-Capítulo 31-

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Luke se encontraba algo nervioso e intimidado ante la gélida mirada del padre de Lenna, Brendan, pero él era un hombre así, con la mirada gélida y frío. Por lo menos en apariencia lo era y podía ser muy bueno cumpliendo amenazas como también lo era colando el miedo hasta por los huesos. Sin embargo con Lenna, era un total dulce, el mejor padre y modelo de esposo. Con su familia era lo que toda madre e hija quieren.

Con Luke siempre había sido un buen hombre y solo hubo un momento en el que lo quiso asesinar, cuando se enteró que había hecho mujer a su hija, que le había quitado la virginidad a la Lenna. Después de eso, Brendan y él, tuvieron una extensa charla sobre sentimientos y precauciones para con su hija.

—¿Tengo que preguntar si es tu hijo?— La voz rasposa y demasiado gruesa del padre de ella le dio un pequeño escalofrío. Brendan intercambio la mirada entre Luke y el pequeño que estaba sentado en su regazo.

—Papá...—gimió Lenna con cansancio. Ni se quería imaginar lo que ese hombre podía hacerle si se enteraba o notaba las muñecas con hematomas que su hija tenía gracias a él. Posiblemente Ethan sería su único hijo. Pero estas estaban muy bien cubiertas por unas pulseras y un reloj de un tamaño bastante grande para las delicadas manos de ella.

—Ethan es mi hijo, señor. No lo niego.

—Eso no lo decías hasta hace poco—susurró por lo bajo Thomas.

—Joder.—Lenna giró los ojos otra vez y le tendió la mano a él por debajo de la mesa. Luke asintió y entrelazó sus dedos.

—La boca.—Si algo odiaba los padres de ella eran las malas palabras, pero ese odio no había pasado a su hija. Lenna poseía un gran repertorio de estas en su vocabulario aunque no las usaba tan seguido. 

Thomas parecía retar a ella con su mirada y esta a él.

No hacía más de media hora que ella les había dicho toda verdad a su madre, pero su padre llegó tarde para la explicación. De todas formas, Thomas no dejaba de echarle cosas en cara a Luke y él le comprendía, era su hermanita y era su trabajo protegerla, pero Luke la conocía de antes y le era algo incomodo, incluso molesto.

Un tensó silencio se instaló en el comedor de la casa de los McMahon. Los hermanos se fijaban la mirada, como si pudieran hablar entre ellos de esa manera, así de cerca se parecían mucho, hasta parecía que compartía la misma madre. Kay observaba, junto con los demás, el caluroso intercambio de miradas.

—Así que, Luke,—Kay fijo los ojos verdes en el muchacho antes de elegir bien la pregunta. Quería terminar con aquella tensión.  Se suponía que debía ser una linda cena, no que su marido e hijastro se comportaran borde con el novio de su hija y padre de su nieto.—Tú y los demás chicos lograron lo que siempre quisieron.—Él  asintió con un brillito inusual en sus ojos, Lenna lo observó fascinado y con todo el orgullo que ella tenía hacía él.—¿Cómo están ellos?—La señora McMahon le había disgustado la idea de que los otros tres chicos no hayan venido. Apreciaba a esos chicos como si fueran sus hijos.

—Siguen siendo ellos a pesar de todos.— Lenna asintió dándole la razón mientras revolvía la comida en el plato. Por alguna razón se le había ido el apetito, odiaba pelear con su hermano. La única pelea que tuvo con Thomas fue cuando él se enteró de la paternidad de su hijo. Lloró por días al no poder hablar con él, su orgullo se lo impedía, pero en ese momento le echo la culpa a su embarazo por su sensibilidad.

Ethan estiró los brazos hacía su mamá con el pequeño gesto que siempre hacía cuando tenía hambre, más específicamente cuando quería tomar de su pecho. Ella decidió darle el gusto, más para salir de aquella habitación que para satisfacer a su bebé.

Love me Again // Luke Hemmings// (5SOS #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora