Abro los ojos como puedo. Los siento hinchados. Un rayo de luz me da directamente en la cara. Enseguida los vuelvo a cerrar y me pongo las manos encima. Doy un par de vueltas en la cama. No está abierta, aunque tengo una manta encima. Debí quedarme dormida ayer por la noche mientras lloraba. Aún recuerdo la velada que pasé. Sonrío vagamente. Me siento y por fin consigo distinguir los objetos. Me restriego los ojos para poder ver con más claridad. Cojo mi despertador. Las 12:08. Nunca había dormido tanto... Yo, que soy de madrugar... Veo que mi madre me ha dejado una bandeja con un vaso de leche y magdalenas. Me acerco y reparo en que hay una nota al lado.
'BBDD. Cuando vuelva quiero que te sepas todas las asignaturas. Ya puedes estudiar bien. PD: Limpia la casa antes de que llegue.'
La aparto con rabia. Intento abrir la puerta de mi habitación. Bien. Si se puede. Está todo desordenado. Vaya día me espera.
Lo primero que hago es desayunar. Mi móvil vibra. Deseo con todas las fuerzas que sea Ismael... Con miedo miro el mensaje.
Clara: Tia, ¿q ha pasado? Puedes bajarte hoy y hablamos en el parq?
Yo: No.
Bloqueo la pantalla.
Ya se me ha pasado un poco el enfado, pero aún así no puedo perdonarla. Ni olvidar lo que hizo. Confiaba plenamente en ella y me lo pagó traicionándome. No. Agito la cabeza para hacer desaparecer la imagen de su cuerpo pegado al de Ismael. Puede parecer egoísta, pero nunca había querido así a alguien, es difícil de explicar... Puede controlar mis emociones, puede hacer que mis días sean tristes o los más bonitos del mundo... Soy suya. Aunque no lo sepa.