Karina.
-¡No!-exclamo moviendo el pulgar sobre el joystick lo más rápido que puedo- ¡No vale! ¡Tramposo!
Daniel ríe ante mi desesperación por ganar esta partida y muerde su labio como gesto de concentración.
-¡Toma!-grita animado al llegar a la meta de la partida, deja el mando sobre la mesa y se sube al sofá para hacer un baile la mar de gracioso-.
-Vaya un tramposo-suspiró frustrada y dejó el mando a mi lado, sobre el sofá, y me cruzo de brazos después de encoger mis piernas-.
En resumidas cuentas: Una rabieta por mal perder.
Odio esa parte mía, tengo muy mal perder, y más si hacen trampas.
¡El mando se bloqueó justo cuando iba ganando!
-Vaya perdedora-se burla entre risas y da pellizquitos a mi tripa-.
-Tramposo-murmuro a regañadientes e hincho mis mejillas de aire-.
Roto sobre mi misma dándole la espalda y cuando lo hago noto que se tumba sombre mi y clava su mirada sobre la mía provocando que le mire.
-¿Qué?-digo seca-.
-No es culpa mía que el mando se bloqueara-se sincera y suspira-.
-Seguro que lo sabías-arrugo mi nariz levemente y el sonríe a medias-.
Eleva los hombros y niega inocente.
-Se rompen solos, ¿qué quieres que haga?-frunce el ceño y ruedo los ojos-.
-Cuídalos y así no se rompen, a demás, no son míos los mandos-río flojito-.
-Lerda-estampa su mano contra mi cara sin hacerme el más mínimo daño-.
-Cerdo-intentó decir pero suena como un gruñido-.
-¿Guapo? Oh, gracias, me lo dicen mucho-se piropea y ríe-.
-¡Egocéntrico!-rechisto elevando ambas cejas pero casi ni se entiende de nuevo-.
-Yo también te quiero-sonríe victorioso y quita su mano de mi cara-.
Aire.
Aire puro.
Le miró de reojo mal y cojo uno de los trozos de pizza cuatro quesos que hay sobre la mesa.
Odio el queso.
A muerte.
Pero como no me lo voy a tomar, pues me da igual.
-Dani, ¿quieres?-digo refiriéndome a la pizza-.
-Vale, gracias-abre la boca concentrado en la tele y es ahí cuando estampo el trozo de pizza de queso en su preciada cara-.
-¿Está rico?-susurro y río mucho quitando el trozo de pizza de su cara-estamos en paz-susurro sonriente y estrecho mi mano con la suya- Ah, por cierto, yo de ti me quitaba el queso antes de que se pegue-me acerco a él y voy retirando pedacitos de el queso fundido-.
-Yo te mataba, Frey-susurra enfurecido pero sabe que ya estamos en paz-.
Umm, ¿a qué huele?
Ah, sí, a victoria.
ESTÁS LEYENDO
A Que No Me Dejas.
Fiksi RemajaMe dijiste que me querías. Advertencia: esta historia es completamente mía. Atrévete a copiarla. Siempre encuentro a los inútiles sin imaginación. ¡No copies historias! Att: la amable escritora:)