Maniac |H.S|

23.

Punto de vista de Harry.

¿Ha dicho lo que creo que ha dicho?

Iba a seguir insistiendo pero vi como sus mejillas comenzaban a sonrojarse y decidí pasar del tema, al menos de momento.

Arranqué el coche y mientras conducía miraba De vez en cuando a Wendy a través del espejo retrovisor.

-¿Qué quieres hacer al llegar?-Le pregunté para acabar con el silencio.

-Supongo que dormir, estoy agotada.

-¿De verdad?

-Sí, ha sido un día largo.-Dijo y bostezó.

Asentí lentamente, maldiciendo internamente por haber sacado el tema del beso anteriormente.

No hablamos más durante el resto del trayecto, ni siquiera me molesté en encender la radio.

Estaba muy seria y no quería que se enfadase, aunque no creo que fuera eso, sería estúpido, ¿No?

-Wen.

-¿Si?

-¿Estás enfadada por algo?

-No, ¿Por qué lo dices?

-Esque... estás tan seria.-Dije mirándola por unos milisegundos.

-Oh yo... solo pensaba, pero no, no estoy enfadada.

-Menos mal, creí que tendría que aguantar tu mal humor.-Bromeé y ella rió con ironía.

-No te pases, Styles.-Me advirtió y yo reí.

Cuándo llegamos, dejé el coche bien aparcado y bajamos de él.

Dejé la cesta de picnic en el maletero, ya la subiría en otro momento.

Mientras el ascensor nos trasladaba a nuestro piso, se me ocurrió una idea que puede que saliera bien, o puede que saliera mal... pero bueno, de los errores se aprende.

Dejé que Wendy entrara primero y tras cerrar la puerta comenzó mi plan.

-Wen.-La llamé y ella se dió la vuelta. Le hice un gesto para que se acercara y ella lo hizo.

-¿Qué pasa?

La agarré de la cintura con un brazo y la acerqué a mi hasta que mi nariz rozó la suya.

-Pues... quería hablar contigo.-Dije sonriendo de lado.

Joder, estaba conteniéndome la risa por el ridículo que debo de estar haciendo.

-¿Sobre qué?-Dijo normal, mierda, esto no funcionaba.

Asentí y la solté.

Tenía que pensar alguna forma de ponerla nerviosa.

Ella me miró con una mueca graciosa y se fue a su habitación a cambiarse, por lo que suponía.

Perfecto.

La seguí sin que se diera cuenta y esperé a que se quitara la camiseta para pasar sin hacer ruido y abrazarla desde atrás.

Ella dió un saltito por la sorpresa.

-Me estaba preguntando en qué estabas pensando en el coche.-Le susurré en el oído.-Por cierto, la ropa interior negra te queda increiblemente sexy.-Gruñí, obviamente finjiendo, en su oreja y comencé a repartir besos por su cuello.

-H-Harry, ¿Qué...?-La interrumpí mordisqueando la piel sensible de su mandíbula.

-¿Qué ocurre, Wen?-Le dije tranquilo apoyando la cabeza en su hombro.