EL DESFILADERO

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{JACK}

- Bienvenidos al Desfiladero- nos dice el joven Kendrick invitándonos a pasar-. No os quedéis ahí parados, no os preocupéis por los demás, son así de amables. Vamos, entrad...

Seguimos a Kendrick hacia el interior de esta comunidad rodeada de montañas.
Está amurallada con grandes trozos de acero bien colocados alrededor del pueblo, aunque de todas formas esta zona es segura, no hay muchos zombis por aquí, no vi a ninguno de ellos cuando venía en coche.

Cuando paso la gran puerta metálica, me quedo boquiabierto.
Casas.
Casas normales y corrientes.
Me esperaba algo parecido a La Llama, un fuerte o un búnquer pero no esto, esto se parece a lo que antes era la vida.

- Como habréis podido comprobar, no es una gran comunidad. Aún podemos alojar a muchos más pero un día de estos, llegaremos al límite. Esto era una pequeña villa olvidada, con el mismo nombre que ahora. Cuando comenzó todo esto, lo despejamos todo, incluido los alrededores y empezamos a amurallar lo que es ahora nuestro hogar y puede que también el vuestro. Tenemos agua caliente pero no electricidad, aunque es algo que queremos conseguir con el tiempo. La energía la obtenemos de placas solares, casi todas las casas tienen una, las hemos ido consiguiendo a lo largo del tiempo- nos informa Kendrick al lado de la puerta principal mientras los residentes vuelven a adentrarse en el pueblo para seguir haciendo su vida normal.
Cuando pasan por mi lado, todos me miran con ojos curiosos, a mí y no a mis compañeros.
- Ahora mismo os conduciré a lo que será vuestra casa a partir de ahora. Os acompañará una escolta que os vigilará hasta que os entrevisten y luego, si los psicólogos deciden si sois buenas personas, os dejarán quedaros y la escolta dejará de vigilaros. Si no os dejan quedaros, seréis desterrados de la comunidad sin ningún problema y podréis seguir vuestro camino. Luego ya obtendreis más información acerca de la comunidad- nos dice Kendrick pero yo apenas presto atención con las miradas inquisitivas de la gente.
- Es aceptable- asiente Noah y tres guardias con un uniforme negro nos acompaña a la casa que se nos han asignado.

Nos abren la puerta y entramos, ellos se quedan fuera, vigilando.
- Madre mía...- susurro boquiabierto.
Dos sofás y un sillón, una estantería llena de libros y una chimenea en la sala de estar, una mesa rodeada de cuatro sillas en el comedor, una cocina normal y corriente con agua y en el piso de arriba tres dormitorios y dos cuartos de baños. Una casa americana totalmente normal.
- Dios, no me creo que estemos en una casa normal y no tengamos que preocuparnos por si aparece algún mordedor- dice Mike tirándose en un sofá.
- No te acomodes tan pronto, aún no sabemos si nos dejarán quedarnos- le dice Noah.
Me tumbo en el otro sofá y suspiro de alegría.
- No seas tan aguafiestas, Noah- le digo mirando al techo.
En ese momento, llaman a la puerta y los guardias entran sin que nos de tiempo a decirles que entren.
- Es hora de las entrevistas- dice un guardia y cada uno vamos con uno, a sitios diferentes.

Esto me recuerda a La Llama pero esa entrevista fue para conseguir trabajo y esta para ver si podemos quedarnos.
Este sitio me gusta, me encanta, es lo que quería encontrar, no un sitio como La Llama que parecía que estaba en una cárcel. Aquí tendré habitación propia, allí tenía que dormir con más gente, aquí tendré más privacidad.
Pero hay un par de cosas que no me cuadra, las miradas raras que me dirigen la gente y que el líder de esto sea un crío. Bueno, tendrá mi edad, unos dieciocho o a lo mejor un año más pero no es suficiente para estar al mando, tiene que haber gente con más experiencia que él.

Llego a una casa y un anciano me invita a entrar. El psicólogo tiene que estar dentro, puede que el anciano sea su padre.
- Siéntate- me ofrece el anciano y asiento.
Me siento en un sillón al frente de un sofá donde se sienta el anciano.
- ¿Estás listo?- me pregunta el anciano.
- Espera... ¿Tú eres el psicólogo?- le pregunto con los ojos entrecerrados.
- Sí- asiente-. ¿Esperabas alguien más joven? ¿Una mujer tal vez?
- No, no- niego con la cabeza-. Bueno, tal vez. Da igual, empieza.
- Bueno, me presento. Soy el doctor Phil, especializado en psicología. ¿Tú eres...?
- Jack Smith.
- Mientes- me responde observándome atentamente.
- ¿Qué? ¡No! ¡No miento!- le digo sin entender por qué piensa eso.
- Puedo observar en tu cara que estás mintiendo aunque no del todo. Puede que te hayas inventado el apellido, o el nombre. Puedes decirme la verdad- me dice amablemente.
- Es que yo... siempre me he llamado así- me encojo de hombros-. Bueno, hasta que me enteré de que era adoptado y mi apellido era Blair, no me acordaba, lo siento.
- Vale- asiente Phil-. Bueno, Jack Blair, ¿en cuantas comunidades has estado durante el apocalipsis?
- Pues... una, se llamaba La Llama, era un fuerte pero las cosas no fueron muy bien porque estaba lleno de manipuladores y mentirosos, por no hablar de que obligaban a luchar hasta la muerte a los que al director ya no les servían. Y bueno, estuve bajo los túneles de San Rafael, con unas cuantas personas, éramos muy pocos comparados con las miles de personas de La Llama, no sé si eso contará. Y otra, en Mercury, allí estábamos de lujo hasta que nos atacaron desde La Llama.
- ¿Hubo algún problema en los túneles?
- No, no con las personas pero sí con los zombis.
- ¿Estás seguro de ello?
Mierda, me ha pillado. Tuvimos que abandonar los túneles por mi culpa, yo provoqué la muerte del pequeño Elliot y su familia, todo por mi mierda orgullo y mis ganas de matar a Nash. Pero no puedo contar eso, de ninguna de las maneras. Tengo que aparentar lo más sincero posible.
- Estoy seguro- asiento con la cabeza, seriamente-. Al final nos invadieron los zombis, no pudimos con ellos y tuvimos que irnos hasta que nos encontraron y nos trasladaron a La Llama.
- ¿Y qué pasó en La Llama? ¿Cómo escapásteis de allí?
- Hubo una loca que lanzó un gas mortal y los mató a todos pero yo y unos cuantos más estábamos fuera, en una misión y nos salvamos.
- ¿Conoces a esa loca?
- No- niego con la cabeza lo más firme posible.
- Vale. Dime. ¿Qué paso en Mercury?
- Nos atacaron los de La Llama.
- ¿No acabas de decir que murieron todos?
- Emm...- trago saliva-. Sobrevivieron algunos en una sala donde no podía entrar el gas y luego nos atacaron.
- ¿Por qué os atacaron?
- Por venganza.
- ¿Venganza por atacar su fuerte?
- Sí- asiento, dudoso de si voy bien o no.
- ¿No me habías dicho que no conocías a la que causó la muerte de los de La Llama?
- No la conocía cuando estaba en La Llama pero luego la conocí en Mercury.
- Mmm...- susurra Phil pensativo y temo que me haya pillado, la estoy cagando. Tal vez debería de haber sido sincero-. Muy bien. ¿Has matado alguna vez a alguna persona?
- Nunca ni quiero tener que hacerlo- respondo.
Si les digo la verdad, no me dejarán quedarme.
- Te noto un poco nervioso.
- Yo diría mas bién incómodo. Estoy ante un completo desconocido que perfectamente podría ser un psicópata asesino- le digo al anciano.
- ¿Me ves cara de asesino?- dice el psicólogo, ofendido.
- Pues... la verdad es que no pero ya no se puede confiar en nadie.
- No, lo decía porque estaba empezando a preocuparme por la imagen que doy- dice el viejo con una risita-. Bueno, hablemos de tu pasado. ¿Eras un chico conflictivo? ¿Cuál era tu media de notas? ¿Tenías novia? ¿Novio, tal vez?
- No, sobresaliente, no y definitivamente no- contesto.
- Muy bien, ya puedes retirarte- me dice y me levanto del sillón-. Pero antes...- me giro hacia él cuando ya estaba por salir-. Debo decirte que algunas cosas no me han quedado clara, lo que me has dicho... es un poco confuso... Intentaré aclararlo todo en mi mente. Pero creo, sinceramente, que eres un buen chico. Con algunos misterios y cosas ocultas... pero te veo dispuesto a cambiar y ser el chico que eras antes, un chico aplicado, amable y generoso.
Asiento con la cabeza y salgo por la puerta.
El guardia me acompaña hasta la misma casa que antes y cuando llego, ya Mike y Noah están allí.
- Nos quedaremos vigilando fuera hasta que nos traigan los resultados- nos informa los guardias y cierran la puerta, dejándonos dentro.
- ¿Qué tal tu entrevista?- me pregunta Noah.
- Bah, aburrida- digo quitándole importancia.
- Espero que hayas dicho toda la verdad. Yo y Mike hemos sido sinceros. Si tu versión no cuadra con la nuestra, puede que no nos dejen quedarnos- me dice Noah y me quedo blanco, no había pensado en eso, me he dejado llevar por las mentiras.
- ¿Les... les habéis hablado de Rachel?- les pregunto.
- Claro, era la malota que exterminó a todos los de La Llama y luego volvió convertida en un monstruo a atacarnos- me dice Mike y Noah asiente.
- ¿Le habéis dicho que era mi prima?
- No- dice Mike y se dirige a Noah-. ¿Y tú?
- Tampoco, no me preguntaron nada acerca de si tenía familiares y no vi por qué decirlo.
Yo dije que Rachel fue la que atacó La Llama y luego se vino con nosotros a Mercury pero estos dos les han dicho la verdad, que la raptaron y se quedó en La Llama, que la convirtieron, y ya eso es diferente de mi versión, aunque al menos no saben que tenía relación con ella.
- ¿Qué pasa, Jack?- me pregunta Noah al ver mi cara de preocupación.
- Pues... pues que no es eso lo que yo he contado...
- ¿Qué has contado?- me pregunta Mike pero en ese momento llaman a la puerta y de nuevo, los guardias vuelven a entrar sin que les demos permiso.
- Habéis aprobado. Podéis quedaros- nos informa el guardia del centro y Mike grita de alegría.
Noah sonríe ante la noticia pero yo no puedo hacer otra cosa que quedarme confuso, a pesar de todo nos han dejado quedarnos. Tal vez no han comparado nuestras versiones de la historia.
Los guardias se van y nos dejan solos, en nuestra casa oficial.
- ¿Jack?- me pregunta Mike-. ¿No estás contento?
- ¿Eh? Sí... ¡Yuju!- digo sin muchos ánimos, todo esto es muy raro.
- ¿Te pasa algo, Jack?- me pregunta Noah-. Estás muy raro...
- ¿No os pareció raro la bienvenida que nos dieron?- les pregunto.
- Bueno, sí, pero tal vez sean su forma de darle la bienvenida a los nuevos, una tradición de la comunidad o algo parecido. Kendrick dijo que eran muy respetuosos y amables...- me dice Noah.
- No sé yo... Es muy raro. Todos me miraban...
- Eres un paranoico, Jack- me dice Mike-. A mí también me miraban. No eras el centro de atención, tienes el ego muy subido...
- ¡No es eso! ¡Os lo aseguro! Susurraban mi nombre. No... no les habéis contado que soy la cura, ¿verdad?
- Ya hablamos de eso, Jack...- me dice Noah con un suspiro-. No hemos dicho nada de eso y no vamos a decirlo a menos que tú quieras.
- Tienes que confiar más en nosotros, ya te hemos pedido perdón por lo que hicimos pero si no fue suficiente, te pido perdón de nuevo- me dice Mike.
- Ya os he perdonado pero...- suspiro-. Nada, dejadlo.
- Deberías decirlo, lo de que eres inmune, por si aquí pueden investigar mejor que yo- me aconseja Noah.
- ¡De ninguna de las maneras!- niego con la cabeza-. ¡Ya tuve suficiente con lo que me hicisteis!
- Vale, vale, tan solo era una sugerencia- me dice Noah-. Va a hacerse de noche pronto, así que hay que aprovechar el agua caliente mientras siga la luz del día, voy a ducharme.
- Yo voy a instalarme en mi habitación. ¡Me pido primero la que más me guste!- dice Mike y sale corriendo escaleras arriba.
Suspiro y me dejo caer en un sofá.
Hay una televisión enfrente. Me levanto y enchufo el cable a la corriente pero no sirve de nada, ya no hay electricidad.
Vuelvo al sofá, frustrado, e intento echarme una siesta pero llaman a la puerta.
Espero a que entren, como hicieron antes los guardias, pero no lo hacen, sea quien sea.
Me da pereza levantarme y abrir pero Noah está en la ducha y Mike arriba.
Vuelven a toquetear la puerta.
Zombis.
Son zombis.
No estamos seguros.
Voy a la cocina y cojo el primer cuchillo que veo.
Me dirijo hacia la puerta empuñando el cuchillo.
Están aquí.
Vienen a por nosotros.
Van a matarnos.

Apocalipsis Zeta - Parte 4: Destinos separadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora