3.

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Punto de vista de Wendy.

Nos estuvimos mirando durante unos segundos y entonces Harry hablo por fin.

- Bueno, yo si no te importa estoy cansado, me voy a la cama. Tú puedes quedarte un rato más o comer algo más si quieres. Buenas noches Wendy.- se levantó de su asiento y me dio un beso en un lateral de la cabeza para luego marcharse por la puerta dejándome sola y confusa.

La verdad con esa pieza de fruta me había llegado de cena, después de nuestra última conversación se me había quitado el apetito totalmente.

Me levante del taburete y me fui hacia la habitación qué me había asignado Harry para pasar esa noche en su casa.

No podía conciliar el sueño, entre otras cosas no paraba de pensar en porque me había atacado ese hombre a mi. Yo era una simple bibliotecaria ¿Qué podría querer de mi?

Por mi mente circulaban todo tipo de pensamientos y cuando me di cuenta eran las 6 de la mañana y yo seguía sin conciliar el sueño ahora ya creo que no serviría de nada a dormir porque tenía que estar despierta a las 7:30 para poder ir a la universidad como todos los días.

Me entretuve un rato más en la cama y posteriormente me levante y fui al baño que estaba en mi habitación, bueno en realidad la de Harry.

Me vestí y arregle un poco con la ropa que traía ayer ya que no había podido coger ninguna.

Salí de la habitación y me encontré con Harry con unos simples pantalones de chándal puestos y el torso desnudo y... ¡ madre mía! menudos abdominales tenía el chaval.

-Buenos días.-habló como si nada.

-Buenos días.-contesté un poco aturdida.

-¿Qué te apetece desayunar?¿Wendy esta ahí?-hizo un gesto gracioso con las manos intentando llamar mi atención.

-Oh, sí perdona ¿Qué decías?

-¿Que te apetece desayunar?

-Un café estaría bien

-Marchando.- salió del salón hacía la cocina para poder prepararme ese café.

Me senté en un pequeño sillón que quedaba al frente de un enorme sofá y esperé unos minutos hasta que Harry me trajo mi café además de unas galletitas de chocolate.

-Gracias.-sonreí.

-No es nada, eres mi invitada.- se sentó justo en el sofá que quedaba justo enfrente.

-Recuerda que tienes que llevarme a la universidad.

-Sí, lo sé.-Dice levantando la cabeza para mirarme y sonreírme.

Comemos en silencio y cuando acabamos Harry se va a su habitación.

Sale un par de minutos después totalmente cambiado.

Se ha puesto una camiseta negra y se ha cambiado los pantalones de chándal por unos jeans ajustados negros.

-¿Estás lista?-Me pregunta y yo asiento.

El camino hacia la universidad fue bastante silencioso, cosa que me pareció extraña ya que Harry por lo visto era un chico bastante hablador.

Estábamos justo enfrente a mí universidad y me iba a despedir de Harry ¿pero como lo hacía? ¿Un beso en la mejilla? ¿un abrazo? ¿o incluso quizás un simple adiós?

-Que tengas un buen día Wendy.- me dio un casto beso en la mejilla.

¡Gracias señor! Así no tenia que pensar en como despedirme, ya lo había hecho él ¿Por qué tenía estas preocupaciones en mi mente? Es un simple chico que conozco desde hace un día por dios.

Maniac |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora