ÚLTIMO ENFRENTAMIENTO

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{RACHEL}

Descansamos toda la noche en una cabaña. Hay dos literas y una cama.
Para cinco personas y somos seis. La persona restante vigila unas horas y luego se intercambia por otro, excepto los dos niños que descansarán toda la noche.

Yo soy la primera en hacer guardia. No tengo sueño. Y no quiero tener pesadillas.
La zona está despejada, no nos hemos encontrado ningún zombi por el camino desde Las Vegas hasta aquí, pero de todas formas hacemos guardias para estar más seguros.

No quiero volver a pensar en el día que he pasado, en los horrores que he presenciado en esa mina demencial.
Pero no puedo evitarlo.
Todos los recuerdos se agolpan en mi mente. Pero lo más extraño de todo, más que los horrores que se presenciaba allí, es la nueva actitud de Mary.
Me ha salvado la vida, aún no se lo he agradecido. Incluso se ha preocupado por Jeff, y estuvo de acuerdo en llevarnos a Javier. La antigua Mary no haría nada de eso.
No sé si creérmela, tal vez todo esto solo sea puro teatro pero lo dudo mucho, no tendría sentido hacerse la buena, no tiene nada que conseguir a cambio.
Tal vez pasar por todo aquello la ha cambiado, le ha hecho ver las cosas de otras maneras.
- Hola...- susurra Mary, sobresaltándome.
- Apareces justo cuando estaba pensando en ti- le digo mientras esta se sienta a mi lado, en el suelo de la cocina de la cabaña, apoyada contra la pared.
- ¿Pensando en mí?- me dice Mary con las cejas alzadas y sonriendo de lado-. ¿De qué manera?
- No de la manera en la que estás pensando- suelto una risita-. Quería darte las gracias, por salvarme la vida, por no darte por vencida en ningún momento.
- No me las dé- me susurra.
- ¡Claro que sí! Eso no es algo que haría la Mary que yo conozco. ¿Seguro que no tienes fiebre?- le digo tocándole la frente-. ¿Te ha abducido un alienígena y cambiado por una réplica?
- Nada de eso- se ríe ella-. Me he dado cuenta de muchas cosas en esa mina- dice algo seria.
- No eres la única- suspiro.
Mary se acerca un poco a mí y acerca su cabeza en mi hombro.
- ¿Puedo?- me pide, a lo que no sé qué responderle.
Es raro, pero no le voy a decir que no después de todo lo que ha hecho por mí, se lo debo.
- Claro- le respondo con una débil sonrisa y apoya su cabeza en mi hombro.
- ¿Por qué estás despierta?- le pregunto.
- No podía dormir. Tenía miedo. Pero aquí me siento segura- susurra.
- Pues duérmete- le digo y esta cierra los ojos.
Mary jamás se mostraría tan cariñosa conmigo.
Esta experiencia traumática la ha cambiado por completo.
Y me gusta, me gusta esta nueva Mary.

Estoy a punto de cerrar los ojos, yo también me siento más seguro al lado de Mary y el sueño empieza a invadirme pero oigo pisadas y me desvelo.
Jeff se acerca para hacer guardia y al vernos tan juntas me mira con una mirada llena de una mezcla de odio y envidia.
- ¿Qué hace ella aquí?- me pregunta en un susurro.
- No podía dormir.
- Ah, y claro, tenía que buscar a su noviecita para no tener pesadillas. Me conozco la historia.
- No es mi novia- me quejo.
- Da igual- me susurra negando con la cabeza-. No te fies ni un pelo de esa chica. Ella y yo estuvimos profundamente enamorados. Era tan cariñosa conmigo... como contigo ahora... Parecía muy sincera y mira después, me dió una puñalada trapera. Es una falsa, ¿en serio te la crees?
- No tengo por qué aguantar tus celos- le digo bostezando, aunque en realidad las palabras de Jeff me han hecho desconfiar algo más de Mary.
- No son celos. Es repugnancia. Esa chica es una guarra, ni sabe lo quiere, solo utiliza a las personas. Ya te darás cuenta. En fin, duerme un rato, yo estaré despierto de vigía en la entrada, os dejo a solas, parejita.
Jeff se va.

Me quedo a solas con Mary y acabo durmiéndome apoyando mi cabeza contra la suya.

Mi cabeza cae hacia un lado cuando Mary aparta su cabeza.
Me despierto sobresaltada y miro para todos lados.
Por la luz que entra por una ventanilla pequeña, veo que aún no ha amanecido del todo.
- Qué temprano...- susurro en un bostezo y estirando los brazos.
- Lo siento si te he despertado- me dice Mary-. No tenía más sueño. Al final tú también te quedaste dormida. ¿Has dormido bien?
- Sí, creo- sonrío y voy a levantarme pero Mary me para y hace que vuelva a sentarme a su lado-. ¿Qué?
- Necesito decirte algo. Si no te lo cuento, explotaré. Y mejor ahora antes de que pueda pasar algo y sea demasiado tarde.
- Tengo miedo- le digo preocupada por el tono de su voz.
- En realidad no es nada malo. Creo...- dice indecisa.
- Vamos, dime.
- Yo...- baja la cabeza-. Estoy enamorada de ti
Suspiro, me imaginé que diría algo así.
- Mary... No soy yo quién te gusta, es Jade- le aclaro.
- No, eso pensaba yo... Hasta que casi te pierdo en la mina. Estuve a punto de perderte y ahí fue cuando me di cuenta de cuánto te quería, a ti y no a Jade.
- No puedes quererme, tú no eres así, no eres la misma, Mary. Y siento decírtelo, pero no te creo al cien por cien.
- He cambiado, Rachel. Todo lo que he pasado en la mina... me ha hecho pensar muchas cosas.
- Pero luego pasará lo mismo de siempre- suspiro-. Intentarás ir de buena y cuando menos me lo espere, te saldrá la vena envenenada de la Mary psicópata.
- Esta vez es distinto y tú lo sabes muy bien. Puede que no haya cambiado con los demás, soy la misma, sí, pero no contigo. Y no es porque tenga una doble cara, es porque te quiero, porque me importas muchísimo y soy así cuando estoy a tu lado- me dice Mary con los mofletes colorados.
- Pero yo... ya sabes que no me gustan las chicas... Bueno, eso no puedo decirlo con seguridad- le confieso-. Pero estoy enamorada de tu hermano, o eso creo, ya no lo tengo tan claro. Y tú me importas, Mary, aunque no quiera creerlo, aunque quiera odiarte por el asesinato de mi hermana. Hemos pasado por mucho juntas, bueno y malo, y aunque no lo haya querido, te he cogido cariño... Pero no quiero nada más que una bonita relación de amistad contigo. Lo siento...- le digo con una mueca triste.
- No, yo tampoco quiero que te sientas obligada a nada. Solo quiero que lo sepas y que, aunque lo nuestro nunca funcione, podamos llevarnos bien y ser buenas amigas.
- Eso está hecho- le sonrío y nos damos un gran abrazo.
- Me alegro de que por fin os llevéis bien- nos dice Olivia, que es la que está ahora de guardia.
- Bueno, tampoco hables antes de la cuenta...- le digo.

Apocalipsis Zeta - Parte 4: Destinos separadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora