The Sound Of Your Hearbeat(Pausada)

CAPITULO XXXII

POV KLAUS

El viento golpeaba fuertemente la ventana esta fría y nevada mañana de un viernes donde me encontraba solo en su mi habitación contemplando una fotografía de Caroline. Había pasado ya exactamente un mes y una semana desde nuestra terrible ruptura, semanas de agonía, de reporteros siguiéndome a todas partes tratando de averiguar porque estábamos distanciados. Cada vez era más difícil esconder este suceso, esta separación. No tardando ellos iban a descubrirlo. Faltaba una semana para entrar a diciembre, el mes de la víspera navideña. Y también una semana para el cumpleaños de Caroline. Lo cual me recordaba los planes que teníamos para pasar juntos la navidad y el año nuevo. Viajaríamos juntos a Londres para pasar con mi familia la navidad, y después a su pueblo natal para el año nuevo. Pero ahora que lo nuestro ya no existe, y que mis padres han expresado su molestia conmigo por la idiotez que cometí, no sé realmente que me depare para esos días.

La mayoría de las noches me las pasaba pegado al computador revisando las redes sociales de Caroline, donde apenas y había nuevas publicaciones. Muy pocas escasas noticias de ella deambulaban por el internet. No había vuelto a tratar de llamarla desde aquella noche. Y no es que no quisiera, porque sí, me estaba muriendo de ganas. Pero muy a mi pesar estaba siguiendo el consejo de Elijah.

Justo después de las vacaciones navideñas, las grabaciones de la serie llegaran a su fin, más o menos tres semanas después. Y podré ir a buscarla, pero sinceramente estaba dudando sino hacerlo ya, porque todavía tenía la esperanza de que arregláramos las cosas y pasar estas fechas importantes a su lado. Contaba los malditos días para que aquello se cumpliera. Para poder volver a verla, tenerla cerca, aspirar su aroma.

Deje de nuevo la fotografía en su lugar, sobre el buro de mi cama y termine de una vez de vestirme. En cuanto llegue a la planta baja pude escuchar a mi hermano y a Katerina, quien había llegado apenas hace unos días, para visitar a Elijah. Era molesto tenerlos alrededor, porque ciertamente envidiaba el aura de romanticismo que la pareja emanaba. Pase de largo hacia la cocina tratando de ignorarlos, pero me fue imposible.

Niklaus... - Escucho a mi hermano llamarme - ¿No vas a desayunar con nosotros?

No - Respondí sirviéndome un vaso de agua y apresurándome a beberla - Tengo que ir a trabajar - Dicho esto tomé mi chaqueta y salí en dirección al ascensor. Las puertas se abrieron y enseguida me deslice en el interior. Mi mirada se quedó completamente fija en los números que iban cambiando conforme iba descendiendo. Mi mente estaba en blanco, me perdí por un rato hasta que el sonido de las puertas abriéndose me trajo de vuelta a la realidad. En cuanto llegue al estacionamiento Enzo ya tenía el auto listo. Abrió la puerta trasera para que entrara.

Buenos días jefe - Saluda con tono cordial.

¿Qué tienen de buenos? - Bramo seriamente. Sinceramente no estaba de humor para nada, ni siquiera para ir a trabajar.

Vaya, parece que alguien se levantó con el pie izquierdo - Murmura antes de cerrar la puerta riendo entre dientes.

No tardamos mucho en llegar al estudio de grabación, en cuanto baje del auto el frio aire de invierno golpeo mi rostro. Sinceramente esta era mi época favorita del año, pero ahora la estaba odiando demasiado. Moría de ganas de pasar estos días de frio acurrucado en la cama con Caroline. Sintiendo calor de nuestros cuerpos desnudos bajo las sabanas, dios ¿Qué hice para merecer esta tortura? Serle infiel, dijo una vocecita dentro de mí.

Me desplazo dentro de las instalaciones tomando mi camino hasta el camerino saludando a la gran cantidad de personas que iban de un lado a otros por los pasillos. En cuanto estoy dentro de mi pequeño espacio, encerrado en esas cuatro paredes blancas me tumbo sobre el sillón botando la cabeza hacia atrás. Mis ojos enfocan el escritorio donde hace unos meses atrás Caroline y yo habíamos hecho el amor. Joder, absolutamente todo me recordaba a ella. Me encontraba atrapado en un maldito infierno que yo había creado especialmente para mí.