Capítulo 10.

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(Un mes después.)


Karina.


-¡No!-río y corro escondiéndome de Dani-.


-Karina-ríe y corre detrás mía por todo el jardín con el cubo de agua-.


-No, por favor-suplico riendo y me pongo detrás de un árbol intentando esconderme de su posible lanzamiento del cubo sobre mí-.


Dani me mira y eleva una ceja.

La derecha.

Se le ha pegado de mi, pero al contrario, umm... Me da que pensar, bueno, será simple y mera casualidad.


Coje el cubo de agua con sus dos manos y lo sitúa sobre su cabeza, acto seguido, deja caer el contenido del cubo sobre él y hace que yo estalle a carcajadas.


-¿Pero qué?-digo sin explicármelo y río más-.


Este niño es tonto, de verdad.

Pero, espera, espera que...

No.

No puede ser.

Se aproxima a mi lentamente y va abriendo los brazos poco a poco.


-¿No serás capaz?-abro mucho los ojos y elevo ambas cejas-.


Él sonríe divertido, corre hacia mi y me espachurra entre sus brazos.


-Dani no...-digo riendo un poco y apoyo mi cabeza en su pecho cubierto por una camiseta mojada, me da igual que esté así la camiseta, total, estoy calada hasta los huesos-.


-Oye que solo es agua-ríe-.


-Me voy a resfriar capullo-bufo, él se da la vuelta, coje mis piernas y me sube a su espalda-.


-¡No, no, no!-me engancho a su cuello con cuidado de no ahogarle- Daniel bájame ahora mismo- digo entrecortada y me apoyo en su espalda-.


-Oh, no, si es que si te dejo aquí te puedes resfriar-dice imitándome y sube por las escaleras de su casa-.


-Dani te mato-murmuro, cierro los ojos e intento que el tiempo pase más rápido-.


Llegamos a la primera planta del dúplex y él anda por el pasillo dirección a la habitación de invitados.


-No si yo te mato antes- hace el amago de dejarme caer pero no me suelta-.


Mi corazón dio un vuelco, bueno, quien dice un vuelco dice una voltereta lateral con triple salto mortal.


-No me sueltes, no me sueltes-susurro en su oído atemorizada-.


Me baja con cuidado y cuando noto que mis pies tocan suelo firme abro los ojos y le miro.


-¡Me podrías haber matado!- digo con tono de desesperación y le doy un empujón que solo sirve para que se balanceé un poco-.


-Pero no lo he hecho-levanta las manos inocente- anda, te traigo una camiseta y te cambias esa, que al final si que te puedes resfriar-suspira, sonríe y desaparece de la habitación-.


Observo las cuatro paredes que me rodean.

Podría decirse que esta es mi habitación oficial.

Según me dijo, antes la ocupaba su hermana.


Su hermana.

No ha vuelto a pasar por la casa.

Una vez al mes, Dani recibe una carta de ella con ciento cincuenta euros.

Me parece de cobardes no dar la cara ni para cuidar de tu propio hermano, y es tu obligación como mayor de edad cuidar de este si no hay figuras paternas de por medio.


Como en el ejemplo de Daniel.


Fijo mi mirada en la puerta, que se abre dejando ver a un Dani en chándal.

Mi mejor amigo está muy bueno.

Tenía que decirlo.

Y os preguntaréis por Noa y Jose.

Su historia de amor va a ser tan eterna y con tantos "te quiero" mutuos que si están con otras personas, esa relación no tendría ningún sentido. (Leedlo con voz de pija y morís de risa)


Siento una prenda impactar contra mi cara, desconecto de ese trance mental que me había montado y miro la camiseta, y antes de que esta caiga, la agarro con mis dos manos

Me sentí un ninja  en ese momento.


-¿En qué pensabas, nena?


Venga, alertas modo ON.

Es un simple apodo cariñoso de amigos, A-M-I-G-O-S.


-¿En nada?-río y él agacha la cabeza negando a la vez-.


-Te mentiría si te dijera que no te conozco lo suficiente para saber que si pensábas en algo.


Y sonreímos.


-¿Por qué no me dejaste conocer a este Daniel antes?- susurro mirando la camiseta y el silencio reina la habitación-.


No es querer saberlo, es necesidad.





Holaaa.

Esta historia me gusta cada día más socorro.

Bueno, quería hacer unas dedicatorias, un poco cursi, pero bah, lo soy, ¿problem?-elevo una ceja-.


Quiero dedicar este capítulo a mis dos soportes en la cercanía, a mis dos mejores amigas.

Y también quiero dedicarlo a mis tres columnas en la lejanía, algún día los kilómetros no serán problema para que Valencia, Madrid, Barcelona y Murcia se junten, prometido.

Y gracias a vosotros, los pocos que hay detrás de la pantalla que me hacen seguir cada día.


Os quiero mucho mucho muchoo.


A Que No Me Dejas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora