Capítulo 15.

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Daniel.


Las clases transcurren con monotonía.

Vaya cosa más aburrida esto de no escucharla ponerse nerviosa.

¿Que podría? Claro que podría, si me hablara.


Camino a paso lento por la calle sin ella, otra vez.

Vaya cagada.

Martínez, tú antes no eras tan... ¿cursi? Te has vuelto un blando tío-dice mi conciencia con voz de Karina mientras voy al jardín de mi casa, sí, no me quedaba nada para llegar-.


Joder, hasta mi conciencia me la recuerda.

Me tumbo en el césped artificial y busco alguna excusa para hablarle, pero nada.

Dios, ayuda.


-Hola-murmura una voz femenina asomándose por encima de la valla-.


Creo que voy a rezar más a menudo.


-¡Karina!-me sobresalto y me levanto con prisa para ir a la valla-.


-Ey, no corras, que no me voy-ríe dulce-.


Eso ya no es risa, es la música que necesitaban mis oídos.


-Dijiste esta mañana que no vendrías nunca más-susurro, agacho mi cabeza y la elevo de nuevo para mirarla-.


-Nunca es mucho tiempo-se sincera sonriente-.


Siempre tiene las mejores palabras para el momento perfecto, esas justas, necesarias.


-¿Sabes que parecemos novios?-elevo una ceja y ríe-.


-Más quisieras-se remolonea y hace que ruede los ojos-.


-Eres muy-alargo la 'u'-tonta.


-Oh-posa su mano sobre su pecho- me ha dolido en lo más profundo-finge sollozos-.


-¿Me abrazas o te abrazo?-me cruzo de brazos-.


-Ninguna de las dos cosas-me saca la lengua-.


-Eso si que ha dolido-río-anda-abro la puerta, voy en su dirección y la abrazo-.


-¿Que palabra de mi respuesta no has entendido? Creo que he sido clara-ríe y decide seguirme el abrazo-.


-La parte en la que me impedías abrazarte.-dejo un beso en su pelo- No te vayas más-susurro abrazándola un poco más fuerte-.


-Nunca, pero no me dejes ir-sonríe-.


-Nunca es mucho tiempo-repito su respuesta-.


-Por eso-ríe y provoca mi sonrisa-.


-Creía que no me ibas a perdonar-suspiro todavía abrazándola-.


-Todo el mundo merece oportunidades.


Es genial, y me estoy reblandeciendo demasiado, es como agua y yo el azúcar, cae sobre mí y mi estado cambia, es inevitable.

Me doy miedo a mí mismo.





A Que No Me Dejas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora