Capitulo 10

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Nicholas

Esperé a que Julieta saliera de la habitación para aventar los papeles lejos de mí y recostarme en la silla, llevé una de mis manos a mi rostro y la pasé a lo largo de él.

Realmente era un imbécil, ¿Cómo había podido tratarla así?, pero es que realmente necesitaba que se fuera de la habitación, si no lo hacía no sé que hubiese hecho. Una semana, había pasado una maldita semana desde que había cometido el estúpido error de besarla, y desde entonces no sabía que hacer cuando estaba a su alrededor, el recuerdo de sus labios temblorosos contra los míos, su sabor, su respiración acelerada...me había vuelto loco, definitivamente.

Pero lo peor de todo era que había desquitado mi frustración con Julieta, y sabía que me iba a resultar difícil obtener su perdón.

Gruñí.

-Realmente soy un imbécil-Murmuré.

-¿Otra vez llamándote imbécil, cariño?

La voz de mi madre hizo que la mirara, sus ojos estudiándome, oh, oh.

-¿Qué pasa, mamá?

-No sé, tú dime, ¿por qué Julieta se fue de esa forma?

Me quedé callado, diablos, no quería hablar de esto con ella, en especial porque no necesitaba que ella me dijera lo que yo ya sabía: que era un imbécil egoísta.

-No quiero hablar de esto, madre, por favor.

Ella se me quedó mirando, y mi expresión debió ser lo suficientemente miserable como para que ella me concediera ese favor.

***

Bien, era normal que Matthew Hawthorne fuera paranoico, pero nunca lo suficiente como para entrar de golpe en mi cuarto.

-¿Se puede saber que te pasa?-Pregunté mientras me sentaba en mi cama.

Habían pasado dos días desde lo que había denominado "mi estupidez más grande", y desde entonces no había tenido ni la más mínima información sobre Jules, y aunque una gran parte de mí quería ir inmediatamente con ella para intentar que me perdonara, sabía que estaba lo suficientemente dolida como para que lograra el efecto contrario y me mandara al infierno lo que me restaba de vida.

-¿A mí?¿Qué te pasa a ti?

Entrecerré mis ojos hacia él.

-¿Qué te ha dicho mi madre?-Pregunté resignado.

-Lo suficiente como para saber que estás mal, Nick, ¿se puede saber que diablos hiciste?

Lo miré un segundo antes de volver a recostarme, sabía que cuando le dijera él iba a querer asesinarme, cosa que si lo pensaba una segunda vez resultaba preferible a estar el resto de mi vida soportando la indiferencia de Jules.

-No quiero hablar del tema.

-Me importa un cuerno lo que quieres, ¿Qué hiciste?

Guardé silencio.

-Nicholas.

Más silencio.

-¡Nicholas Thomas Rockford, ¿Qué hiciste, maldición?

-¡La besé!

Lo siguiente que siguió fue silencio, un largo, absoluto y tenso silencio, Matt me miraba como si me hubiera salido una segunda cabeza, mientras que yo miraba un punto muerto en la pared.

-¿Qué?-Preguntó, su voz sonaba sin aliento.

-Que la besé-Mi voz sonaba vacía y sin vida.

-Espe...¿la bes...?...¿cómo...?

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