Llegamos a la cima de la montaña.
- Aquí vengo siempre -sonrío. Me siento en la misma piedra de esta mañana. Él hace lo mismo.
+ ¿Si? Yo también...
- Nunca te he visto.
+ Vengo por la noche, pero no es exactamente aquí.
- ¿Y dónde?
+ Ahí. - Señala hacia arriba. Hacia el árbol.
- ¿Estás insinuando que subes a ese árbol...?
+ No lo insinuo, lo afirmo. - dice orgulloso. - Y para ver bien la constelación tu tambien vas a tener que hacerlo.
- ¿C-como?
+ Sí. - Se levanta y me hace una seña para que vaya junto a el, bajo el árbol.-Deja ahí el cuaderno, no importa. - Obedezco.
- ¿Cómo quieres que suba? No se me da bien escalar... -Sonrío inquietamente. 'Como la cagues te mato.' me digo a mi misma. - No hay mucha luz... me voy a caer...
+ Venga, tranquila. - 'Qué tierno...' - Yo te sujeto si te caes... - Dios. Esta noche voy a morir. No quiero que acabe nunca.
- Lo intentaré...
Me agarro a una rama que sobresale del árbol y me impulso hacia otra mas grande que aguanta mi peso. Miro abajo. Ismael ya no está. Me da un bajón. No me lo puedo creer. Soy muy sensible, así que se me hace un nudo en la garganta y mis mejillas se empiezan a mojar.