9.

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Punto de vista de Wendy.

Mire a Harry fijamente durante unos instantes, como si con la mirada simplemente lo pudiera averiguar todo sobre el.

Mi constante mirada sobre él pareció incomodarle, ya que carraspeo nervioso y se paso la mano por el pelo evitando mi mirada.

-Yo...creo que debería volver con tus compañeros, están solos y... los chicos a esta edad no sois demasiado fiables.-caminó hacía la puerta y una vez allí se giró.-No te vallas, espera aquí y descansa, volveré.

Me quede callada sin ni siquiera decirle adios, una vez que se había ido suspire y me relaje tumbada en la camilla de la enfermería.

Llevaba un rato descansando cuando la puerta volvió a abrirse.

-Por dios, ¿no puedes dejarme un rato en paz?-hablé irritada sin abrir los ojos.

-Vaya, creo que te equivocas de persona, o al menos espero que así sea vamos.

Giré la cabeza abriendo los ojos y pude ver que la persona que había entrado y no era Harry, eso desde luego.

-Oh, lo siento Noah, pensé que eras otra persona.-le sonreí.

-Supongo que "míster sexy" no te deja tranquila, ¿no?

-¿Míster sexy? Que maduro.

-Creo que deberías saber que no soy nada maduro.-Se sentó a mi lado en la camilla y yo suspiré.-¿Qué te ha pasado?

-Me hice daño, no es nada.

-Eso es bueno, yo me preguntaba si después de la universidad te gustaría venir a dar una vuelta conmigo, ya sabes...

-Noah, creo que te equívocas conmigo. No soy de salir con chicos, y sinceramente lo último que haría es salir con alguien como tú.-acuse.

-Caerás, como todas lo hacen. Y no será dentro de mucho.-se lenvato bruscamente de la camilla y se fue dando un portazo con la puerta al salir.

Pasaba el tiempo y Harry no volvía, ya había pasado más de una hora desde que Noah se había marchado cabreado por la puerta. Estaba levantándome de la camilla para irme cuando entra justo Harry por la puerta.

-Creí que te había dicho que no te movieras hasta que yo volviera.-me regaño.

-Bueno, pero ahora ya estas aquí, así que ya me puedo ir.-me acabé de levantar de la camilla pero el me volvió a sentar rápidamente.

-Eh, ¿donde te crees que vas?

-Vuelvo a clase, si no te importa, quitate bicho.- le empuje suavemente.

-¡Eh! ¿A quien llamas tu bicho?

-¡A ti! ¡Eres como una plaga!-lo exagere haciendo gestos con mis manos.

-¡Pues si yo soy un bicho tu eres una bruja fea!

-¡Pero serás infantil!

Me sacó la lengua.

-Por muy infantil que sea, soy tu profesor ahora, así que cálmate si no quieres quedarte aquí el resto de la tarde.

Suspire y me crucé de brazos, pero finalmente hice lo que me pidió, me tranquilice y me quede quieta en la camilla.

-Vale, ahora que ya estas relajada, creo que deberías coger tus cosas y irte. Tomarte unos días y recuperarte totalmente.-suspire pesandamente, tenía razón.

- Está bien...-me rendí.

-No me lleves la contraria...¿Espera qué? ¿Has dicho que sí?

-Sí, iré a casa unos días y descansaré ¿Contento?

Maniac |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora