VUELTA A LAS VEGAS

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{RACHEL}

- Así que has estado aquí antes... ¡Es verdad! Esa fue la misión en la que te colaste y por eso mismo mi padre te dejó en el puesto de cazadora de zombis, ¿no?- me pregunta Mary y asiento con la cabeza-. ¿Viste algo interesante? Porque si no hay nada, ya podemos dar media vuelta.
- No, no vi nada, solo miles de zombis que ahora están más que muertos... Pero puede que alguien haya aprovechado esto para vivir por aquí, ahora que casi no hay zombis y es más seguro...- opino-. Tenemos que encontrar a más supervivientes. Sugiero que demos una vuelta a ver lo que encontramos.
- Da un poco de miedo, pero vale...
- ¡Oh! ¿La asombrosa Mary teniendo miedo de algo? ¿Desde cuándo?- le digo con una risita.
- Lo decía por ti, por Rachel.
- ¡Yo no les temo! ¿Y por quién iba a ser sino?
- Jade no le temía a nada... Puede que al fin y al cabo no seáis tan distinta... tú y en la que te convertimos, me refiero.
- Ya, ya lo pillo. Y no me parezco en nada a esa furcia en la que me transformásteis. Era una perra mala como tú- digo con repugnancia.
- ¡¿Acabas de llamarme "perra mala"?!
- Acabo de definirte, sí- me río y Mary coge su cuchillo de debajo de la manga.
- ¡Eh!- le grito apuntándole con mi cuchillo-. ¡No me hagas tener que pelearnos! ¡Ya te lo avisé!
- ¡Has empezado tú! ¡Y ya se acabaron las amenazas! ¡Si quieres que nos separemos, de acuerdo! ¡Estoy harta de estar contigo! ¡Me aburres, yo prefiero a Jade, ella sí que sabía divertirse!- me grita Mary.
- ¿En eso es en lo que piensas? ¿En divertirte? Mejor dejémoslo para cuando todo esto acabe, ¿no crees?
- ¡Esto nunca va a acabar! ¿Es que no lo ves? ¡Estamos condenados! ¡Al menos podríamos divertirnos por el camino! ¡Aburrida!- me grita Mary y me da la espalda, comienza a caminar hacia un lado, pasando por encima de los muertos, y yo me voy por el lado contrario.
Prefiero estar sola que mal acompañada.
Se acabó.
Ni siquiera sé cómo he aguantado tanto tiempo con ella...
Con la asesina de mi hermana...
Dice que ha cambiado, o que lo está intentado pero es imposible, Mary no puede cambiar, ella es así.
Aprieto los puños, furiosa, furiosa por haber pensado que podía cambiar, furiosa por no haberla matado cuando pude y por no haberme vengado de mi hermana.
Algún día lo haré, no hoy, pero lo haré, mataré a esa zorra si no la matan antes.

A lo lejos veo un zombi de pie que me ve y se dirige a mí pero se cae tropezando con otro zombi muerto. Vuelve a levantarse pero de nuevo, se cae, tropezando en la misma piedra una y otra vez.
- Mira que llegan a ser tontos...- susurro para mí misma.
Sigo caminando por encima de los muertos, los muertos vivientes que yo misma ayudé a matar.
El recuerdo de aquel día me llena la mente y me acuerdo de Robert, el chico que me reconoció, que supo que era una infiltrada y no se chivó, que me protegió. Juntos nos ayudamos el uno al otro, matamos montones de zombis pero, desgraciadamente, no logró sobrevivir. Murió matando zombis para que no se acercaran a ninguno de los dos mientras yo llamaba la atención de un helicóptero de La Llama para que nos rescataran. Y cuando menos me lo esperaba, él estaba siendo devorado por los muertos. Murió protegiéndome y yo mientras estaba en otra cosa. Ahora me arrepiento de no haberle prestado más atención a él que al helicóptero.
Después de la muerte de Nash, y de la muerte de Robert, lo tuve claro, tuve clara cuál era mi venganza, cuál era mi destino, acabar con ellos, cazarlos uno por uno hasta que no quede ninguno.

Desde aquel día, con todo lo que pasó en adelante, apenas he tenido tiempo de pensar en Robert pero ahora lo hago, más vale tarde que nunca.

Un zombi de los que están en el suelo me coge por el tobillo, sacándome de mis pensamientos.
Entonces me doy cuenta de que no todos están muertos. Algunos siguen vivos pero como no hacen más que tropezarse, han optado por quedarse tumbados, junto el resto de su rebaño.

Agito el pie y me deshago de su agarre. Acabo aplastándole el cráneo con dos fuertes patadas. Tengo que estar más centrada en dónde piso.
Tengo que buscar más supervivientes, no me gusta estar sola. No quiero admitirlo, pero creo que echo un poco de menos a Mary, a pesar de sus defectos...

Apocalipsis Zeta - Parte 4: Destinos separadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora