Capítulo 16.

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Karina.

-¡No!-exclamo moviendo el pulgar sobre el joystick lo más rápido que puedo- ¡No vale! ¡Tramposo!



Daniel ríe ante mi desesperación por ganar esta partida y muerde su labio como gesto de concentración.



-¡Toma!-grita animado al llegar a la meta de la partida, deja el mando sobre la mesa y se sube al sofá para hacer un baile la mar de gracioso-.



-Vaya un tramposo-suspiró frustrada y dejó el mando a mi lado, sobre el sofá, y me cruzo de brazos después de encoger mis piernas-.



En resumidas cuentas: Una rabieta por mal perder.

Odio esa parte mía, tengo muy mal perder, y más si hacen trampas.

¡El mando se bloqueó justo cuando iba ganando!


-Vaya perdedora-se burla entre risas y da pellizquitos a mi tripa-.



-Tramposo-murmuro a regañadientes e hincho mis mejillas de aire-.



Roto sobre mi misma dándole la espalda y cuando lo hago noto que se tumba sombre mi y clava su mirada sobre la mía provocando que le mire.



-¿Qué?-digo seca-.



-No es culpa mía que el mando se bloqueara-se sincera y suspira-.



-Seguro que lo sabías-arrugo mi nariz levemente y el sonríe a medias-.



Eleva los hombros y niega inocente.



-Se rompen solos, ¿qué quieres que haga?-frunce el ceño y ruedo los ojos-.



-Cuídalos y así no se rompen, a demás, no son míos los mandos-río flojito-.



-Lerda-estampa su mano contra mi cara sin hacerme el más mínimo daño-.



-Cerdo-intentó decir pero suena como un gruñido-.



-¿Guapo? Oh, gracias, me lo dicen mucho-se piropea y ríe-.



-¡Egocéntrico!-rechisto elevando ambas cejas pero casi ni se entiende de nuevo-.



-Yo también te quiero-sonríe victorioso y quita su mano de mi cara-.



Aire.
Aire puro.


Le miró de reojo mal y cojo uno de los trozos de pizza cuatro quesos que hay sobre la mesa.

Odio el queso.
A muerte.
Pero como no me lo voy a tomar, pues me da igual.



-Dani, ¿quieres?-digo refiriéndome a la pizza-.



-Vale, gracias-abre la boca concentrado en la tele y es ahí cuando estampo el trozo de pizza de queso en su preciada cara-.



-¿Está rico?-susurro y río mucho quitando el trozo de pizza de su cara-estamos en paz-susurro sonriente y estrecho mi mano con la suya- Ah, por cierto, yo de ti me quitaba el queso antes de que se pegue-me acerco a él y voy retirando pedacitos de el queso fundido-.



-Yo te mataba, Frey-susurra enfurecido pero sabe que ya estamos en paz-.



Umm, ¿a qué huele?

Ah, sí, a victoria.



A Que No Me Dejas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora