CAPITULO XXX

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POV CAROLINE

Hola, Cariño – Saluda mis madre sentada en uno de los muebles de la habitación. Mis ojos apenas se acostumbraban a la luz del sol que entraba por la ventana. Le sonreí ligeramente y ella se acercó hasta mí. – ¿Cómo estás?

Bien – Respondí tratando de incorporarme un poco en la cama, pero me fue imposible por el yeso en uno de mis brazos.

Te ayudo – Apoye el brazo que tenía bien en ella y poco a poco me fui incorporando. Acomodo las almohadas detrás de mí y se sentó en el borde de la cama. – Elena y Bonnie me han contado... - hace una pausa mientras toma mi mano entre las suyas. Frunzo el ceño molesta y ella lo nota – No te enojes con ellas, no lo han hecho con mala intención. – No respondo, me quedo en silencio tragándome el nudo que se forma en mi garganta – Estoy contigo, mi vida. Si quieres hablar aquí me tienes. – Mi labio inferior comienza a temblar y mis ojos se llenan de lágrimas que lamentablemente no puedo contener. La primera lágrima cae por mi mejilla y ella rápidamente la limpia. Pero las demás son incontenibles y comienzan a caer abundantemente. Entonces me toma en sus brazos y me aferro a ella con fervor. – Oh mi niña, lo siento tanto. Pero todo estará bien, lo prometo.

Lo amo mamá – susurro entre sollozos – Me duele tanto amarlo.

Lo sé, hija, lo sé – me acaricia el pelo en movimientos ascendentes para tranquilizarme. Y nos quedamos un rato así, abrazadas hasta que las lágrimas y los sollozos comienzan a cesar. – Ojala pudiera evitarte este dolor hija. Pero lamentablemente no puedo hacerlo, es parte de la vida, es parte del amor. Pero lo que sí puedo hacer es pedirte que seas fuerte, Caroline. Yo sé que te duele muchísimo, pero el tiempo puede curar todo y un día esto no será más que un capítulo más en tu vida. Pero mientras eso pase cariño, todas esas personas que están allá afuera, esas personas que son tu familia y por supuesto yo, estaremos aquí apoyándote y ayudándote a superarlo. Te amo hija.

Gracias mamá – Volví abrazarla fuertemente. Me pasaba la vida quejándome por la falta de atención de mi madre, pero aquí en este preciso momento todo eso se esfumo. Porque ella estaba aquí cuando más la necesitaba, haciendo el papel de amiga y madre a la vez. Demostrando que me amaba tanto como yo a ella. – Yo también te amo. – Un momento después una de las enfermeras apareció con una bandeja de comida.

Mi madre me obligo a comer todo lo que había en el plato a pesar de mis intentes por disuadirla. No tenía hambre, nada de apetito. Pero no había probado nada de alimento desde ayer. Y ella tenía razón, debía que comer no le hacía nada bien a mi salud. ¿Pero a quien puede importarle su salud, cuando su novio, más bien su ex – novio el que juraba amarla le había sido infiel?. Los reclamos de él vinieron a mi mente automáticamente. "TU TE BESASTE CON SALVATORE, MALDITA SEA". Si lo había hecho, había cometido ese error, sentía algo de culpa, no fue mi mejor acción. Pero no lo recordaba, maldito alcohol. Te lleva a cometer graves errores. Sabía que tenía algo de culpa en todo esto, y lo aceptaba. Pero eso no justificaba lo que Klaus había hecho, si ahora era Klaus, no más Nik. Solo Klaus. Porque ese era el hombre que me había engañado, el que había fallado a nuestro amor.

La puerta se abrió mostrando a Kol y Rebekah, me observaron con timidez. Y poco a poco fueron entrando en la habitación. De cierto modo dolía verlos, porque me recordaban a su hermano. Pero también me hacía bien tenerlos cerca. Los quería demasiado, y no quería perderlos a ellos también.

Podríamos hablar con Caroline, un momento a solas? –Pregunto Rebekah. Una media sonrisa se formó en su rostro. Rebekah mordía su labio inferior nerviosa y Kol sus manos.

Claro chicos – Respondió mi madre dedicándoles una dulce sonrisa. Beso mi frente y después de tocar el hombro de los dos de forma tranquilizadora salir por la puerta. Ellos se quedaron ahí mirando como dos estatuas.

The Sound Of Your Hearbeat(Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora