CAPITULO XXIX

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POV CAROLINE

El corazón comenzó a latirme más rápido conforme el elevador iba ascendiendo, los nervios se apoderaron de mí, me sentía algo temerosa, no sabía cómo podría empezar a explicarle a Nik sobre esa fotografía porque ni siquiera yo misma recordaba que fue lo que me llevo a cometer tal locura. Las puertas del ascensor se abrieron, cruce el lumbral del departamento mirando en todas direcciones en busca de él. El sonido del televisor me guio hasta la sala, camine a paso lento moviendo mis manos nerviosa.

Nik? – Pregunte al ver la silueta recostada sobre el sillón. De pronto la cabeza de Enzo apareció detrás del sillón.

Caroline? – Exclamo con desconcierto. Rápidamente se levantó caminando hasta mi rascándose la nunca con nerviosismo – Qué haces aquí?

Vengo a ver a Nik – Respondí – ¿Sigue dormido?

El... el – Balbuceo nervioso evitando mi mirada.

¿Él? – Masculle alzando una ceja.

El... no está – por fin logro articular.

¿Si no está que haces tú aquí? – Inquirí frunciendo el ceño – Tu eres su guardaespaldas, no iría a ningún lado sin ti Enzo. Así que no pongas más excusas. ¿Donde esta? – El no respondió se quedó callado. Así que dado su silencio decidí ir a buscarlo yo. Camina a paso veloz hasta las escaleras.

Caroline, no! – Dijo el tomándome por el brazo izquierdo impidiendo que siguiera subiendo.- Él no quiere verte. – Hizo una pausa al ver la expresión no tan grata en mi rostro y prosiguió - El... él me ha pedido que si venias no te dejara pasar. Lo siento, Caroline. Pero tienes que irte. – Trate de guardar la compostura lo más que pude, me solté de su agarre y seguí mi camino. – Caroline, por favor!

No, Enzo no voy a creerte – murmure moviendo las manos en el aire molesta – Si no quiere volver a verme que me lo diga el en mi cara. Solo así voy a irme. – Y sin más corrí por el pasillo hasta su habitación. Gire el pomo de la puerta y la abrí rápidamente.

Caroline, no – Dijo Enzo detrás de mí y entonces fue cuando lo vi, estaba con ella, con Camille abrazada a su cuerpo con las sabanas revueltas tapando algunas partes de sus desnudos cuerpos, sobre la cama, la cama donde él y yo habíamos pasado juntos noches de pasión y de amor. No había ni la más mínima duda sobre lo que había pasado entre ellos. Sentí una horrible opresión en el pecho, una opresión asfixiante. Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas instantáneamente sin poder detenerlas, mis piernas flaquearon y me sentí desfallecer. Si no fuera porque Enzo me tomo por la cintura, hubiera caído ahí mismo. – Ven conmigo. – Me llevo de vuelta a la planta baja susurrando palabras que ni siquiera lograba entender porque lo único que ocupaba mi mente era la maldita escena que acababa de presenciar. No podía seguir aquí, en este lugar que estaba repleto de él, de su aroma me estaba quemando por dentro. Me solté del agarre de Enzo y corrí lo más rápido que mis piernas me lo permitieron hasta el ascensor. Mis dedos temblorosos tocaron todos los botones hasta que encontré el de la planta baja. Me deje caer sobre el piso del ascensor y lloro, lloro desconsoladamente, el dolor es demasiado fuerte, lo siento por todo mi ser y me cala hasta los huesos. Solía creer que ya había experimentado tener el corazón roto, pero estaba equivocada. Tener el corazón roto se sentía como si mis costillas estuvieran perforando uno de mis pulmones, como si estuviera perdiendo la respiración, no podía soportarlo.

En cuanto las puertas de ascensor se abrieron me levante agarrándome por los extremos de las paredes. Me puse la capucha del suéter sobre la cabeza y salí del edificio. No tenía idea de a dónde ir, el dolor no me dejaba pensar con claridad. Lo único que sabía es que tenía que largarme de esta maldita ciudad. Camine por las calles con la cabeza agachada tratando de controlar las lágrimas, pero era imposible por más que lo intentaba no dejaban de salir. Sentí mi celular vibrar en la bolsa derecha de mi abrigo. Limpie un poco mis lágrimas para leer el nombre en la pantalla era Damon, una mínima sensación de tranquilidad me invadió. En cuanto estuve a punto de contestarle sentí un fuerte golpe y todo a mí alrededor se volvió negro.

The Sound Of Your Hearbeat(Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora