Deseo: No volver a molestarte

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Las fuertes ráfagas de octubre cedieron paso a los gélidos vientos de invierno y una vez adentrados en el clima navideño la nieve no tardó en aparecer, aquella mañana las calles amanecieron cubiertas por una gruesa capa de hielo y el resto de la ciudad se bañó en un blanco celestial de lo más hermoso. Aquel lunes me levanté somnoliento y cansado debido a la revolución que mi discusión con Guillermo había causado, había pasado gran parte de la madrugada pensando en lo hiriente de sus palabras y en lo duro que había sido con él al dejarlo solo en la calle; sin embargo, él no sabía nada sobre mí y aun así había decidido juzgarme y de verdad que dolía.

Mi casa tenía un sistema de calefacción perfecto, así que el frio no alcanzaba a penetrar las paredes, revise rápidamente mi móvil: ocho grados bajo cero, una mañana fría en realidad. Me introduje en la ducha caliente dejando que el agua me relajase un poco. Me puse una gabardina larga y gruesa y me envolví con una hermosa bufanda, coloqué unos guantes gruesos en mi mano y me dirigí a la salida.

El cruel viento invernal ataco mi rostro de inmediato dándome un duro golpe que me obligo a retroceder un poco, caminé a través de la blanca nieve y subí en mi auto con tranquilidad, justo cuando encendía mi auto mi móvil sonó escandalosamente, mire la pantalla con indiferencia y... Guillermo. Colgué de inmediato y de inmediato volvió a marcar, lo deje sonar unos segundos y lo lance al asiento trasero para evitar responder.

Recorrí la vía más larga hasta llegar a la casa de Ismael y de inmediato subió al auto con una sonrisa estúpida en los labios, esa que ya estaba volviéndose parte de su rostro. Le saludé amablemente y emprendí el viaje a la academia.

-Hoy tienen la última presentación ¿verdad?- dijo cuándo estacionamos en la entrada- hoy se decidirá quién va a tocar en el concierto de navidad.

-Parece que si- dije rascándome la nuca- la verdad no se quien sea elegido realmente, ambos estamos hombro con hombro.

-La verdad espero que seas tú- dijo dando un portazo al auto- me encantaría ver su cara cuando sepa que no es tan bueno como el cree.

Me limité a sonreír de lado mientras me adentraba en los pasillos dejándolo atrás al entrar en el salón de ensayos. Ya todos estaban presentes, Gabriel me dirigió una corta mirada de desprecio mientras me sentaba en el piano y comenzaba a afinarlo, mire a los presentes y no encontré a Guillermo, probablemente habría tenido que venir a la academia caminando ¿a menos ocho grados? ¿En la nieve? <<Debiste haber respondido el teléfono Samuel>> me dijo mientras daba un manotazo al piano provocando que la vista de todos se clavara en mi de inmediato.

-Lo siento... esto no quiere afinarse- dije enrojecido para disculparme mientras todos volvían a su conversación.

Justo detrás del maestro, al sonar el timbre de entrada entró corriendo Guillermo con el cabello empapado, probablemente por la nieve y completamente enrojecido, temblando de frio. Me miró de inmediato al atravesar la puerta, peor no era odio lo que vi en sus ojos, no esta vez, era una mezcla entre tristeza y desdén que no lograba descifrar del todo, le dedique una media sonrisa mientras se acomodaba a mi lado con el cello en posición y lubricaba la cuerda del arco con delicadeza.

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El maestro pidió silencio de inmediato y en ese instante todos nos miraron con intriga, ansiosos por escuchar lo que habíamos preparado en este ocasión, las notas salieron de mi dedos tranquilamente y con armonía, sin dificultad alguna y cuando Guillermo comenzó con el acompañamiento lo hizo de igual forma, magistralmente como siempre, me distraje un poco por lo hermoso de sus notas hasta que noté que estaba opacándome en la interpretación, en ese momento aumenté la intensidad de las notas y pude notar como Guillermo se distraía un poco y tocaba irregularmente, sin embargo volvió a concentrarse y las notas se convirtieron en una verdadera conversación amistosa, un baile amoroso en el que ambos nos decíamos todo lo que las palabras se negaban a expresar.

Permíteme Destruirte (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora