El video que aparece arriba es la canción que Samuel interpreta en el salón mientras Guillermo habla con el mayordomo.
Un dolor punzante se clavaba en mi cabeza mientras iba desperezándome, poco a poco una sensación de desconcierto me invadía y una opresión en el pecho me impedía moverme con facilidad, mis parpados se sentían pesados, y se negaban a abrirse por más que se los ordenaba. Algo tapaba mi nariz obligándome a respirar por la boca y mi garganta se sentía completamente reseca, a tal grado que parecía que estaba completamente desgarrada. Agudicé mis sentidos intentando saber en dónde me encontraba, recordaba haber estado en el suelo y la sensación de la sangre asfixiándome mientras salía de mi nariz, recordaba los rostros llenos de ira de unos desconocidos y unas manos registrándome por completo, intenté abrir los ojos de nuevo, pero seguían sin responderme.
-Se recuperará- la voz que escuché en aquel callejón resonaba muy cerca- aunque no sé si le agrade estar aquí cuando despierte.
-¿Está seguro de que no quiere llevarlo a su casa antes de que lo haga?- dijo otra voz, parecía cansada, como la de un hombre anciano.
-No, he avisado ya a su madre- dijo la voz, que era bastante aguda, por alguna razón me resultaba bastante familiar- le dije que iba a quedarse en mi casa porque estaba demasiado ebrio, no pareció muy contenta, pero es mejor esto que preocuparla, la familia Díaz ya ha pasado bastante.
-¿Y usted?- dijo la otra voz.
-No ha sido mucha sangre- respondió la voz más aguda- apenas y penetró en mi costado y no tocó nada vital, estaré bien William.
-Sigue pareciéndome una locura- dijo William preocupado- su familia no les debe nada señor de Luque.
Aquello hizo que abriera los ojos de golpe haciendo que me sintiera completamente mareado, me senté de golpe, pero la sensación me hizo desvanecerme de inmediato y caer de nuevo sobre la almohada ¿Qué hacía yo ahí? Tenía que ser una broma, debía salir de ahí de inmediato. La habitación estaba a media luz, pero podía ver con claridad todo lo que me rodeaba, las sábanas eran de un blanco impecable y eran suaves como la seda, mis ojos pasearon por los muebles de madera fina y se detuvieron en una esquina, en la que un montón de ropa desentonaba con el resto de la habitación de paredes blancas y cortinas moradas, la pila de ropa estaba manchada de sangre al igual que unas sábanas de color verde.
Pude escuchar la puerta abriéndose y detrás de ella vislumbre la silueta de Samuel que entraba con sigilo, como si no quisiera despertarme. Su rostro se veía demacrado y pálido, como si estuviese enfermo, pude notar unos cortes en el antebrazo y en el rostro que aun parecían resientes, al ver que estaba despierto se encogió de hombros y me dirigió una sonrisa nerviosa que pronto se transformó en una mueca de dolor mientras tomaba asiento a mi lado en la orilla de la cama.
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Permíteme Destruirte (Wigetta)
Fanfiction¿Qué pasa cuando una fuerza imparable se estrella con un objeto inamovible? "Del odio al amor hay más de mil pasos" se decía Guillermo mientras se esforzaba por no partirle la cara al chico engreído que tenía frente a él. Guillermo odiaba a Sa...