HOSPITAL CENTRAL

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{KAT}

- ¡Chicas, corred!- les grito.
No tenemos otra alternativa. Aún nos quedan muchas balas pero no tantas como para matar a todos los infectados que se nos acercan por todos lados.
- ¡No podemos!- grita Maya aterrada.
- ¡Estamos acorralados!- grita Clare.
- ¡Que no cunda el pánico!- intento tranquilizarlas y miro alrededor en busca de una escapatoria-. ¡Al techo de la camioneta, vamos!

Subo al capó de la camioneta y luego me impulso hasta el techo.
Luego sube Clare y ayuda a Maya a subir justo a tiempo de que quedemos rodeadas.
Desde arriba tenemos un campo más amplio de visión y lo que vemos no sugiere nada bueno.
Solo se ven infectados, cientos de ellos alrededor de la camioneta.
- ¿Creéis que...?- empieza a preguntar Clare pero se calla al ver a los infectados subiendo por el capó-. Vale, sí, estamos jodidas.
- ¡No pueden subir todos!- grito para hacerme oír en medio de la multitud de gemidos-. ¡Disparad, uno por uno! ¡Apuntad bien, no malgastéis balas!
- Yo no sé disparar...- dice Maya en una expresión de terror.
- ¡Carga y aprieta el gatillo! ¡No es tan difícil!- le grito-. Si salimos de esta, lo primero que voy a hacer es enseñarte a disparar.
Clare le enseña cómo recargar el rifle en un momento y luego nos ponemos manos a la obra.
Un disparo tras otro.
Los infectados van cayendo y se van amontonando sobre el capó formando una montaña por la cual pueden subir mejor hasta nosotras.
- ¡Oye! ¿Y Liam?- pregunta Maya que acaba de darse cuenta.
- ¡No te preocupes por eso ahora! ¡Céntrate!- le grito intentando no perder los nervios, cada vez vienen más, no podremos contenerlos por mucho tiempo más, tengo que pensar algo.
- Seguro que estará bien...- le dice Clare a Maya y esta asiente.
Aunque yo creo, y espero, que esté bien muerto. Se lo merece, por ser tan gilipollas, por ser igual que su hermana.
Pero debo centrarme en ellos, en matar a los infectados.

- ¡No vamos a poder!- grita Maya disparando sin acertar.
- ¡Seguro que si intentas tranquilizarte y apuntas, nos irá mejor!- le recrimino.
- ¡¿Cómo quieres que me tranquilice?!- grita Maya y tira el rifle hacia los infectados, alterada.
- ¡¿Eres imbécil o qué?!- le grito furiosa-. ¡Por tu culpa vamos a morir las tres!
- Vamos a morir de todas formas...- murmura Maya caminando hacia los infectados.
Pero antes de que dé un paso más, le apunto a su pierna derecha con el rifle y disparo.
Maya cae, entre gritos.
- ¡¿Qué has hecho?!- me grita Clare.
- ¡No me ha dejado otra opción!- le grito mientras intento eliminar a los infectados-. ¡Párale la hemorragia y apártala mientras yo me encargo de estos!
Clare me dirige una mirada furiosa pero me hace caso y aparta a Maya hasta la otra punta del techo de la camioneta.
Mientras tanto, disparo moviendo el rifle de un lado a otro.
- ¡Morid, cabrones!- les grito.
Sigo así hasta que se me acaban las balas.
Cojo los rifles de Maya y Clare y disparo con ambas armas, una en cada mano.
- ¡JODEOS, JODEOS, PUTOS MONSTRUOS, MORIIIID!- les grito con rabia.

Se me acaban las balas de los dos rifles y ahora lo único que me queda es el revienta-zetas.
Me he cargado a la mayoría pero aún quedan más, por lo menos unas docenas más. Nos rodean, suben por la montaña de infectados que hay en el capó de la camioneta.
Y por muy letal que sea este bate con alambre de púas no voy a poder con todos, al final serán demasiados y me atraparán.
Pero no me voy a rendir ante ellos como iba a hacer Maya, eso jamás.

Sube uno, lo golpeo y lo mando al suelo.
Le sigue otro al cual le hago retroceder mediante golpes.
Y vienen más, vienen más.
- ¡No vas a poder!- me grita Clare.
- ¡Cállate! ¡Sí voy a poder!- grito, convencida.
Un golpe tras otro, los caigo de la camioneta pero vuelven a subir.
Intento seguir con esto pero no voy a poder aguantar mucho más.
Necesito, necesitamos ayuda.

Y como si Dios me hubiera escuchado, aparecen nuestros salvadores.
Unas veinte personas con armaduras policiales, con escudos, cada uno con un rifle y con una pila de balas colgando del hombro.
Disparan, matando a los infectados que quedan mientras yo sigo apartando a los que se suben a la camioneta.

Apocalipsis Zeta - Parte 4: Destinos separadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora