Capitulo 20

3K 274 9
                                    

Nicholas

Releí la misma línea por lo que creía ya era la décima vez, incluso yo encontraba que era inútil y estúpido seguir intentando concentrarme en el trabajo, pero era preferible hacerme el idiota a admitir lo que realmente me ocurría.

Miré el reloj que tenía colgado en la pared, eran las seis de la tarde, lo que significaba que aún faltaban seis horas para tener que ir a mi reunión con Jules, o mejor dicho, faltaban seis horas para la reunión que habían acordado Jules con "the Raven", y sí, lo sabía, sabía que era una idea horriblemente mala, pero no podía hacer nada, tenía claro que aunque tuviese que ir sola a East End, iba a hacerlo. Así que lo mejor era que la acompañara y me asegurara que no se metiera en problemas...bueno, no en tantos de todas formas.

Suspiré antes de dejar los documentos en la mesa y ordenarlos para después meterlos dentro de una carpeta, me recosté contra la silla y con mis dedos presioné el puente de mi nariz, todo este tema ya empezaba a hacerme doler la cabeza, ¿cómo era posible que no pudiera concentrarme en nada más que no fuese Julieta?, por Dios, ni que fuera un adolescente aficionado al romance, con suerte me había leído los libros de Shakespeare, y eso había sido porque Jules no me había dado otra opción.

Unos golpes en la puerta llamaron mi atención, pero no fueron suficiente como para que abriera mis ojos, así que esperé en silencio a que la persona entrara, si eran mi madre o Matt lo iban a hacer de todas formas, así que no era necesario que les respondiera, además, ellas eran las únicas personas que estaba dispuesto a ver en este momento.

-Luces torturado, cariño.

Quise gemir, era mi madre, y una pequeña corazonada me decía que no venía para nada bueno. Esperé un par de segundos más antes de abrir mis ojos, lucía un sencillo vestido azul claro e iba con el cabello suelto, bueno, al parecer yo no era el único que planeaba abstenerse a las visitas el día de hoy.

-Hola, madre.

-¿Se puede saber la causa de tu tortura?-Preguntó.

-No estoy torturado.

-Pues díselo a tu cara, porque, cariño, tienes unas ojeras que indican claramente que no has dormido bien.

-Mamá, hay demasiadas razones por las cuales no dormiría-Expliqué con una sonrisa de lado.

Ella arqueó una de sus cejas cuando se dio cuenta a lo que me refería, cosa que para mi desgracia no fue mucho.

-Nicholas Thomas Rockford-Advirtió.

Reí levemente mientras me levantaba.

-Descuida madre, si hiciera algo como traer a una mujer a esta casa, créeme que tú serías a la última persona a la que se lo diría.

Salí de la habitación antes de que ella pudiera decir algo, por una vez en la vida iba a escuchar a esa pequeña vocecilla en el fondo de mi cabeza que me advertía sobre los problemas que me rodeaban.

***

Miré hacia el balcón que sabía pertenecía al cuarto de Julieta, habíamos quedado de encontrarnos en una de las salidas de su casa que estaba lo suficientemente escondida y que era lo suficientemente poco ocupada como para que nadie se diera cuenta de que la señorita de la casa se estaba escapando a mitad de la noche.

Si hubiéramos estado en condiciones diferentes posiblemente hubiera subido hasta su habitación simplemente para hacerla enojar, pero se considerábamos lo que había pasado la última vez que había estado en su balcón...bueno, digamos que por mucho que quisiera, no podía permitir que lo que había pasado esa noche y esa vez en el teatro se volviese a repetir.

Juegos de LadrónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora