Extraño: Gabael (Lemon/Explícito)

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Puede que el texto sea bastante explicito, no estoy seguro, así que léanlo bajo su responsabilidad.

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Su cabello estaba teñido de verde, aquello lo hacía lucir sumamente guapo bajo aquella media luz que invadía su cuarto, su barba me hacía cosquillas en el vientre mientras exploraba cada centímetro de mi piel con su lengua, si me entregaba a él por despecho porque de verdad sentía algo por él no estaba seguro, pero el rápido jugueteo de sus dedos era todo lo que en ese momento invadía mi mente, que más daba si el mentía, que más daba si yo no estaba seguro del todo, en ese momento éramos una sola cosa.

Su lengua humedeció mis calzoncillos al pasar por encima de mi miembro aun cubierto, y pude sentir sus dedos estirar el elástico de mis bóxer para liberar a mi muy endurecido miembro, su mirada se iluminó cuando lo tomó entre sus manos, realizando un suave y delicado sube y baja, creando en mi sensaciones indescriptibles. Su legua recorría mi virilidad y sus labios rozaban juguetonamente con mis piernas, se tomaba su tiempo para recorrer cada parte de mi piel como si fuera la única.

Me miró a los ojos y pude sentir el calor subir a mi rostro, aquellos ojos verdosos me miraban con la intensidad del fuego y derrochaban una fiereza que no había visto antes, en ese momento no eran humanos, era como ver los ojos de un puma que está a punto de atrapar a su presa, una sonrisa maliciosa y mi miembro entro de inmediato en su boca hasta el fondo, una ligera arcada se escuchó en su garganta y mis manos enredadas en su cabello lo apretaron mientras yo contenía un gemido, los dedos de mis pies se contorsionaron y mi espalda se arqueó cuando lo sacó de su golpe casi tan rápido como lo había introducido.

Sus ojos recorrieron mi cuerpo de pies a cabeza haciéndome sentir un poco incómodo ante la situación tan desigual, yo completamente desnudo a merced de aquel chico que actuaba como una verdadera fiera, mientras el aún se encontraba completamente vestido, sus labios atraparon los míos de nuevo y mis dedos torpemente comenzaron a desabrochar sus pantalones, sus manos alcanzaron las mías y cuando pensaba que iba a detenerme, se retiró por completo el pantalón con dos movimientos quedando en calzoncillo mientras yo le quitaba con torpeza la camisa.

Mis manos acariciaron con las yemas el hermoso tatuaje de su brazo mientras el acariciaba mi cabello y bajaba lentamente de nuevo a mi miembro. Un beso más en los labios y sus calzoncillos terminaron en el suelo, poco a poco su boca se fue acercando a mi entrada, hasta que su barba rosando juguetonamente me hizo reaccionar, hacía años que no jugaba en ese rol.

-N-No- dije entre gemidos mientras el pasaba juguetonamente su lengua por mi entrada una y otra vez- p-por favor, no agh l-lo aghs! Hagas

-No tengas miedo- dijo mirándome con lujuria, sus ojos verdosos brillaban a la luz de la luna que se colaba por las cortinas de su cuarto – tendré cuidado.

-¿Lo prometes?

Asintió con delicadeza y su lengua continuó con su juego travieso, luego de varios minutos en que yo me sentía extasiado, pude ver como chupaba su dedo bañándolo en bastante saliva, mis músculos se tensionaron al sentir como la punta de su índice se colocaba en mi entrada haciendo una ligera presión, pero sin penetrar un solo centímetro, solamente hacia un agradable masaje, esperando que mi cuerpo le diese permiso. El dedo se fue abriendo paso poco a poco mientras seguía remojándolo de vez en cuando con su saliva, su lengua y su dedo se turnaban para masajearme mientras yo me aferraba a las sabanas y mordía mis labios, aquella era una sensación sumamente agradable, hasta que su índice estuvo completamente adentro mientras él hacía movimientos circulares y besaba mi vientre sin dejar de mirarme, poco a poco mi cuerpo se fue acostumbrando, un dedo, dos dedos, tres dedos, cuando estuvo lo suficientemente dócil, Ismael se levantó de golpe nuestros miembros se rosaron el uno al otro mientras le depositaba un húmedo beso en mis labios.

-Necesito saber i te hago daño- me dijo antes de morder mi oreja con cuidado, podía sentir su cálido aliento en mi oído mientras me hablaba y el olor de su loción combinado con el que expedía su cuerpo y su miembro sudados me embriagaba completamente, apenas y pude asentir levemente, y entonces el colocó la punta de su miembro en mi entrada, era bastante grande, así que no estaba seguro si resistiría.

Entró lentamente, poco a poco mientras yo apretaba los dientes, dolía, dolía bastante, pero él estaba siendo extremadamente cuidadoso, cada vez que veía que mis ojos se apretaban o cuando mi boca soltaba un gemido involuntario se detenía preguntando si me había lastimado cuando finalmente estuvo adentro me tomó por los hombros y levantándome en peso se sentó en el sillón de ala ancha conmigo encima.

Estábamos cara a cara mientras su miembro moldeaba mi interior sus labios recorrían mi cuello y de vez en cuando depositaba un delicado beso en mi boca.

Cuando estuve seguro que me había acostumbrado comencé a subir y bajar en su miembro, esta vez fue Ismael quien gimió, su gemido fue intenso y gutural, como el de un animal, sus uñas se clavaron en mi espalda mientras yo intensificaba el movimiento y los besos en mi cuello se volvían más intensos hasta el punto de dejarme ligeras marcas en la clavícula.

-Mío- susurró a mi oído después de dejar un considerable moratón en mi cuello con sus labios.

-Tuyo- dije yo entre gemidos.

Me cargo en peso y sin salir d mi interior me puso contra la pared comenzando con movimientos violentos, olvidé por completo que me había dicho que lo previniera y me entregue por completo a sus embestidas, el dolor que sentía desapareció de inmediato cuando su miembro encontró ese punto en mi cuerpo que soltó descargas eléctricas, mis gemidos se hicieron intensos y mis gritos se mezclaron con su bufidos y el sonido de su cuerpo estrellándose con el mío, mis gemidos se intensificaron más y más hasta el punto que podían escucharse por toda la casa.

-Suerte que estamos solos- dijo luego de emitir un potente gemido y me beso de nuevo en los labios.

Sus movimientos se hacían cada vez más violentos y entonces su mano atrapó firmemente mi miembro y el placer en mi cuerpo se intensificó, poco a poco sentí esa característica calidez en mi vientre y mi las contracciones se hicieron presentes, con un grito potente mi miembro se descargó sobre su pecho y parte de su barbilla y segundos después, con un gemid intenso y desgarrador el terminaba en mi interior, la sensación de calidez en mi interior fue placentera, sin fuerzas se dejó caer sobre el sillón sin salir de mi interior y me beso intensamente mientras yo descansaba mi pecho en el suyo, el olor en la habitación era penetrante, con dulzura me colocó en la cama mientras se limpiaba el pecho y la barba con su playera y completamente desnudo se marchó al baño, aquello había sido hermoso, poco a poco mi cuerpo exhausto fue sintiendo la calidez de las sábanas, creí que era prudente esperar a que volviera para que me dejase bañarme, incluso fantaseé con la idea de bañarme a su lado, pero poco a poco mis parpados se fueron cerrando hasta que finalmente me quedé completamente dormido. 

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En 5 minutos El  Escuadrón 

Permíteme Destruirte (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora