7.

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Punto de vista de Wendy.

Estába sentada junto a Harry en el sofá, en completo silencio. Sólo se podía escuchar el sonido de la televisión y algunos coches pasando frente al edificio.

Desvío la mirada hacia Harry por unos segundos y noto que sonríe.

—¿Qué tanto miras?—Dice sin despegar los ojos de la pantalla.

—Nada.—Digo despreocupada y miro hacia otra parte.

Segundos más tarde, dejo de escuchar las voces de los actores de la película y Harry se levanta del sofá.

—Tienes que cambiarte las vendas.—Me dice y yo asiento.

Harry sale de mi campo de visión y se va al baño. Vuelve con unas gasas y una pomada.

Se arrodilla frente a mi y comienza a quitar la venda de mi brazo, para después untar la herida con pomada y volver a vendarla con una gasa limpia.

Repite el proceso con mi muslo y estómago, siendo cuidadoso para no hacerme daño.

Cuándo acaba le sonrío pero él no me devuelve el gesto.

—¿Pasa algo?—Le pregunto y él niega.

—No, nada.—Sonrió forzadamente y volvió a sentarse a mi lado.

No le creo ni una palabra.

—Harry...—Le llamé y me miró.—¿Qué ocurre? Sé que algo te pasa.

Se masajeó las sienes y bajó la mirada.

—Es sólo que... me has recordado a mi hermana.—Sonrió con nostalgia.

¿Le he recordado a su hermana? ¿Por qué? ¿Qué he hecho?

Decido no indagar más en el tema, no soy una cotilla, aunque no puedo negar que me ha picado el gusanillo de la curiosidad.

—¿Es tarde no?—Dijo cambiando de tema.

Miré un reloj que había en la pared.

—Son las ocho.—Le dije.

—¿No estás cansada?

—La verdad es que no.

—Yo si no te importa, me iré a dormir, estoy realmente agotado. Siéntete como en tu casa y coge cualquier cosa que necesites.— se levantó y dio unos pasos, pero rápidamente se paró en seco y se giró.— Buenas noches Wendy.

—Adiós Harry.

No sabía que hacer, la verdad no tenia ni pizca de sueño y eso de estar tumbada en la cama mirado al techo sin poder conciliar el sueño no era lo mio. Me acerqué al gran balcón que se escondía detrás de una pequeña puerta de cristal.

En cuanto abrí la puerta el suave viento chocó contra mi cuerpo, no hacia frío. Y eso era realmente extraño ya que estábamos casi a principios de invierno.

Desde allí había una vista maravillosa, se veía prácticamente toda la parte sur de la ciudad totalmente iluminada. Vi una pequeña butaca y me dirigí hacía ella para poder sentarme y ordenar un poco mis pensamientos. Estos últimos días habían sido demasiado extraños y agotadores en comparación a la vida normal que antes llevaba.

—¿Por qué me siento tan sola y indefensa...?—susurre para mi misma

Suspiré.

—¿Wendy?—Dijeron a mis espaldas y giré la cabeza.

—Hola.—Dije al ver que era Harry.

—He oído un ruido y he salido a ver si estabas bien ¿ Te encuentras bien?— se acercó hasta quedar sentado en la butaca junto a mi.

Maniac |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora