La simple y perturbante conclusión me deja a mí también como un fósil. André si es un no muerto y pensar en eso hace que sienta escalofríos. Muchas veces ha acariciado mi mejilla, me ha tomado en brazos, hemos bailado y me ha besado; y cada uno de esos pensamientos hace que mi cuerpo si estremezca.
— Una cosa Norah, es que sientas curiosidad por el clan —dice apretando los dientes—. Puedo entender eso, pero otra cosa es que te metas en la vida privada de alguien...
— Pero...
— ¡Cállate ya! —grita fuera de sí—. Deja de hacer tus malditas preguntas.
— Me prometiste que...
— Me importa poco lo que te prometí, ya no voy a responder y más te vale que comiences a caminar, porque si no...
— Estoy empezando a hacer inmune a tus amenas —le espeto.
Está a punto de gritarme, veo su furia hacer erupción como un volcán y comienza a avanzar hacia mí, pero se detiene en seco. Ha escuchado un ruido, y lo sé porque yo también lo escuche; los dos nos quedamos callados y muy quietos. No sé que busco pero miro a todos lados al igual que el príncipe que en silencio me toma del brazo y comenzamos a caminar muy despacio.
Otros ruidos me paraliza, pero esta vez son gritos, ambos volteamos hacia atrás, la poca luz de la mañana me permite ver a un grupo de cinco o seis personas, vestidos todos de negro y con arcos en las manos, viajando por el sendero que nosotros hemos recorrido, pero ellos vienen a gran velocidad y lanzando flechas porque una se ha clavado a dos centímetros de mi pie.
— Son los 'zaino'...
— ¿Qué?
— Sube —no entiendo esa simple palabra, Claudius se frustra y me toma en brazos.
Comienza a correr y saca energías de no sé donde, me abrazo a su cuello mientras intenta sortear la lluvia de flechas que viajan por encima de nuestros cuerpos.
Noto como su cuerpo se va tensando, su respiración es más trabajosa y poco a poco los tipos que nos persiguen se acercan más a nosotros. Las energías del príncipe se van agotando, pero aun así sigue corriendo hasta que se desploma. Esta vez no cae sobre mí, así que me levanto y voy hacia él, intento ayudarlo para que se ponga de pie.
— ¡Vamos Claudius! —lo jalo para que siga corriendo.
— Necesito sangre —su voz es casi inaudible—. Sangre...
— Te la has terminado toda —él mira hacia atrás, podría decir que vamos cien o doscientos metros delante de los 'zaino', pero sus flechas nos siguen alcanzando.
— Bien... ¡¡CORRE!!
Mientras lo hacemos, veo como Claudius muerde su muñeca y va tomando su propia sangre, algo me dice que no funcionara, o a lo mucho lo mantendrá de pie.
ESTÁS LEYENDO
My Immortal (Fény 1#) | EN EDICIÓN
VampireHabía una vez una joven encerrada en un castillo, todos ustedes pensaran que algún príncipe valiente iría a rescatarla, pero no es así. Por mucho tiempo estuvo cautiva en ese hermoso castillo, pues le era útil al rey, solo que... había más de un mot...