Cap XXV. Nudos en la garganta.

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23:01

Llego agotada. Con las fuerzas que me quedan llamo al timbre. Me cuesta respirar. Se escuchan unos pasos que se apresuran a abrir. Mi madre me mira con una mezcla de alegría y enfado. No sabe como reaccionar. Después de unos segundos al fin se aparta y entro. Cierra la puerta con un golpe fuerte.

+ ¿¡Cómo me haces esto?! ¡Llevo esperándote mas de dos horas! - Me sigue hasta mi habitación.

- Lo siento...

+ ¡No! ¡No lo sientas! ¡Primero me llaman del instituto, diciéndome que has pegado a un alumno y que luego has escapado! ¿¡Y ahora esto!? ¡Despídete de salir de tu habitación un buen tiempo! - No deja de gritar. Pobres vecinos...

- Mamá, se me fue la hora... - Intento excusarme.

+ ¡Sabes cuantas veces te he llamado! ¡Si tienes móvil es para algo!

- Estaba subida a un árbol... No se escuchaba

+ ¡¿Y ahora me mientes?! ESTO ES EL COLMO. - Se ríe sarcásticamente.

- No, no es mentira. - Ante todo mantengo la calma. Aunque me empieza a costar hablar.

+ TUS ACTOS VAN A TENER CONSECUENCIAS.

- Vale... - Sé que lo hice mal, así que lo acepto. De todos modos no tengo nada más que decir. Me siento en mi cama. No puedo mirar a mi madre a los ojos cuando se enfada.

+ AHORA MISMO ME VAS A DECIR QUE ESTABAS HACIENDO. - Cada vez se cabrea más. Tengo un nudo en la garganta. Trago saliva e intento hablar.

- Había ido al parque.

+ CON QUIEN.

- Sola. - Miento.

+ ¿SOLA? ¿Y POR QUÉ HAS TARDADO TANTO? - Empieza a sospechar. No sé por qué he mentido, pero ahora no puedo rectificar. Tendré que seguir inventándome cosas.

- Me quedé dormida en un banco.

+ ¿NO ESTABAS EN UN ÁRBOL? - Hubo un pequeño silencio. Tengo que pensar muy rápido.

- Eso era antes... Luego fui a un banco, y ahí me quedé...

+ ¿DORMIDA? ¿INTENTAS QUE ME TRAGUE ESO? - Mueve los brazos agresivamente.

- Tenía mucho sueño... - Ya no me quedan ideas. Si sigue presionando tendré que rendirme.

+ MIRA, SOY TU MADRE. SÉ QUE TODO ES MENTIRA. O ME CUENTAS YA LO QUE HA PASADO O VAS A TENER UN GRAN CASTIGO, MAYOR QUE EL QUE YA TIENES. - Me lo pienso unos segundos. Bueno, tendré que ceder... Aunque ya casi no me salen las palabras.

- Mamá yo... - Entonces no aguanto más y me echo a llorar. No sé por qué lo hago, pero no puedo evitarlo. Se queda mirando unos minutos, luego se va, cierra mi puerta y la tranca con un palo para que no pueda salir.


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