REVELACIÓN

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[Liam, Maya, Kat y Clare]

{LIAM}

Dejamos atrás La Llama y seguimos un nuevo camino, en busca de un lugar seguro, de una nueva comunidad porque tiene que haber más supervivientes, no creo que seamos los últimos que quedamos en el mundo, ahí fuera tiene que haber algo, alguna organización y tenemos que descubrirlo y unirnos a ellos, cuantos más seamos, más fuertes seremos.

Les entrego a las tres el diario que tenían en La Llama. Antes de irme, los recogí, aún seguía en la taquilla de cada una. También tengo el de Rachel, es lo único que me queda de ella, además de su ballesta que me la encontré en el fuerte, en lo que supongo que sería su habitación cuando era otra. Y también tengo el de Jack, que espero dárselo algún día, cuando vuelva a verlo, si es que sigue vivo.

- No sé para qué quiero yo esto si no he escrito nada- dice Kat despectivamente y tira su diario por la ventanilla, hacia la calle. Ella está a mi lado mientras yo conduzco, luego nos intercambiaremos los papeles. Clare y Maya están en la cabina de la camioneta, descansando como pueden sobre unos viejos colchones que hemos encontrado en una casa abandonada.
- Intenta descansar- le digo a Kat.
- No tengo sueño- susurra mirando hacia fuera de la camioneta.
- ¿Por qué no escribiste nada en el diario?
- ¿Tú por qué crees? Lo leían, los guardias a cargo de tu padre, y así obtenían mucha información acerca de las personas pero eso tú ya lo sabías, ¿verdad?
Asiento con la cabeza.
- Sí, eres más lista de lo que pensaba...
- ¿Lo dudabas?- dice Kat con una sonrisita de suficiencia.

Al rato, Kat se pone a conducir y Clare la acompaña, yo intento dormir en la cabina, en el viejo y desgastado colchón, mientras Maya lee su diario, que, por lo que aparenta, ha escrito mucho.

- ¿Liam?- me llama Maya en un susurro-. ¿Sigues despierto?
- Sí...- susurro, abro los ojos y la miro-. ¿Por?
- Es que tengo muchas anotaciones aquí en el diario pero nada que me indique quién es el padre del bebé...- susurra acariciándose la barriga.
- ¿Y para eso me has llamado? ¡Estaba casi dormido!- digo a la defensiva.
- No es solo eso... Hay algo raro... En el diario he leído que le tenía mucho cariño a Jack y no quería perderlo de ninguna forma pero no es el único, también te tenía cariño a ti...
Trago saliva, espero que no haya anotado nada relevante. He sido un tonto, debí haber leído el diario antes de dárselo a ella, hubiera arrancado las páginas que mostraran alguna revelación.
- Pero después...- continúa Maya-... empecé a odiarte, estaba muy dolida pero no puse el motivo y a partir de ahí parece ser que dejé de escribir...- Maya me mira fijamente-. ¿Qué pasó entre nosotros dos, Liam?
- Nosotros... nosotros éramos como hermanos, amigos íntimos pero nada más de eso, y nos peleamos por una tontería...
- ¿Qué tontería?- me pregunta seriamente.
Tengo que pensar algo, tengo que inventarme algo ya, antes de que sospeche más.
- Pues... fue una cuestión de ego, estábamos debatiendo quién llegaría antes al comedor, empezamos a correr y tú te caiste por el camino pero yo seguí adelante, sin mirar atrás. Tú te enfadaste conmigo por no ayudarte pero luego te convencí de que fue un error, no te había escuchado caer, y nos reconciliamos.
- ¿De verdad? Yo no me enfadaría tanto, con un amigo íntimo, por algo así...- sospecha Maya.
- A lo mejor no tu yo de ahora pero sí la de antes. El apocalipsis te cambió y cuando perdiste la memoria, volviste a ser la de antes del apocalipsis, la que eres ahora...- digo lo más convincente posible.
Maya asiente, pensativa, y no le da más vueltas al asunto, para mi suerte.

Maya vuelve a dormirse (desde que está embarazada duerme mucho) y yo, como la conversación con Maya me ha desvelado, cojo los diarios de Jack y Rachel y me dispongo a leerlos.

En realidad no quiero hacerlo, yo suelo respetar la intimidad de los demás y todo eso pero ya no soy así, no desde la muerte de Rachel. Sigo demasiado dolido, a pesar de que intento olvidarlo, dejarlo atrás, pero no puedo. La extraño mucho y estoy decidido a pasarme el resto de mi vida soltero porque sin ella vuelvo a ser el de antes, un don nadie.
Ya no me importa ni la privacidad, ni los valores humanos, ya no me importa nada, así que me dispongo a abrir los diarios, empezando por el de Rachel.

Apocalipsis Zeta - Parte 4: Destinos separadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora