CARRERA

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{KAT}

- ¡No te vayas! ¡Aguanta, Liam, tú puedes con esto!- le digo nerviosa al moribundo Liam, apretándole fuerte una mano.
- Ha perdido mucha sangre...- suspira un doctor.
- ¿Pero se recuperará?- le pregunto asustada.
- Hemos hecho todo lo posible...- dice este con una mueca de tristeza.
La máquina a la que está atado empieza a pitar, su pulso desciende, su vida se va.
- ¡No, no, no, no!- le digo apretándole aún más fuerte la mano pero una doctora me aparta para intentar reanimarlo y que no se vaya.
La bala le han impactado en el bazo y se lo han extirpado. Ha estado aguantando, débil pero vivo, hasta ahora.

Alguien me empuja hacia fuera, no veo quién porque solo puedo mirar a Liam.
Se está muriendo. Le están haciendo la maniobra de reanimación cardiopulmonar.
Empujo al joven que me quiere echar de la sala y vuelvo con Liam, quiero estar allí en todo momento, pase lo que pase.
Y si muere, quiero ser yo quién le clave un cuchillo en el cráneo, él lo habría querido así.
- ¡No puedes estar aquí!- me grita un cirujano.
- ¡Estorbas!- me dice una enfermera.
- Ha muerto- informa un médico y me llevo las manos a la boca.
- Se ha acabado- suspira uno y todos los que estaban alrededor de Liam, se apartan, ya no pueden hacer nada.
Me muerdo fuerte el labio hasta sangrar. No puedo llorar ahora, no hasta que haga lo que tengo que hacer.
Era mi amigo, era como un hermano. Nos llevábamos bien y a ratos mal pero lo quería.

Cojo una cuchilla afilada que encuentro en una mesa cercana, que los médicos usarán para las operaciones.
La alzo hacia la cabeza de Liam.
Los médicos me han dado la aprobación para hacerlo.

Lo miro por última vez.
Observo su pelo negro azabache, sus ojos marrones oscuros tirando a un tono negro, y la cicatriz que le surca la cara de un extremo a otro, la cicatriz que le marcó su padre.
Inspiro profundamente.
Me preparo mentalmente.
Allá va.

Demasiado tarde.
Liam ya se ha convertido.
El chico abre los ojos de par en par.
Sus ojos.
Siguen siendo sus ojos.
- Vas a tener que esperar un poco más para deshacerte de mí- susurra Liam.
Dejo caer la hoja al suelo y abrazo a Liam, intentando no llorar de la emoción.
- Auch- se queja este cuando lo abrazo, por el dolor en el pecho.
- Eres un capullo- le digo dándole un leve golpe en el hombro y separándome de él.

Los médicos vuelven a encargarse de Liam, aún está muy débil, pero vivo. Solo ha sido un susto, solo se ha ido por unos cuantos segundos.

Liam se queda en recuperación unos días. Me entero de que los niños que habían desaparecido ya han sido encontrados, los rebeldes los tenían retenidos en uno de sus edificios del pequeño pueblo cerca de New Riverside.
Le he exigido una disculpa a Keith, el alcalde, por condenarme casi un mes de prisión, no iba a quedarme de brazos cruzados. Este se disculpó, sincero, y le advertí de que su novia Amanda era una mentirosa pero el alcalde de la ciudad la defendió alegando que tiene mucho trabajo y no me habría visto aquel día. Iba a replicarle que sí que me vió pero decidí no darle más vueltas al asunto porque seguiría defendiendo a su novia a toda costa. Al fin y al cabo, ambos alcaldes son iguales de hipócritas.

Vuelvo a visitar New Fontana.
Una vez allí, me llevo una gran sorpresa.
Maya ya ha tenido el bebé, o mejor dicho, los bebés.
Creí que estaría a punto de parir pero resulta que estaba embarazada de un mes más de lo que ella creía y ya los pequeños tienen un mes.
- Y yo sin saber nada...- suspiro apenada-. Me he perdido sus primeros días...
- Tampoco es para tanto- se ríe Maya.
- ¿Cómo se llaman?
- Aún no les he puesto nombre...- me dice Maya.
- ¡¿Cómo?! ¿Un mes y aún no tienen nombre?- le pregunto sorprendida.
- Yo...- dice Maya mordiéndose el labio-. Quería consultarlo con el padre... O saber si quiere tener algo que ver con los bebés, sino lo decido yo sola...
- No sé yo si Liam querrá...- le digo con una mueca.
- Ya...- suspira Maya-. En fin... Cuéntaselo a él y si quiere encargarse de ellos como un padre de verdad, que venga y hable conmigo. No sé cómo ha podido tener esa mala sangre de no venir a visitarme cuando estaba embarazada...
- También es que ha estado muy, muy liado- le digo, defendiéndolo.
- Si de verdad le importara habría encontrado algo de tiempo para venir...- me responde Maya, decepcionada.

Apocalipsis Zeta - Parte 4: Destinos separadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora