Unas manos me agitan por los hombros suavemente, mientras repiten mi nombre varias veces. Abro los ojos, aunque rapidamente los cierro. Mucha luz. Me echo las manos a la cabeza. Veo que mi madre me mira tiernamente. Esta sentada en el sofa a mi lado, justo donde la noche anterior me habia quedado dormida.
+Cielo, deberias vestirte. No quiero que vuelvas a llegar tarde. - Sonrie. Es preciosa. Sus labios son carnosos. Su nariz chata y sus ojos color cielo. Tiene algunas marcas en la piel. Ojala fueran de reir. Pero no es asi. Tengo delante a la persona que me ha cuidado desde que era un feto. La que me ha querido tal y como soy. La que me ha apoyado siempre. La que ha luchado por mi, por mi futuro. La abrazo.
-Si, ahora me preparo.-Voy al baño. Me miro en el espejo. Mis ojos están hinchados. Me echo agua por la cara y me recojo mi pelo negro carbon en un moño mal hecho. Recuerdo lo que paso ayer. Aunque no quiero hacerlo.
Escojo una ropa parecida a la del dia anterior. Cuando estoy esemidesnuda me miro en el espejo. Mi cuerpo es delgado. Del color de la leche podrida. Me pongo de perfil. Apenas tengo delantera. Y mi culo, si a eso se le puede denominar como tal, esta caido. No me gusta mi fisico. Ni a mi ni a nadie. Me pongo rapidamente el jersey y los vaqueros para quitar mi imagen del reflejo del espejo. Cojo el sacapuntas que esta encima de la estanteria y lo desmonto. Rajo mi muñeca y una gota se sangre cae al suelo. Me tranquilizo. Esa sensacion de dolor y alivio. Veo que mi madre esta en la puerta, observandome.
+Eres perfecta. - me dice. - No sigas. - Dejo mi tranquilizante donde estaba y se acerca a mi.
-Mamá, no mientas. Por favor. Mirame... - Señalo mi cuerpo entero.- Mis piernas son dos palos blancos con venas horribles. Mi culo es plano. Se me notan las costillas y no tengo nada de color. Mis pechos... En fin. No existen. Y mi cara. Mi cara... Tengo los ojos muy grandes. Dan miedo. Y mi pelo es normal, no es especial... ¿Que me ves de bonita? - Ella frunce el ceño.
+Tus piernas son esbeltas y palidas, como las muñecas de porcelana. Tu culo es pequeñito y tierno. Tu color es el de las perlas. Tus pechos ya creceran, estas en plena adolescencia. Tu cara es delicada. Tu sonrisa ilumina ciudades. Tus ojos son del color del mar, grandes, grandes como es el oceano. Grandes como el universo. Grandes como tu corazon. Grandes como mi amor hacia ti... -Su mirada se ilumina. Y me besa en el pelo.- Y tu cabello. Tu cabello es suave y sedoso. Negro, negro como la perla negra, la joya de los mares del Sur. - No tengo nada que decir. Me deja sin palabras. De repente un odio me sube de pies a cabeza. Recuerdo a mi padre. Aprieto mis puños hasta mas no poder. Como ese puto subnormal le hizo eso a mi madre. Como. No me lo explico. Es decir, desearia que le pasase lo mismo. Desearia desatar mi ira hacia el. Mamá lo nota y junta mi cabeza a su pecho. Escucho el latir de su corazon.
+Tranquila. - Cierro los ojos y la rodeo con mis brazos fuertemente.- Ahora termina de vestirte y deja de hacerte daño.
