Le veo desde aquí arriba. Tira una piedra al arbusto. Me mira y me sonríe.
+ No hay nada.
- Se habrá ido.
+ Supongo. - Le da una patada a un palo, que se desplaza varios centímetros. - ¿Bajas? Creo que ya es tarde... - Se dirige hacia el árbol.
- Sí. - Algo me toca la espalda. Sonrío. - Ismael, ya no me asustas... - Me giro y veo una ardilla. Pego varios gritos agudos y el animal peludo sale corriendo, igual que yo. Intento bajar pero en el último tramo me resbalo y caigo al suelo e Ismael viene rápidamente.
+ ¿Estás bien? - Me extiende la mano y me ayuda a levantarme.
- Si. - Me miro las palmas de las manos, con las que he aterrizado. Las tengo rojas. Soplo un poco para aliviar el escozor.
+ ¿Seguro que estás bien?
- Si, no te preocupes. - Me limpio los pantalones, que están manchados.
+ Creo que me tengo que ir... ¿Qué hora es?
- Espera ahora te digo. - Cojo la bolsa del cuaderno y desbloqueo mi móvil.
Mierda.
22:27. [ 10 Llamadas Perdidas de A A Maa ] Me echo la mano a la boca.
+ ¿Qué hora es?
- Las once y media. - Levanta las cejas.
+ Me van a matar. - Coge la bolsa inquietamente. - Me voy. Adiós... - Se empieza a alejar andando hacia atrás.
- ¡Espera! Voy contigo... Tengo llamadas perdidas de mi madre... Me va a matar. - Le pongo un mensaje de que ya voy a casa y echo a correr con Ismael. Lo más rápido que mis piernas me permiten. Siento la adrenalina. Bajamos dando saltos por las piedras. En el parque seguimos velozmente, aunque ya estamos un poco cansados. Doy un grito de alegría. Nunca me había sentido así. Él me da la mano para ayudarme, ya que me quedo atrás. Llegamos a un semáforo.
+ ¿Ahora por donde vas? - Dice mientras respira fuertemente.- Yo tengo que girar a la izquierda.
- Sigo recto. - 'Jo.'
+ Vale, gracias por el cuaderno... Y por acompañarme esta tarde-noche... - Me abraza.
- Gracias a ti... - Sonreímos.
El semáforo se pone en verde y yo sigo mi carrera hacia delante mientras él se pierde en la oscuridad de la noche.