¿Por qué hace dos días éramos completos extraños y ahora nos tratamos tan cariñosamente? ¿Qué pretende? ¿Estará planeando algo? ¿Compinchado con sus amigos? ¿Querrá vengarse de mí? No descarto ninguna de estas cosas. Pero no dejan de ser preguntas sin respuesta. Me voy a dejar llevar. Que pase lo que tenga que pasar. Voy a dar un voto de confianza a Ismael, por como me trata, por lo que me dice, lo que hace... Se lo merece.
Andamos sin rumbo, bajo un cielo estrellado. Su abrigo me ha templado mucho el cuerpo. Delante no se ve nada. Montaña y montaña. Atrás no sé. No he mirado, ni quiero. Llevamos un rato en silencio, aunque parezca extraño no me resulta incómodo. He cogido bastante confianza en poco tiempo. Solo se escuchan nuestros pasos, andando al unísono.
- Volviendo al tema. - rompo el silencio de la noche.- ¿Qué te dijo exactamente Clara?
+ La verdad es que no me acuerdo muy bien... Creo que simplemente preguntó si sabía algo de ti...
- Am...
+ Y ahora... ¿me contarás qué os pasó?
- Ah, si claro... - digo lentamente mientras pienso lo más rápido posible.
+ ¿Y bien...? - Se le ve impaciente. Le importa. ¿Le importo?
- Ella tenía toda mi confianza, plena.
+ Ajam...
- Sabía todo de mí, absolutamente todo.
+ Si...
- Pero me la jugó. Y todo aquello que teníamos desapareció. Ahora no quiero saber nada de ella. No me interesa. Me ha traicionado de una manera muy cruel.
+ Oh... Pero... ¿Qué hizo?
- Mmm... Eso lo sabrás con el paso del tiempo.
+ Vale... - está pensativo. - No será... - Se corta enseguida y cambia de tema. - ¿Ya entraste en calor?
- Sí. - me doy cuenta de su cambio repentino e intento indagar. ¿No lo habrá descubierto? Oh no... Espero que no. Qué vergüenza. - ¿Qué ibas a decir?
+ Nada, dejalo...
- Nono, dilo jo... - pongo cara de niña triste mientras hago un gesto de una lágrima cayendo por mi mejilla.
+Eran cosas mías... Dejalo de verdad...
- Bueno vale... - Desisto.
Seguimos caminando hacia el horizonte sin rumbo, hablando de diversos temas. Cada minuto que pasa siento conocerle más. Le siento más cerca.
Acabamos al borde de un barranco. Me asomo y retrocedo varios pasos. Él me mira y se ríe.+ A que te tiro... - dice entre carcajadas.
- Nonono... - Se dirige hacia mí. Me agarro a un árbol. Me coge de la cadera y me tira hacia atrás. Consigue separarme del tronco. En ese momento se agacha y me agarra las piernas y por debajo de los brazos, cogiendome. Me mira. Le miro. Nos miramos. Se dirige hacia el vacío.
+ ¿Y si te tiro? - me sujeto a él agarrándome a su cuello.
- No... - le sonrio.
+ ¿Y si me tiro?
- Salto contigo.