CAPITULO XXXI

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POV DAMON

¿Caroline que ocurrió? – Pregunte con temor. Me acerque hasta ella después de dejar la bandeja de comida sobre el buro de noche. Ella no respondió, ni siquiera me miro. Su vista estaba fija en la televisión completamente destruida. – ¿Caroline?

¡QUIERO ESTAR SOLA! – Grita con mucha rabia. Pongo una mano sobre su hombro pero ella rápidamente se movió alejándose. Trago en seco, y en contra de mi voluntad me alejo lentamente. Emprendí mi camino a la puerta obligando a mis piernas a responder. Algo dentro de mí no quería salir de esta habitación, ella estaba mal y ni siquiera sabía cuál era ahora la causa y la maldita impotencia me estaba calando. Cubrí el pomo de la puerta con mi mano y comencé a cerrarla tras de mí. Y cuando estuve a punto de cerrarla por completo la escuche llamarme. – Espera.... – Me volví instantáneamente hacia ella quien ya se había levantado de la cama, estaba solo a unos metros de mí, con una expresión de disculpa en el rostro y sus ojos denotaban dolor, rabia, molestia, todas mezcladas en sus preciosos ojos azules. – Lo siento, yo... yo... Por favor no te vayas. – Una pequeña sensación de alivio se instaló dentro de mí. Esta manera en que a veces ella demostraba que me necesitaba, no voy a negarlo me daba esperanzas. Me acerque a ella y en cuanto estuve justo frente a ella, de forma inesperada envolvió sus brazos alrededor de mi cuello, aferrándose a mí. Y el mundo se detuvo, todo lo demás no importaba. Solo tenerla entre mis brazos y consolarla.

La voz de Bonnie resonó por todo el pasillo, pensé que ella se alejaría por instinto. Pero no, Caroline se quedó ahí abrazada a mí.

Caroline, ese maldito de Klaus.... – La voz de Bonnie se fue apagando y cuando nos giramos hacia ella aun envueltos en los brazos del otro su expresión de sorpresa e incomodidad por haber interrumpido el momento. – Lo siento – Muy poco me importo sus palabras de disculpa, las únicas palabras que mi cabeza proceso fuero ese maldito de Klaus... -

¿Ese maldito de Klaus qué, Bon? – Pedí saber. Ella se encogió de hombros nerviosa y sus ojos se posaron en Caroline, como si amabas supieran algo que yo desconocía. Sentí a Caroline tensarse a mi lado y se alejó poco a poco. – ¿Qué? Respóndeme. – Caroline negó con la cabeza en dirección a Bonnie y entonces lo deduje. Su comportamiento de hace un momento tenía que ver con Mikaelson. Claro solo él podría infligir dolor en ella. – Caroline... - sentencie

El... el – comenzó a decir con nerviosismo – En una entrevista le preguntaron acerca de nosotros. Y él respondió que estábamos bien ¿Puedes creerlo?. Y que vendría pronto a visitarme tal como es debido de un novio.

¿¡PERO QUE MIERDA!? – Exclamo molesto - ¿Él ha dicho eso? – Bonnie asiente haciendo una mueca de disgusto. Me vuelvo hacia Caroline quien nos está dando la espalda, se nota tensa y rígida. Esto la está afectando demasiado. Maldito Mikaelson, aun incluso después de todo lo que ya causo sigue arremetiendo contra ella, lastimándola más. Pero entonces caigo en cuenta de algo ¿Y si en realidad viene?. Que ni se atreva porque lo mato antes de que intente siquiera cruzar el lumbral de la puerta. Mi mirada se fija en la televisión rota frente a nosotros- Es... es por eso que....? – Pregunto a Caroline. Ella suelta un suspiro y se voltea hacia mí, entiende perfectamente a lo que me refiero. Se tensa y asiente.

Prométeme que si viene no dejaras que se acerque a mí – Me pide implorando con sus lagunas azules. – No lo quiero ver. No puedo verlo.

Te lo prometo, hermosa – Aseguro tomando su rosto entre mis manos. – No voy a permitirle llegar a ti. – La sentí relajarse un poco. Y musito un apenas audible "Gracias". Aunque ella no me lo hubiera pedido, yo no habría permitido que Mikaelson se acercara a ella. A lo mejor él podía jurar que la amaba y todas sus malditas mentiras. Pero él no la vio cuando el dolor la consumía los primeros días, él no la vio llorar, no estuvo cuando las pesadillas la perturbaban por la madrugada. Así que él no tenía por qué venir a buscarla, ni a tratar de hablar con ella, porque no era algo que se mereciera. Bonnie salió de la habitación unos minutos después dejándolos completamente a solas. Estuvimos callados un par de segundos, hasta que recordé el desayuno. – Yo te traía el desayuno.

The Sound Of Your Hearbeat(Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora