+¿Qué tal el finde? - me pregunta mientras se acomoda en mi mesa temporal.
- Bien, no he hecho mucho. Leer y esas cosas que a la gente le parecen aburridas.
+Enseñame tus muñecas. - me ordena seriamente.
- ¿Para qué? - en realidad sé que pretende. - Son pálidas y feas. No hay nada que ver.
+Emma. Hazlo. - sus ojos rojizos se clavan en los míos, medianamente verdes. Entonces me coge el brazo y me levanta la manga. Su tez empalidece. - Ya hemos hablado de esto. ¿Por qué lo haces? - frunce el ceño. Yo me encojo de hombros.
Entonces la campana vuelve a sonar y ella desaparece de la clase rápidamente. Sin despedirse. 'Estará enfadada' imagino. Aunque no lo comprendo. Vuelvo a mi sitio y no encuentro mis gafas. Las he dejado ahí, lo recuerdo perfectamente. Busco intranquilamente en mi oscura mochila. 'Dónde coño están'. Entonces me doy cuenta de que varias personas me miran con una sonrisa. 'Me cago en...'. Ahora empieza el juego para ellos. Observo la clase detenidamente, en busca de ellas. Unas gafas... Unas gafas... Me giro y encima de un armario alto, demasiado para mí, las encuentro. Me levanto y doy pequeños saltos intentando alcanzarlas. Cuando ya las consigo, media clase se está riendo de mi. Otra vez esa sensación de vergüenza, otra vez esa sensación de ridiculez, otra vez esa sensación desagradable, otra vez esa sensación de desear desaparecer. Quizá eso responda a la pregunta de Clara. Pero no a las mías. ¿Por qué la gente se comporta así conmigo? ¿Por qué me odian tanto? ¿Qué les he hecho yo? ¿Existir?
Mis mejillas se sonrojan, cosa que resalta mucho en mi tez, casi blanca. Y mis ojos, ahora cristalinos, pestañean rápidamente para evitar las lágrimas.
El profesor de física da varios golpes a la mesa con su gran libro para captar la atención de los alumnos. Alguno sigue riendo por lo bajo. 'Putos crueles'. No entiendo como la gente puede ser así. Se burlan de las personas por sus gustos, su físico, su raza, su nivel económico... Y todo para creer que son mejores. Para creerse superior. No entienden que eso duele. Duele mucho. Duele que te juzguen por algo que no tienes entre tus manos. Por algo de lo que no eres responsable. No todas tenemos un cuerpo con unas curvas de vértigo. Tampoco somos preciosas, como una barbie. Tenemos gustos exóticos. Kilos de mas. Imperfecciones. No somos familias ricas. No podemos comprar todo lo que se nos antoja. Es que al final todo son apariencias y mierdas de esas.