Capitulo 12

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Nicholas

Estaba arruinado, en un nivel totalmente nuevo y desconocido (¡lo que ya era bastante decir!), no podía ser cierto, había pasado un mes desde que Jules me había perdonado, un mes sin que "The Raven" hiciera alguna aparición por el miedo de que Jules despertara una curiosidad que en serio esperaba que siguiera apagada.

Y lo sé, sé que una aparición suya no iba a hacer mágicamente que ella se interesara por él, pero tal vez todos los...acontecimientos anteriores tal vez sí. Aunque eso no era lo peor, no, lo peor era que el que seguía confundido era yo, intentaba, de verdad lo hacía, pero mis ojos no podían volver a mirarla como mi mejor amiga, al menos no sólo como eso.

¿Cómo era que me había metido en esto? no tenía la menor idea, lo único que sabía con certeza era que nunca había deseado nada más no haber ido a ese maldito baile de máscaras, ese había sido el día donde Julieta había empezado a invadir mi mente, o donde mi mente había empezado a ensuciar la imagen que tenía de la que una vez consideré casi mi hermanita pequeña.

Diablos, y lo malo es que no podía hablar de nada de esto con Matt porque iba a empezar de nuevo con la estupidez de que estaba enamorado de Jules, ¡cosa que no era cierta!, sí, puede que me tuviera un poco confundido, pero de ahí a que me gustará tanto, ni de broma, no iba a ir hacia allí ni aunque de eso dependiera mi vida; conocía de primera mano lo que era un amor auténtico, lo había visto con mis padres, y aunque la imagen parecía casi idílica la mayoría del tiempo, no necesitaba eso todavía, maldita sea, tenía veintitrés años, no quería pensar en matrimonio, o en formar una familia, o en tener hijos, para tener a alguien que controlara mis comidas, mis horarios o los líos en los que me metía ya tenía suficiente con mi madre y con Matthew.

-Nicholas...

No quería más problemas, quería volver a mi vida de siempre.

-Hijo...

Quería volver a ver a Jules como mi mejor amiga, como mi hermana menor.

-Nick...

Quería volver a molestar a Matt con Lottie, quería que Julieta volviera a ayudarme a hacerlo, quería no tener ninguna preocupación aparte de las obvias.

-¡Nicholas!

Me enderecé rápidamente en el sillón donde estaba sentado y me volteé para ver a mi madre, sus ojos azules me miraban interrogantes junto a su ceja arqueada. Oh, oh, ¿Cuánto tiempo me había estado llamando?...Ugh, ¿Qué diablos me estaba pasando?

-¿Qué pasa, mamá?-Pregunté con la expresión más inocente que pude.

Su ceja se arqueó aún más, si es que eso era posible, ¡genial!¡lo que me faltaba!, no necesitaba que mi madre iniciara uno de sus interrogatorios, y mucho menos ahora.

-"¿Qué pasa, mamá?", ¿en serio?, te he estado llamando por al menos cinco minutos y tú estabas como en la luna, ¿se puede saber que te pasa?

Me encogí en mi puesto, claro, mi madre nunca me permitiría salir bien librado de algo a menos de que estuviera al borde de un paro cardíaco.

-No me pasa nada, mamá, debe ser tu imaginación.

-¿Mi imaginación?, querido, desde hace semanas que estás como un amargado, ya ni siquiera has querido hacer un golpe.

-He estado ocupado, sólo es eso.

-Nicholas Thomas Rockford, te tuve dentro de mí por nueve meses, te conozco mejor que nadie y que me haya hecho la idiota estas últimas semanas no significa que no sepa que algo malo te ocurre. Así que puedes hacerlo sencillo y decirme que te ocurre por tu propia voluntad o te obligaré a hacerlo, hijo.

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