ESCARMIENTO

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{KAT}

Llegó el momento de acabar con todo esto.
Debe morir.
Liam debe morir.
Alzo el cuchillo afilado.
Lo dirijo hacia su cabeza.
- Adiós, Liam. Esta será tu caída.

No puedo, no puedo.
- Vamos, Kat, que sí que puedes- murmuro para mí misma.
Entonces Liam abre los ojos y bajo el puño en el que tengo el cuchillo a toda velocidad.
El cuchillo toca fondo.
Pero no en el cuerpo de Liam, sino en el colchón.
El chico de la cicatriz da un pequeño grito y sale corriendo.
Pero yo corro más que él y me interpongo en su camino.
- ¡¿Qué intentas hacerme?!- me grita este, asustado y con los ojos abiertos de puro terror.
- ¿Es que no lo ves?- me río pasando el cuchillo por mis labios y sonriendo maliciosa-. Deberías de haber tenido en cuenta que soy muy rencorosa antes de intentar ahorcarme con tus sucias manos.
- Ya te pedí perdón, lo siento, lo siento- dice Liam, retrocediendo.
- Pues yo no siento lo que voy a hacer- le digo acercándome lentamente a él.
- Kat, no, por favor, podemos solucinar esto- me suplica Liam con la mirada-. Somos... éramos amigos... Esto no puede acabar así... Yo te quería, eras como una hermana para mí...
- ¡¿Y entonces por qué intentaste matarme?!- le grito alzando el cuchillo hacia él y avanzando, amenazante.
- Lo siento, fue un descuido, me dejé llevar por mis emociones...- se lamenta este mientras retrocede hasta estar acorralado en una esquina.
Liam mira para todos los lados en busca de un arma con la que defenderse pero no hay nada cerca de él.
- Pues lamentarás haberte dejado llevar por tus emociones- le digo sonriendo malvada y me acerco hasta él, dispuesta a atacar, alzando el cuchillo hacia su cabeza.
Liam grita, cierra los ojos y se agacha, protegiéndose con los brazos.
Se ha rendido.
Así me gusta.

Dejo caer el cuchillo y empiezo a reírme a carcajadas.
Liam abre un poco los ojos y se queda mirándome, extrañado.
- ¿Qué coño te pasa a ti?- me pregunta, empezando a alejarse de mí por si las moscas.
- Deberías de haberte visto la cara, creías que ibas a morir- digo sin parar de reír-. ¿En serio creías que te iba a matar?
- Viniendo de ti, me lo esperaba- me dice Liam junto a la puerta, preparado para salir si vuelvo a atacar.
- No soy una asesina- le digo intentando ponerme seria pero sin conseguirlo.
- ¿Vas a estar riéndote todo el rato?
- Vale, ya, me pongo seria- digo levantándome del suelo y limpiándome las lágrimas de la risa, miro a Liam seriamente y doy un paso hacia él-. ¡Bu!
Liam retrocede y se choca con la puerta del susto y vuelvo a reír.
- ¿Te crees muy graciosa?- me pregunta este con la mano en el pomo, a punto de abrir la puerta-. Allí fuera tengo a cientos de niños dispuestos a defenderme.
- Liam, esto es entre tú y yo, no seas cobarde- le digo y este aparta la mano del pomo y da un paso hacia mí.
- ¿A qué has venido?- me pregunta.
- Me han desterrado de Fontana y no tenía otro lugar al que ir- me encojo de hombros.
- ¿Y después de lo que me has hecho esperas que deje que te quedes?- me pregunta Liam alzando las cejas.
- ¡No te he hecho nada! Solo quería darte un escarmiento- y es la verdad, solo quería asustarlo un poco, aunque me convenciera de que quería matarlo no era así-. Te lo merecías y no digas que no. Además, me lo debes.
- Está bien, sí, pero no sé si pegarías en este sitio.
- Voy a quedarme lo quieras o no- le respondo secamente.
- Eso no lo decides tú.
La puerta de la habitación se abre de repente y entran unos niños furiosos. Me apuntan con sus lanzas.
- ¿Estás bien, Faraón?- le pregunta una niña rebelde a Liam.
- ¿Te ha hecho daño?- pregunta un niño.
- ¿Atacamos?- pregunta otro.
- No- dice Liam apartándolos con un gesto-. Dejadnos a solas, es una amiga.
Los niños se van y volvemos a quedarnos solos.
- ¡¿Faraón?!- digo con una risita-. ¿No te parece demasiado ridículo?
- Eso mismo pensé yo al principio- me contesta-. Mira, puedes quedarte si quieres. Es más, te necesito para lo que voy a hacer. Eso si me perdonas, claro.
- ¿Que te perdone?- le pregunto, asombrada-. Lo que me hiciste no tiene perdón aunque siempre puedo tratar de olvidarlo.
- He dicho que o me perdonas o te largas de este sitio- me ordena Liam seriamente.
- ¿Te crees muy superior o qué?- le pregunto alzando las cejas-. Si quisiera, podría matarte y hacerme con el poder.
- Pero no lo harás.
- ¿Qué te hace pensar eso?
- Has tenido una oportunidad perfecta y no lo has hecho.
- Puedo cambiar de idea.
- ¿Ves por qué no podemos convivir juntos?- suspira Liam-. Siempre estamos peleándonos.
- Es por tu culpa. Tú has empezado ordenándome que te perdone y a Kat no se le dan órdenes. Se te está subiendo el poder a la cabeza.
- Tienes razón- suspira Liam dejándose caer al suelo y tapándose la cara con las manos-. No quiero, no quiero volverme como él.
- ¿Como quién?- le pregunto entrecerrando los ojos.
- Como mi padre- me contesta sollozando-. Ayúdame, por favor.
- Tranquilo- le respondo arrodillándome a su lado-. Tú no eres como él.
- Ahora no pero me puedo dejar llevar, como hace un momento, y como cuando intenté matarte. Ayúdame- me suplica entre sollozos.
- Te ayudaré- le contesto asintiendo con la cabeza.
Liam se limpia las lágrimas y me da un abrazo.
- Lo siento, lo siento mucho, Kat.
- Tranquilo.

Apocalipsis Zeta - Parte 4: Destinos separadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora