Capítulo 19

6.4K 618 22
                                    


Después de terminar con el primer ritual de la tarde me doy cuenta que son las cinco de la tarde, por dos horas estuvimos metidos en esa cueva y a mí me parecieron que fueron años ahí dentro. El príncipe me dejo en su habitación para después irse a arreglar. En la habitación esta el señor Oleander y sus tres ayudantes vampiresas, quienes al verme hacen una reverencia y después comienza a pedirme que me siente en frente del tocador. Las vampiresas comienzan a arreglar mi cabello y a maquillarme en tiempo record, al terminar me ayudaron a quitarme ese vestido blanco por uno más espectacular de color dorado con bordados en rojo y negro. Un vestido, sencillo y conservador y a la vez espectacular, digno de una princesa.

Al ponérmelo, las vampiresas al igual que el señor Oleander se quedan impresionadas al igual que yo cuando me miro al espejo, definitivamente soy otra y si estuviera en otras circunstancias estaría muy feliz y contenta, ¿pero en qué situación de m...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al ponérmelo, las vampiresas al igual que el señor Oleander se quedan impresionadas al igual que yo cuando me miro al espejo, definitivamente soy otra y si estuviera en otras circunstancias estaría muy feliz y contenta, ¿pero en qué situación de mi vida real seria princesa? De repente escucho como llamaron a la puerta y enseguida uno de mis guardias, Godric, me indica que es hora de irse.

Les di las gracias al señor Oleander y sus ayudantes y salí con mis guardias a cada lado caminando rumbo al salón del Ministerio Vampir. Tomo mi cuerpo tiembla como gelatina, las manos me sudan y mi corazón no ha parado de latir. Jamás me hubiese imaginado estar en esta situación, pero no tengo opción. Al llegar a la puerta, Stefan entra y me anuncia, espero más de lo habitual afuera y cuando abren las puertas todo mundo está en sus mejores galas. Los cincuenta vampiros ministros están de pie, luciendo sus mejores galas, cada uno con una daga en la mano derecha y una capa roja como la sangre, al verme se inclinan y mis guardias me piden que siga por la alfombra azul hasta llegar a un pódium, frente a los reyes y los príncipes, incluida Violet, ellos también usando sus mejores trajes de gala para estas ocasiones.

Mi mente está en blanco, solo miro al príncipe de hielo que me hace una señal con sus manos para que me calme.

El rey camina hasta el estrado frente a mí, uno de los guardias del castillo lleva en sus manos una pequeña urna de madera reluciente y con decoraciones en color rojo simulando enredaderas de flores pequeñas. Abren la urna y extraen un pergamino que Dreagan comienza a leer, habla sobre la raza Vampir, los deberes de la familia real, cuando un miembro se une a la familia y no sé qué más. Ni siquiera pongo la suficiente atención, solo me mantengo de pie, en silencio y observando a cada vampiro miembro del ministerio y me siento incomoda por ser de nuevo el centro de atención.

Después de que el rey termina de leer el largo pergamino, camino hacia él, me piden que ponga una rodilla en el piso y agache la cabeza. En un idioma totalmente desconocido, pero el mismo que utilizo el príncipe de hielo para recitar una oración en la cueva de sus antepasados, Dreagan en tono grave y alto comienza a recitar unas cuantas palabras mientras toca mi cabeza con su daga, en seguida la reina hace lo mismo y por último los príncipes. El rey me hace una señal para que me levante y me da la mano para acompañarme a ir hacia una silla enorme, un trono.

My Immortal (Fény 1#)   |   EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora