—Me preocupa —le digo a Liam nueve días después. Estamos en el vestíbulo del hotel donde nos alojaremos para el concierto de Wembley. Liam quiere que Zayn le ponga al día, pero Zayn me ha pedido que no deje que nadie entre en su habitación. Son las seis de la tarde y aún está en la cama. Su comportamiento me recuerda al del principio de la gira, excepto que esta vez a la depresión hay que sumarle las drogas.
Tuve que pedirle ayuda a Paul para levantar a Zayn del suelo cuando estuvimos en Glasgow la otra mañana. Incluso él se vino abajo al verlo tan mal.
—¿Estará en condiciones para el concierto de esta noche? —pregunta Liam.
—Eso espero —contesto.
Zayn no está en condiciones, ni de lejos, pero a Paul le preocupa hacer caja, como siempre. Le sirve un whisky de camino al concierto e intenta contagiarlo de su entusiasmo.
—¡El primer concierto en el nuevo Wembley! Será muy diferente de la última vez, ¿eh? ¿Eh?
Zayn no contesta. Está sentado en la parte de atrás del autobús, apartado del resto del grupo que ya ha empezado a beber en la parte delantera. Mira distraído por la ventana.
Durante la gira hemos ido combinando el autobús con el avión privado, y aunque parezca extraño, el autobús suele ser más cómodo, aunque lo de ir en avión privado es una experiencia que no olvidaré nunca. Ojalá los viajes en avión fueran siempre así; comida de gourmet, champán y nada de hacer cola.
—Mira, venga, tómate otro whisky. —Paul intenta parecer animado.
Pero Zayn no le hace el menor caso.
—Venga, chico, vamos. —Paul balancea la botella—. Hum, este whisky está de puta madre, tío. Venga, vamos a beber un poco.
—Paul, me parece que Zayn no quiere whisky —intervengo.
—¡No te metas en esto! ¡Yo sé lo que le conviene! —me contesta Paul.—No le hables así —dice Liam con firmeza.
—¡Oh, que os jodan a todos! —Paul se levanta y camina por el pasillo para unirse a la fiesta que han montado en la parte delantera.
—¿Estás bien? —le pregunta Liam a su amigo.
Zayn suspira.
—Sí.
—Es evidente que no, tío —dice Liam, mirándome de reojo.
Zayn suspira otra vez y se vuelve para observarnos por encima de la mesa de madera.
—¿Y qué más da? —contesta y coge la botella que ha dejado Paul.
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Zayn Be Good
DragosteLa nueva y glamurosa vida de Chris como asistente personal del flamante chico malo del rock Zayn Malik en la soleada California es un torbellino de fiestas y conciertos. El tranquilo y sensato Liam, que vive temporalmente en Los Ángeles para escrib...