Pensemos que esta canción de arriba, se la cantan Guille y Samu el uno al otro...
-¿Por qué es tan importante?- dijo Samuel señalando el colguije brillante que sostenía entre mis dedos.
-Es una larga historia- dije sin darle mucha importancia.
-Tenemos tiempo- dijo arqueando las cejas.
Afuera hacía un frio del demonio, pero mi madre había puesto agua a hervir en la estufa y la casa se había calentado de inmediato, Samuel se hallaba envuelto en una gruesa cobija de lana mientras yo bebía un café negro y le miraba con cierto recelo, de aquella situación yo solo entendía dos cosas, que Samuel había sido herido por mi culpa y que yo debía estarle agradecido, todo lo demás, era una completa incógnita, si era cierto lo que decía sobre amarme o si de verdad deseaba pasar una vida conmigo no me era del todo claro y aunque de verdad deseaba creerle, algo dentro de mí me obligaba a seguir dudando.
Miré con detenimiento la pequeña tortuga que colgaba en mis manos y una leve sonrisa se formó en mis labios, Samuel pareció notarlo, porque de inmediato sus mejillas se tiñeron de rojo, tímidamente acerco su mano a la mía, pero la alejo de inmediato cuando vio que mi cuerpo se tensionaba, no era mi intención ofenderlo, pero esas reacciones me eran casi automáticas, definitivamente no estaba listo para dejar que me tocara, el beso que le había dado no había sido más que fruto de la emoción que sentí al ver de nuevo le colgante en sus manos, fruto de la extrema gratitud que en esos instantes sentí por su persona, pero aun no estaba seguro de que hubiese sido por algo más y si soy sincero, en esos momentos no estaba seguro de nada.
-Era de mi padre- dije por fin- no es cierto claro... lo vimos en una joyería cuándo yo tenía siete años, me gustó tanto que mi papa decidió que quería regalármelo, la tortuga siempre ha sido mi animal favorito- Samuel asintió lentamente invitándome a continuar- así que ahorró durante meses y en mi cumpleaños, fue el único regalo que recibí, luego murió y... tu sabes, larga historia.
La mirada de Samuel se conmovió de inmediato y tratando de evitar que me percatase la dirigió al árbol, que brillaba tristemente en medio del viejo salón. Luego de unos segundos fingiendo mirar el techo, se levantó de golpe y doblando la cobija se encaminó a la puerta, su trajee estaba cubierto de lanas y su cabello estaba bastante despeinado, tardé unos segundos en entender que se marchaba.
-Pensé que ibas a quedarte- dije con tranquilidad, no deseaba que se diese cuenta que de verdad quería que se quedara con nosotros.
-Y lo haré, pero necesito ir a casa a cambiarme- dijo frotándose las mano- además, William se quedará solo en la mansión si no le digo que voy a quedarme, y la verdad no deseo eso, la única razón por la que no se fue con su familia es porque se preocupa por mí.
-Entonces ¿Volverás?- aquello sonó como una súplica, un nudo se formó en mi garganta y sentí como mis ojos se humedecían, por un momento me sentí débil y estúpido, pero Samuel al notarlo, tomó mis manos entre las suyas, esta vez no lo evité, sus manos estaban heladas como el hielo, pero aun así no intenté que me soltara, aun cuando sus manos estaban congeladas, podía sentir una calidez casi inhumana en ellas.
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Permíteme Destruirte (Wigetta)
Fanfiction¿Qué pasa cuando una fuerza imparable se estrella con un objeto inamovible? "Del odio al amor hay más de mil pasos" se decía Guillermo mientras se esforzaba por no partirle la cara al chico engreído que tenía frente a él. Guillermo odiaba a Sa...