Capitulo 39

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Julieta

Sacudí a Nick por la que creía era la quinta vez y él no hacía aún ningún amago de despertarse.

Aguanté un suspiro, desde que habíamos estado juntos por primera vez esa noche se había vuelto a colar en mi habitación varias veces más, lo que nos llevaba a la situación actual, que constaba en mí intentando despertarlo antes de que la señora Athens entrara para despertarme, y Dios, si que tenía el sueño pesado.

-Nicholas, ya despierta.

Escuché como soltaba un gemido y tapaba parte de su rostro con uno de sus brazos.

-Nick.

-Cinco minutos más-Pidió.

-No, alguien va a entrar en cualquier momento, además tenemos que reunirnos en un par de horas con el sacerdote.

-Pero ya sabemos que hay que hacer.

-Nick, por favor, es lo último que nos queda.

Gimió de nuevo antes de alejar su brazo de su rostro y abrir sus ojos, me dedicó una mirada por un par de segundos y luego de enderezó hasta quedar sentado con las sábanas alrededor de su cintura, me las arreglé para no sonrojarme, a estas alturas ya lo había visto así las suficientes veces como para ir acostumbrándome a la imagen, aunque me seguía provocando el mismo aleteo en el estómago que la primera vez.

-Primor, nos casamos mañana y he tenido los votos preparados desde hace semanas, no entiendo porque el sacerdote insiste tanto en las charlas pre-nupciales.

Bufé, había estado reclamando por lo mismo desde que nos habían obligado a ir la primera vez a esas charlas.

-Levántate de una vez-Ordené.

Él soltó un suspiro antes de estudiarme, y asumía que la razón de su ceño fruncido era la ropa que me había puesto apenas me había despertado.

-Cuando nos casemos me aseguraré de esconder toda tu ropa interior hasta que yo me despierte.

Rodé los ojos, era increíble cuan infantil se escuchaba eso a pesar del tema al que se refería, pero por otro lado era Nicholas, siempre podías esperar lo inesperado cuando se trataba de él.

-Eso será si te dejo-Rezongué.

Escuché como soltaba una pequeña risa suave antes de besarme y recostarme una vez más sobre la cama, y esta vez fui yo quien no pudo contener la risa.

-Nick, tienes que irte-Murmuré contra sus labios.

-¿Puedo venir esta noche?-Preguntó.

-Es de mala suerte dormir con la novia la noche antes de la boda-Objeté.

-¿Desde cuando eres tan supersticiosa?

-Desde que me voy a casar contigo.

Puso los ojos en blanco, oh, vamos, si considerábamos todo lo que teníamos que hacer mañana, necesitábamos toda la suerte que pudiéramos conseguir.

-Está bien-Dijo de mala gana antes de levantarse y empezar a buscar su ropa.

Me senté en la cama y atraje las sábanas hasta que me tapaban hasta el cuello, mis ojos fijos en él mientras se vestía, era el hombre más hermoso que había visto en mi vida.

***

Habían momentos en la vida que una no era capaz de olvidar, y caminar por el pasillo de la iglesia del brazo de mi padre hacia un Nick que me esperaba sonriente iba a ser uno de los míos.

Mi padre depositó un pequeño beso en mi frente antes de entregarme a Nicholas, le sonreí al hombre que convertiría en mi esposo, sus ojos me miraban brillantes antes de voltearnos para ver al sacerdote, quien esperó a que todo el mundo se quedara callado para empezar la ceremonia.

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