-Capítulo 22-

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El ruido seco de la puerta de entrada despertó Luke. Con los ojos pesado observó a Lenna durmiendo en su pecho con la camisa de tirantes que se pegaba a su cuerpo y los pantalones de entrenamiento grises de Calum.

Unos pasos discontinuos y brusco se escuchaban de la planta de abajo, como si alguien hubiera tomado de más y no lograba ubicarse en el espacio.

—Maldición, Ashton— gimió Luke antes de ponerse de pie cuidadosamente sin despertar a Lenna, quien inmediatamente giró ofreciendo su espalda a la puerta.

Bajó las escaleras sin ocasionar ruidos para no despertar a los demás  ni a su hijo. Rezó internamente porque Ashton no estuviera tan ebrio y aún tuviera algo de sentido de la razón. Cuando se emborrachaba solía ser bastante agresivo e impulsivo y no quería otro golpe de su parte.

Al llegar abajo divisó a su amigo en la cocina, con su cabeza dentro del refrigerador buscando posiblemente más bebidas. Con sigilo, se paró detrás de él para tomarlo por los hombros y cerrar el refrigerador. Ashton se soltó rápido de su agarre, como si su toque quemase. 

Él estaba realmente molesto con Luke, no podía ser tan imbecil de negar a Ethan. Él y Lenna eran su familia, no podía usarlos y dejarlos para luego volver con ella cuando él lo deseaba. No eran juguetes, eran su vida, la vida que él hubiera deseado tener. Pero lo que más le molestaba era que con una palabritas iba a poder convencer a Lenna de que lo que había hecho no era tan grave, de que se sentía pésimo y no era lo que realmente quería decir, que salió, que no lo pensó y ella, como ingenua, le diría que estaba todo bien y que no tenía que torturarse. Tenía tanta ganas de golpearlo una vez más.

Ashton tomó uno de los tanto licores que había en la estantería superior a la cocina y lo destapó, preparado para llevárselo a la boca y tomar de él tanto como su garganta le permitiera. Sin embargo, Luke, cogió a este del culo de la botella y lo retiró de sus manos, provocando descontento en él.

—Devuélvemela.— Su mandíbula estaba apretada y le costaba pronunciar palabra pero aún conservaba parte de su consciencia.

—No.

—Devuélvemela.— Repitió con la voz cansada y frustrada. 

—No.— Luke cruzó los brazos sobre su pecho desnudo y rebajó a su amigo con la mirada, desaprobando su estado. Mañana tendría una muy buena resaca.

—¡Qué me devuelvas la jodida botella!—gritó Ashton.

—En cuanto despiertes a Ethan te daré una ostia y de las buenas.—Le amenazó luego de comprobar que su hijo seguía dormido.

Puede que Ashton le haya pegado horas atrás, que hayan discutidos y que este decepcionado de él pero era su amigo y no dejaría que tomase más. Iba a cuidar de él porque se lo debía y porque quería. 

—¿Ahora te acuerdas de él?—Luke sintió una opresión en el pecho, como su corazón se contraía. Había sido un idiota, pero sonaba más feo escucharlo en boca de otro. Sonaba como si él no tuviera corazón.

—Cállate.

—¡No! Me resulta tan enfermizo ver lo imbécil que te comportas— explotó Ashton sentándose en una de las banquetas que limitaban con la mesada.—Ellos son tu familia, no un entretenimiento por un par de horas, son tu responsabilidad de acá hasta que mueras. Te guste o no  bajo todo ellos son tu responsabilidad,  no andar negando a Ethan enfrente de veinte cámaras con él en brazos.— Golpeó la mesa con un puño y se levantó casi tirando la banqueta al suelo.—Si solo supieras lo que yo hubiera hecho por ver crecer a mi hijo—susurró con los ojos casi desbordantes en lágrimas antes de salir de la cocina golpeando la puerta con violencia.

Love me Again // Luke Hemmings// (5SOS #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora