn desde la puerta.

Alzó la vista rápidamente hacia él y de repente me siento intimidada.

Entra en el despacho y coloca una mano sobre mi hombro.

-¿Todo bien, Nutmeg?

-Oh, sí, sí, bien -contesto con excesivo entusiasmo en un intento por disimular los nervios. Me alegro de que recuerde el apodo que me puso anoche.

Con calma se sienta en una silla y le hago sitio a mi lado. Lleva las gafas de sol de estar por casa otra vez.

-Pásamelo -dice.

Le dejó el ratón y comienza a hacer clic. Se ríe cuando ve la primera foto en la que salgo caminando detrás de él, en la entrada del restaurante.

-Pareces un conejo deslumbrado por los faros de un coche. -Se gira hacia mí y me sonríe, pero no puedo ver sus ojos detrás de las gafas oscuras.

-Se me hace raro verte con las gafas de sol -le digo.

-¿Qué?

-Sí, que otra vez llevas las gafas de sol en casa. Se las coloca sobre la cabeza.

-¿Mejor?

-Uf, no, con esos ojos inyectados de sangre que llevas -le digo con tono de fingida preocupación.

Sonríe, se las vuelve a poner y continúa echando un vistazo a las páginas de cotilleos.

-A mí esto me da mucha vergüenza -digo por fin mientras apoyo la cabeza en las manos.

-No seas tonta -dice-. Si lo piensas bien, es bastante divertido.

Zayn Be GoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora