Deseo: Tu Desprecio

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Lo admito, no fue la decisión mas inteligente molestar al chico que supuestamente me gusta, pero, vamos ¿de verdad no les parece gracioso? Como ya lo he dicho antes, a veces no puedo resistir la tentación de dañarle. Aquella broma insignificante había salido mejor de lo que había planeado, sobre todo porque ocurrieron cosas que no estaban planeadas. Y ahora, sostenido por Ismael y otras dos personas, forcejeaba para liberarme del firme agarre de mis captores y reventarle la cara a golpes al engreído chico que estaba frente a mi retorciéndose entre los brazos de su "noviecito".

Mi boca tenía un ligero sabor metálico y cuando pase mi índice por el labio inferir pude descubrir un mancha rojiza que le cubrió de inmediato, pegaba bien el cabronazo, eso me gustaba, como pudieron me llevaron a los baños y ahí ya más tranquilo, me soltaron mirándome aterrorizados.

-¿Qué crees que estás haciendo?- me riñó Isma con el rostro enrojecido debido al esfuerzo que le había significado contenerme- ¿eres el ser más estúpido del universo o qué?

-Solo fue una broma- respondí impaciente mientras los otros dos desconocidos que me habían arrastrado hasta ahí se retiraban con la mirada baja.

-Te dije que no te metieras con el- insistió.

-¿Qué me va a hacer? Le dije alzando el pecho- me ha tomado desprevenido, por eso he caído.

-¿tienes idea de lo que le ocurrió al último que se metió con Guillermo Díaz?- me dijo con la mirada apagada.

-¿Le besó a la fuerza?

-el ultimo en enfrentarlo fue el típico bravucón de la escuela- respondió en tono lúgubre- Guillermo no juega limpio, hizo una cadena de malos entendidos durante meses y entretejió una telaraña que le acabó asfixiando durante varios meses, esperó el momento oportuno y justo cuando lo tenía con la guardia baja y desprevenido, le humilló ante toda la academia de forma tal que literalmente le asesinó, socialmente hablando claro.

Buscó en su celular y me mostró una imagen entre sus archivos, era un chico corpulento que por alguna razón me daba la impresione de haberle visto antes, estaba completamente maquillado de mujer, con el cuerpo desnudo de la cintura para abajo y con joyas y una horrenda blusa de anciana, que le daba la mano a un hombre de traje en alguna especie de evento escolar.

-¿Qué hay con eso?- le dije- no es la gran cosa.

-Esto era la visita del nieto del fundador de la academia- me respondió con un dejo de tristeza- de alguna manera Guillermo logro hacer parecer que el chico lo había decidido por sí mismo y que se trataba de una mala broma de su parte, fue expulsado y hasta la fecha está vetado de todas las escuelas musicales y de artes en Madrid.

Aquello me causó un ligero escalofrió ¿De verdad Guillermo había hecho algo tan cruel? Era un buen jugador, eso era seguro y como era de esperarse, no me causaba temor, aquello me interesaba y entusiasmaba.

-¿Cómo lo hizo?- Pregunté movido por la curiosidad.

-nadie lo sabe, unos dicen que lo embriagó, otros que uso alguna especie de droga- me dijo inclinándose hacia mi- pero ni siquiera el chico es capaz de decir a ciencia cierta lo que sucedió aquella tarde de verano. Pero hay algo que es completamente seguro...

L a puerta del baño se abrió de golpe permitiendo la entrada de Gabriel seguido por Guillermo con el torso completamente desnudo y su playera manchada en la mano, nuestras miradas se cruzaron por un segundo y el peso de nuestra visión fue tal que por poco y saltaron chispas, Gabriel lo detuvo por el hombro pero ante un leve ademan con la mano de parte de Guillermo le soltó de inmediato permaneciendo a la expectativa.

Permíteme Destruirte (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora