Había una vez una joven encerrada en un castillo, todos ustedes pensaran que algún príncipe valiente iría a rescatarla, pero no es así. Por mucho tiempo estuvo cautiva en ese hermoso castillo, pues le era útil al rey, solo que... había más de un mot...
Por los próximos días tanto Su Yeong como los príncipes y Violet me han estado enseñando cosas básicas de los vampiros y de las hadas. Nadie parece, con excepción de Elian, haberse dado cuenta de que estoy embarazada. Pues según André, el olor de mi sangre es parecida a la vainilla con hierbabuena, es por eso que me puso las pulseras.
Elian sigue molesto, aunque no se realmente la razón. Iván poco a poco vuelve a ser el mismo, pero muy a penas y nos hablamos. André piensa que es una mala influencia para mí, he tratado de comprender su posición y no enojarme, pero es injusto que me alejen de mi propio hermano. Aun así, Iván si lo entiende y no trata de acercarse a mí.
Poco a poco comienzo a comprender más a los seres de Fény, poco a poco comienzo a sentir el poder dentro de mi ser y saber cómo manejarlo, pero también, poco a poco la oscuridad se apodera de mi ser y lucha por tomar el control de mi mente al igual que aquella voz que lo único que quiere es que vaya a ella. Antes solo temía por mí y ahora solo temo por la nueva vida que crece en mi vientre.
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Después de tres días de discusión, Iván gana. Desde que tuve la mente clara y descifre la tercera profecía, Iván sugirió ir a la ciudad a vivir y mezclarnos entre los híbridos no desarrollados, o sea, los humanos. Aun que no hay mucha diferencia.
Por todos lados hay bosque, completamente blanco por la nieve que no deja de caer. La ciudad que Su Yeong ha seleccionado es Seward. Donde todo mundo se conoce y como nosotros somos los nuevos vecinos, nos miran raro, quizás preguntándose quiénes somos y que hacemos aquí, parece un pueblo.
Nos instalamos en una cabaña, de iguales dimensiones que la anterior, queda casi al final de la ciudad y como jardín tenemos todo un bosque con montaña, lo dicho... no hay diferencia, pero al menos puedo salir de la casa y ver personas normales, después de todo este tiempo.
Sigo sintiéndome rara, como en Corea del Sur. Pareciera que todo es nuevo para mí. Así que después de instalarnos en las habitaciones disponibles, convenzo al príncipe de hielo a salir y vagar por ahí. Duda por algunos segundos, pero al final accede. Antes de salir le aviso a Elian, nuestra relación ahora es tensa y distante, así que solo recibo un asentimiento de cabeza.
Invito a Violet, Claudius e Iván, pero deciden quedarse. Sin más, el príncipe y yo nos adentramos a las solitarias calles de la ciudad, solo uno que otro grupo de turistas paseándose por aquí y por allá o entrando a una cafetería para calentarse tomando algo caliente.
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Yo me he puesto el abrigo, pero en realidad no tengo frío. El calor de mi cuerpo me protege del frío y del príncipe, siempre estoy en primavera. André me saca de mis pensamientos al darme un beso en la mejilla, lo miro y este sonríe. Normalmente son escasas las ocasiones que lo he visto sonreír de forma sincera, y es que siempre está preocupado por mí. Y aun parece que fue ayer cuando con su cuerpo me protegió de Claudius porque quería morderme y esa misma tarde me apretó el cuello a tal punto de casi fractura mi tráquea. Aun no sé como sentirme respecto a eso, pues repentinamente esos sentimientos se han vuelto contra a mí, se que la oscuridad ha tomado esos recuerdos y me ínsita a lastimar al príncipe por lo que me hizo antes.
