Permíteme Destruirte (Wigetta)

Deseo: Los Primeros Días de Clase

Hace mucho tiempo que deje de creer en el amor, es más fácil verlo como un mito inalcanzable, imposible o pasajero. En alguna ocasión, alguna de mis parejas me dijo que mi visión era errónea y pesimista, que se debía a que yo estaba roto, me dijo también que él podía repararme, que el amor lo sanaba todo pero ¿Y si no quiero? ¿Y si me gusta estar roto? El hecho es que la vida es más fácil así, sin temores ni dolor, ni traición, relaciones pasajeras. Solo dar lo que necesitamos, satisfacerse el uno al otro en el sentido más estricto de la palabra, sin compromiso, sin complicaciones.

Roto; la verdad es que sonrió al escucharlo, es una palabra interesante ¿No les parece? A veces, es sinónimo de inservible, pero hay ocasiones en que un objeto roto, está mejor así. Sí, es cierto que alguna vez amé pero ¿Era amor eso en verdad? Y si lo era ¿Por qué dolió tanto? Quien te ama te hará sufrir, me dijeron en una ocasión, pues bien, permítanme negarme.

Puedes llamarme Samuel, o como otros han decidido: "El hijo de puta", utiliza el que mejor te parezca, desde el principio habrás notado que esto que lees es algo distinto, quizás te guste, quizás no, pero eso no tiene relevancia para mí.

Sí, es cierto que algunos prefieren contar su historia de "vidas cruzadas" y tonterías por el estilo en tercera persona, desligándose del contacto directo con lo que están narrando, la verdad es que yo prefiero hablarte personalmente, de tú a tú, cara a cara, si te gusta; bienvenido entonces, adéntrate en mi mente, ve la vida a través de mis ojos, puede quesea una experiencia agradable, puede que te desagrade mucho, quien sabe, solo tú puedes decidir eso.

Sabrás, o quizás no que mi familia es una de las más antiguas, poderosas y adineradas de España, para muchos eso puede parecer la hostia, para mi es simplemente irrelevante ¿Has escuchado eso de que le dinero no lo es todo? Bueno, eso es lo que suelen decir las personas que no tienen nada para consolarse un poco, aunque a decir verdad, puede que tengan razón. La familia De Luque es una familia orgullosa y en ocasiones despreciable así que mi situación emocional y familiar es predecible, pero a quien le importa ¿No?

La verdad es que has venido aquí para satisfacer tus deseos de conocimiento, tal vez para alimentar tu curiosidad, quieres escuchar narraciones desgarradoras y tragedias insuperables, también buscas un final feliz o estupideces por el estilo, pues bien, tal vez puedo ofrecerte eso, ya lo veremos; bienvenido entonces, este es el show de mi vida, se abre el telón para ti, puede que busques en el una historia de amor, pero entérate de algo: Yo no creo en el amor.

Mi narración comienza en una fresca mañana de otoño, esa perfecta época en el que las hojas caen muertas al suelo acompañadas por el suave y gélido desliz del viento que da anuncio al invierno próximo. Noches más largas, días fugaces, transición cambio, muerte y vida. Aquella mañana desperté con un punzante dolor en la cabeza, podía sentir la sangre recorres mi cráneo y mis ojos parecían querer escapar de las cuencas, en busca de otro portador, un penetrante olor a sexo invadía el lugar revolviéndome el estómago un poco, cuando abrí los ojos la tenue luz vagabunda que se deslizaba a través de las cortinas me atacó de forma violenta, provocando que volviera la vista a otro punto en la habitación.

Como sucede en ese lapso entre el verdadero despertar y el sueño profundo realmente estaba desorientado, la habitación en la que me encontraba no me resultaba para nada familiar y es que de hecho no era familiar <<¿En dónde estoy?>> dije para mí mismo, mientras recorría con la mirada la estrecha habitación azul cielo, intenté identificar los posters en las paredes o la ropa que se encontraba en el suelo.

Bueno, la habitación era de un hombre, eso era seguro pero ¿De quién? Algo se removió en la cama y entonces fui consciente del peso que descansaba sobre mi pecho. Instintivamente baje la mirada y descubrí una frondosa melena castaña completamente despeinada, el chico blanco como el marfil se encontraba abrazando mi cuerpo mientras apoyaba dulcemente su cabeza en mi pecho, pude ver su marcada espalda y una sonrisa me invadió el rostro cuando su piel se erizo ante el contacto de las yemas de mis dedos.