ABANDONANDO EL DESFILADERO

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{JACK}

Dejamos la comunidad atrás.
Echo un último vistazo por los cristales traseros al Desfiladero.
Jared cierra la puerta y lo único que se ven son los muros de acero.
Me da pena irme de allí cuando mejor estaba.
Todo iba sobre ruedas.
Ese lugar ya forma parte de mí.
Lo echaré de menos, y también la sensación de estar al mando.
Pero mirando por el lado bueno, voy a estar en un lugar aún más seguro, lejos de los zombis. Aunque a mí ya no me dan miedo, sí que me da pena sus muertes y ya no tendré que verlos morir.
Además, me encontraré con mi prima, si es que decide venir, espero que lo haga.

- ¿Por qué estamos encadenados?- me pregunta K tirando de la cadena y sacándome de mis pensamientos.
- ¡Estate quieto!- le grito tirando de la cadena hacia mi lado.
- ¿Dónde me lleváis?- pregunta este a la defensiva-. ¡No vais a poder ganarme!
- ¡Que te calles!- le grito, harto de él-. Vamos a un barco que nos llevará a una isla segura.
- ¿Y por qué me lleváis a mí? ¿Por qué me encadenas contigo? Ya sé que no puedes vivir sin mí pero...
- Pero te callas- le corto-. Te llevamos porque es lo que tu padre pidió a cambio de dejarnos ir sin decir nada. Y la cadena es para mantenerte vigilado.
- ¿Y si yo no quiero ir y te llevo conmigo a rastras?- me pregunta K sonriendo malicioso.
- No podrías- le contesto secamente.
- Tengo más fuerza que tú- me responde él.
- ¡Que cierres la puta boca de una vez!- grita Gigi, que está al volante-. ¡Como intentes algo, cabrón de mierda, yo misma te daré tu merecido!
- ¿Tú?- se ríe K-. Si solo eres una niñita despechada.
Gigi frena bruscamente y se baja del coche para dirigirse al asiento trasero.
Abre la puerta por el lado de K y lo tira al suelo arrastrándome con él por la cadena.
- ¡Espera, espera!- le grito a Gigi pero la rubia empieza a pegarle patadas a K.
Luego lo coge de los pelos, levantándole la cabeza, y le da un puñetazo. Kendrick no se lo esperaba.
Lo vuelvo a subir al coche, está inconsciente.
- ¡¿Pero qué has hecho?!- le grito a Gigi.
- ¡Lo que debería haber hecho hace tiempo! ¡Da gracias que no lo he matado!- me responde ella.
- ¿Qué está pasando aquí?- pregunta Crystal, que estaba dormida.
- Nada, vuelve a dormirte- le responde secamente Gigi.
- ¿Por qué habéis parado?- nos pregunta Luke desde una ventanilla del otro coche junto al nuestro.
- Por nada, seguid- contesta la furiosa Gigi.
Zeth vuelve a poner el coche en marcha y lo seguimos detrás.
- No sabéis lo a gusto me he quedado- suspira Gigi, aliviada.
La verdad es que la rubia me pone los pelos de punta cuando se enfada, es una verdadera furia.

Me quedo observando el paisaje oscuro de fuera por una ventanilla. A los pocos minutos mis ojos empiezan a cerrarse y me quedo dormido.

Me despierto.
Abro los ojos de par en par.
Gigi sigue conduciendo y K y Crystal están dormidos.
Me ruge la tripa.
Quiero comer.
Cojo algo de mi mochila, unas galletas.
Le doy un bocado a una y vomito.
- ¿Estás bien?- me pregunta Gigi.
Asiento con la cabeza y me limpio la boca.
La galleta estaba horrible. Asquerosa. Sabía a huevo podrido.
Pruebo una chocolatina y también la tengo que vomitar, también es incomible.
- ¿Qué te pasa, Jack?- me pregunta Gigi pero solo le gruño por respuesta.
No quiero comida de humanos, quiero humanos.
Niego con la cabeza. No, no quiero eso.
Pero mi cuerpo me lo pide. Órganos, sangre, cerebros.
Soy un zombi.
Me acerco a Gigi por detrás de su asiento.
Me lo pienso unos segundos.
No quiero hacerlo.
Pero lo necesito.
Le muerdo fuertemente en el cuello.
La rubia grita y patalea, intentando separarme, pero yo soy como una garrapata.
Le quito los tendones y músculos del cuello, me lleno de su sangre. Y sigo mordiendo.
Sigo comiendo.
El coche derrapa, Gigi muere.
El coche se estampa, contra una rama gruesa de un árbol.
Abro mucho los ojos.
Todos morimos.

- ¡Aaaah!- grito sobresaltado, despertándome de la pesadilla.
- ¡¿Qué ocurre?!- me pregunta Crystal, preocupada.
- Una... una pesadilla...- murmuro.
- Pobre chaval- se ríe K.
- Déjame- lo empujo para separarlo hasta el otro extremo de los asientos traseros.
La cadena es larga y nos permite estar un poco separados.
- Tranquilo- me dice Crystal cogiéndome la mano desde el asiento delantero.
Me acerco a ella y le doy un pequeño beso en los labios.
- ¡Puaj!- murmura K apartando la vista.

Ya es de día. Crystal se intercambia por Gigi.
- ¿Y yo, no puedo conducir?- pregunta K.
- ¡No!- le decimos los tres a la vez, bruscamente.
Al rato, K vuelve a molestarnos.
- Tengo que salir a mear.
- No jodas- suspiro.
Crystal vuelve a parar el coche después de indicarle a los otros que paren su coche para que nos espere.

Salimos del coche y nos alejamos hasta detrás de unos árboles.
- Venga, date prisa- le digo de espaldas a K, mientras este hace sus necesidades.
K se pone a silvar mientras tanto.
- Estás tardando mucho- bostezo y de repente, caigo al suelo.
K ha tirado de mí y ha empezado a correr, me arrastra por el suelo mientras intento levantarme.
- ¡Déjame!- le grito agarrando la cadena y tirando hacia mí.
Me levanto, dolorido por el golpe y K, riéndose, se abalanza sobre mí.
Empieza a golpearme.
- No tenemos armas- dice K, vacilón-. Veamos quién es más fuerte ahora.
Le paro un puño y se lo dirijo a su cara.
Nos enzarzamos en una pelea cuerpo a cuerpo.
Hasta que escuchamos gemidos y K se aparta rápidamente.
- ¡Párate, no nos va a hacer nada!- le grito.
- ¡No, que va!- grita K, asustado.
- Quieto ahí- le ordeno al zombi y este se queda parado a metros de mí.
- Vámonos...- le digo a K, aunque el zombi me persigue.
- ¿Cómo... cómo has hecho eso...?- me pregunta este, sorprendido.
- Hay muchas cosas que no sabes sobre mí- le contesto y echamos a correr hasta perder al zombi de vista pero para entonces K vuelve a golpearme.
- No habíamos terminado- dice este, liándose a puñetazos.
Escupo algo de sangre e intento defenderme pero K está pudiendo conmigo.
De pronto, K también cae.
Gigi le ha golpeado en la cabeza con una piedra, derribándolo por segunda vez en lo que vamos de viaje.
- ¡Por gilipollas!- le grita esta y me ayuda a levantarme-. ¿Te ha hecho mucho daño? Sabes que simplemente podemos matarlo y deshacernos de él, su padre nunca lo sabrá...
- No- niego con la cabeza-. No más asesinatos, no más muertes.
- ¡Espera!- me dice Gigi de repente y se dirige hacia el zombi que aún me seguía.
Le clava la punta afilada de la piedra en el cráneo unas cuantas veces hasta acabar con él.
- ¡No!- grito con lágrimas en los ojos-. ¡¿Por qué lo has hecho?!
- ¡¿Por qué?!- me dice esta, con el ceño fruncido-. ¡Había que hacerlo, Jack! ¡No son humanos!
Asiento con la cabeza, intentando ocultar la pena que siento por sus muertes, y vuelvo al coche, llevando al inconsciente K entre yo y Gigi.
- ¡¿Qué te ha hecho ese desgraciado?!- grita Crystal, preocupada.
- Nada, déjalo. Sigamos adelante...- murmuro cabizbajo.

K se pasa el resto del día durmiendo. Cuando despierta come algo, en silencio.
- Estás demasiado silencioso...- le digo a K y este me mira de reojo pero no dice nada.
Mejor, que no hable.

Está atardeciendo. Cierro los ojos pero no para dormir.
Voy a contactar con Rachel.
Intento atraerla hasta aquí.
Abro los ojos pero no está.
Lo intento de nuevo.
Y Rachel aparece sentada a mi lado.
- ¡No! ¡Déjame!- me grita esta-. ¡Estaba en medio de una misión!
- ¡¿Una misión?! ¿Qué haces allí y no yendo hacia el barco?
- ¿Con quién hablas?- me pregunta Crystal, mirándome por un espejo retrovisor.
Lo había olvidado, no la ven ni la escuchan.
- Con nadie, estaría hablando en sueños...- esa siempre es mi excusa.
Rachel ya ha desaparecido.
No creo que vaya hacia el barco.
No podré reencontrarme con ella.

Al día siguiente del trayecto en coche, intento comunicarme de nuevo con Rachel, atraerla hasta aquí o "teletransportarme" hasta ella, pero no lo consigo. Y cuando no puedo hacerlo es porque ella no quiere que lo haga.
Algo estará pasando.

Ya nos queda poco para llegar. Hoy probablemente lo hagamos.
Por el camino hasta Oregón hemos evitado las carreteras llenas de coches y las carreteras invadidas de zombis. Como Zeth va al mando y conoce el camino, no tenemos problemas ninguno. Hemos ido parando varias veces para hacer nuestras necesidades y repostar gasolina en algunas gasolineras que aún siguen llenas.

Kendrick ha estado hoy más tranquilo, y apenas ha hablado. Desde que descubrió lo que podía hacer con los zombis, no ha dicho casi nada. Yo esperaba que se chivara a las dos chicas pero no, no lo ha hecho, y se lo agradezco.

A la luz del atardecer, por fin vemos la costa.
Seguimos adelante hasta que Luke, que es el conduce ahora el otro coche, frena, y Gigi también lo hace.
Salimos todos del coche y cogemos nuestras cosas.
- Ya hemos llegado- dice Zeth bajo la máscara.
- Por fin- suspira Gigi.
Crystal me sonríe y me agarra la mano que no tengo encadenada.
Caminamos hasta la playa.
Allí está.
Es un barco inmenso.
- Abadón...- murmuro impresionado.
- ¿Aba-qué?- pregunta K.
- El barco, se llama así- le aclaro.

En la arena, cerca del barco, se reúnen una multitud.
Al principio nos quedamos quietos, tensos, porque creemos que son zombis pero nos fijamos mejor.
Son personas.
Personas que esperan a que el barco se acerque más y les de la bienvenida.
O personas que intentaron llegar al barco pero ya era demasiado tarde porque estaba lleno.
Sea lo que sea, nos unimos a la multitud.

Apocalipsis Zeta - Parte 4: Destinos separadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora