No fue un secreto que dediqué mi semana a practicar las partituras que el maestro nos había dejado, era una insulsa melodía sin importancia, pero aun así, deseaba interpretarla a la perfección si con ello era capaz de igualar a Guillermo, me sentía bastante satisfecho, sobre todo porque la melodía estaba saliéndome a la perfección y cada vez que la ensayaba, sonaba aun mejor, complacido con migo mismo, decidí levantarme de aquel hermosos piano que ocupaba gran parte de mi salón y sentarme frente a la chimenea a mirar el fuego crepitar.
Había decidido dejar en paz a Guillermo todo el fin de semana, lo que le había pedido iba a ser sumamente difícil y lo último que necesitaba era tenerme encima de èl aunque era lo que yo más deseaba, me sentía un poco mal por aquella petición tan injusta, pero era la única manera, con Gabriel fuera del camino, Guillermo seria mío, lo quisiera o no, cierto, ya había sido mío físicamente, pero no era suficiente, deseaba que me perteneciera en todos los sentidos posibles y no descansaría hasta obtener esa satisfacción.
Así que el lunes, con una satisfacción enorme me dirigí a la academia, sabiendo que Guillermo comenzaría a ser mío, no estaba seguro de si iba a mostrar las fotos si no dejaba a Guillermo, a decir verdad, lo más probable es que no lo hiciera, debido a que aquello me parecía un poco de mal gusto, pero un así, eso no significaba que no podía amenazar a Guillermo con aquello, había conseguido su número en el registro escolar y me había dedicado a recordarle nuestro trato todo el fin de semana, así que aquel lunes, solo podían ocurrir dos cosas, Guillermo caería a mis brazos temiendo por Gabriel o me golpearía como si no hubiese un mañana sin importar las consecuencias, ya lo sabremos.
Tomé asiento en la parte trasera del aula, desde donde podía tener una visión panorámica de todos en el salón, de manera que en cuanto Guillermo atravesase la puerta, no le vería. Miré el reloj, cinco minutos, pronto aparecería n la puerta, sin embargo, el timbre sonó y el profesor entro en el aula pero sin señales de Guillermo, dirigí mi atención a la banca de Gabriel y resultó que tampoco estaba ¿le habría hecho algo? Eso sería imposible ¿no?
-Buenos días jóvenes, hoy continuaremos con el ensayo del concierto de navidad- dijo el maestro mirando a todos con aire de menosprecio- pero antes, es necesario aclarar un asunto ¿Señor de Luque?
-¿Si?- pregunte confuso al toparme con la inquisitiva mirada del maestro.
-¿Está usted listo?- preguntó mirándome con cautela- espero un momento ¿Dónde esta su compañía?
Mire a todos lados y no pude hacer más que extender los brazos para insinuar que lo ignoraba. Aquello era bastante extraño, al parecer tampoco había avisado a la escuela que faltaría, aun cuando eso era una obligación, sin saberlo comencé a preocuparme cuando el maestro me hizo pasar y sentarme en el piano para interpretar la melodía por mi cuenta "esto le resta puntos a Díaz" dijo decepcionado mientras y quitaba el polvo que se había formado aquel fin de semana en las teclas al ser dejadas al descubierto, pude notar una pequeña mancha seca en la cola del piano y una fugaz sonrisa ocupo mis labios ¿semen quizás? Este salón había sido testigo de nuestro encuentro y este mismo piano había sostenido el peso de Guillermo.
-¿Listo ya?- cuestionó impaciente el maestro sacándome de mis reflexiones.
-Aun no- dijo una voz autoritaria desde la puerta, era Guillermo, pero ¿Qué demonios pasaba? Entraba de la mano con Gabriel, inconscientemente di un manotazo en el piano haciéndolo sonar con violencia atrayendo la atención de todo el salón. Guillermo solo me miró con deprecio mientras Gabriel sonreía burlonamente al ver a su todavía novio sentarse frente a mí y tomar el cello eléctrico.
-Lo siento, de verdad quería interpretar solo- dije al ver que la gente no me quitaba la mirada de encima- soy algo temperamental.
-Como todos los dotados- dijo el maestro con satisfacción, al parecer se contaba a sí mismo en esa categoría.
-Solo tuve un pequeño retraso- dijo mirándome con un odio mayor y acomodándose para tocar.
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Gabriel
¿Humillado? Esa palabra se queda corta para describir la sensación que me invadió al escuchar a Guillermo interpretar aquella pieza al lado de Samuel, yo reconozco que no soy tan bueno, de hecho soy bastante malo, también sé que cuando Guillermo toca con migo, la melodía pierde belleza por mi culpa, sin embargo el sigue deseando tocar a mi lado por el gran amor que dice poseerme, esa es la razón por la que lo amo más que nada, la razón por la que mi vida terminaría si no estuviese a mi lado, es el único que me ha aceptado tal y como soy.
Pero aquello era demasiado, la interpretación era tan perfecta que verdaderamente estaba a punto de llorar, la notas se complementaban entre si y los delicados sonidos que emanaban de los dedos de ambos invadían la habitación en perfecta correspondencia, era como si ambos hubiesen nacidos para tocar el uno con el otro. Como si fueran la mitad de una sola cosa. No pude más, sin decir nada me levante de golpe dejando el salón furioso y me dirigí a los jardines para despejar mi mente, aquello me estaba matando. Si la música revela los secretos del alma ¿Qué significaba que ambos se complementaran de esa manera?
Samuel
Guillermo y yo no complementábamos de manera perfecto en aquella canción, nuestras notas encajaban de forma exacta y era como si nuestras almas bailaran encada caricia que dábamos en nuestro instrumento, al parecer el chico se había dado cuenta de aquello puesto que cuando le guiñé un ojo a media interpretación sus mejillas se encendieron en un rojo intenso y justo en ese momento, Gabriel se levantó de golpe saliendo del salón molesto, nadie noto aquello salvo Guillermo y yo que estábamos de frente ¿me habría visto? Esperaba que sí. Cuando puse las últimas notas en el piano para cerrar la melodía, una ovación de pie fue lo que nos respondió en un estallido de aplausos interminables. Hicimos las reverencias correspondientes mientras el de ojos rasgados me miraba su peor mirada de desprecio.
-esto es problemático- dijo el maestro cuando la ovación termino.
-¿Pero qué diceh?- cuestiono Guillermo ante el comentario
-Están demasiado reñidos, difícil tomar una decisión aún- dijo mientras revolvía sus archivos y nos entregaba unas partituras nuevas- ensayen bastante y veremos qué pasa.
De nuevo el maestro nos dejó a solas mientras el resto del salón se retiraba, yo tomé al chico por le brazo antes de que se marchara y le plante un beso en los labios mordiéndole fuertemente le labio inferior al separarnos mientras él me miraba con furia.
-No has hecho lo que te dije- reclame pegándolo a mi cintura.
-¿Qué pasa si me niego?- me desafió- no creo que hagas lo que dices.
-Pruébame entonces- le dije en tono mordaz mientras le lanzaba lejos de mí, pero si no has terminado con él para cuando el timbre de la hora de la salida, yo le romperé el corazón por ti, tú decides, o pierdes con dignidad conservando a un amigo, o lo pierdes todo en un segundo, sea como sea es tu decisión.
Me retiré dejándolo con la palabra en la boca, sabiendo que mi amenaza había sido lo suficientemente convincente, era excelente jugando y todo iba a salir tal y como yo lo deseaba.
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Noticias:
He publicado el trailer de una historia que comenzará en enero llamada "El Escuadrón" la verdad se que estará padre, será Vegexby (Vegetta x Alexby) pero también tendrá los demás ships aunque no como principales. Espero que vean el trailer (video) y les guste.
Publico hoy porque puede que esta semana me ausente, debido a que es semana de exámenes y estoy super atareado, pero en caso de que me ausente esta semana, no se preocupen el siguente lunes nos veremos.
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Permíteme Destruirte (Wigetta)
Fanfiction¿Qué pasa cuando una fuerza imparable se estrella con un objeto inamovible? "Del odio al amor hay más de mil pasos" se decía Guillermo mientras se esforzaba por no partirle la cara al chico engreído que tenía frente a él. Guillermo odiaba a Sa...