Capítulo 9.

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(Nota del final importantísima)


Daniel.


Karina me está sacando de mis límites.

Es muy preguntona.

Es peor que un policía.


Se ha quedado callada después de mi "confesión"


-Karina, que no muerdo-río y ella sonríe-.


-Ya, pero no se-ríe- es que se te dan mal las indirectas-ríe más-.


Su risa ahora mismo es música para mis oídos, en serio, no es que me guste ella, o sea, no pero si, ay dios me estoy liando yo solo.


-¿Crees que tengo posibilidades con esa chica ahora mismo?-elevo una ceja- Digo posibilidades de conseguir entablar una amistad de confianza-río-.


-¿Y por qué no se lo preguntas a ella?-muestra una media sonrisa que de alguna manera me da confianza y provoca mi risa desde mi balcón-.


-Karina, ¿quieres ser mi amiga a la que pueda contarle todo?-río-.


-Oh, ¿entonces era yo la chica en la que tanto entusiasmo pone para conseguirla?-ríe y se levanta para apoyarse en la verja que separa su habitación del abismo de un piso que hay tras él- acepto tu propuesta-sonrió, ahora viene el palo-.


-Karina-repito su gesto de levantarse- hay una letra pequeña-suspiro-.


-¿Cual?-frunce el ceño interesada-.


Trago saliva y la miro.


-Karina, nadie puede enterarse de esto-suspiro- tiene que ser un secreto, ¿me lo prometes?


Su cara era un poema, me da pena hacerle prometer esto, me da muchísima pena.


-Parece que te de vergüenza el que esté contigo, aunque sea de amiga-juega con sus manos-.


-La gente me miraría por encima del hombro si estoy junto a ti, pero te prometo que detrás de las miradas de todos mis amigos, seré el Daniel mas dulce que pueda existir, y no te rías de esa cursilería que acabo de decir, por favor-río y ella sonríe-.


-¿Prometido?-eleva una ceja, siempre la izquierda, no lo entiendo-.


-Prometido.


Nos quedamos unos segundos callados hasta que decido hablar de nuevo.


-¿Y si lo pactamos con un abrazo?-río- después de lo sucedido con mi hermana ahora mismo estoy roto-río cabizbajo-.


Su respuesta me la podría esperar, es como un animalito abandonado que tiene miedo a todo el mundo, pero crucemos los dedos.


-De acuerdo-sonríe y desaparece de mi vista, supongo que ha bajado a su jardín, que por cierto, da al mio, y es una suerte, nadie puede ver lo que sucede en el interior.


Bajo al jardín y la encuentro tras los barrotes que nos separan, pero hay una puerta, tranquilidad.


La observo de arriba a abajo. Lleva una larga camiseta gris junto a unos pantalones cortos de la misma tonalidad que la camiseta. estos, dejan al descubierto sus piernas y un pequeño moratón en la rodilla al que no le doy mucha importancia, no es que no me importe su estado físico, es que ya se por qué lo tiene y no quiero recordarlo.


Me mira a los ojos y yo a ella, abro mis brazos de par en par y ella va directa a la puerta, gira el pomo y desliza la puerta en mi dirección dejándonos cara a cara.


Se acerca a mi mientras yo sigo con los brazos abiertos, esperando su cariñosa respuesta hacia mi, pero ella se queda inmóvil ante mi.


-Creo que este va a ser nuestro comienzo-dice con la mirada agachada y luego su mirada se clava en mis ojos- espero que no nos dejemos caer nunca-sonríe-.


-Nunca más te dejaré caer-muestro una pequeña sonrisa que no enseña mis dientes-.


Y es ahí, justo en ese momento, donde ella me abraza y recompone todos mis trozos rotos, y yo los de ella.


-Nunca.



Holaa.

lo primero, dar las gracias por las lecturas y por todo, me llenan muchísimo, de verdad.

Y lo segundo, si no escribo capítulo el próximo martes (cosa que dudo pero por si acaso) es porque ahora tengo un horario estricto de móvil y solo podría escribir con él en el poco rato que tengo, así que cuando no pueda escribir capítulo con el móvil, lo escribiré con el ordenador, como este.

Gracias y os quieroo.


A Que No Me Dejas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora